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Es alarmante que Sheinbaum defienda la Ley de Ciencia hecha por Conahcyt: Lazcano

Antonio Lazcano dijo que luchar por su derogación es indispensable para sanar las fracturas que se generaron entre la comunidad científica y el Estado mexicano, · Participó en encuentro con Xóchitl Gálvez, a quien también cuestionó

Centro de Xóchitl
Antonio Lazcano asistió al encuentro “Sin miedo al conocimiento”, convocado por el equipo de Xóchitl Gálvez. Antonio Lazcano asistió al encuentro “Sin miedo al conocimiento”, convocado por el equipo de Xóchitl Gálvez. (X)

“Quiero aclarar, aunque suene extraño, que no estoy aquí para apoyar la candidatura de la ingeniera [Xóchitl] Gálvez a la Presidencia de la república”, dijo Antonio Lazcano la tarde de ayer en un encuentro de la candidata y su equipo con miembros de sectores de la comunidad científica y cultural. “Sin miedo al conocimiento”, se llamó.

Aunque varios de estos expresaron por el contrario su apoyo, el objetivo del profesor de la Facultad de Ciencias de la UNAM era abrir el diálogo y debate sobre los puntos profundos que inquietan a amplios sectores científicos y académicos del país, como la Ley de Ciencia, la falta de propuestas y las contradicciones y tumbos de las propias candidatas en estos temas, entre otros.

“Estoy aquí porque, al igual que muchos otros, estoy convencido de que la ciencia es un elemento indispensable en la construcción colectiva de una nación moderna y más igualitaria, y que es necesario unir nuestras voces para hacer recomendaciones y propuestas de política científica que podrían ser de utilidad para el siguiente gobierno de México”, añadió.

En la reunión convocada por Jesús Ortega, Consuelo Sáizar y Juan Carlos Romero Hicks, realizada la tarde y noche de 19 de marzo en el World Trade Center, Lazcano reiteró que el próximo gobierno no puede reproducir los errores absolutos de la actual administración, encabezadas por la dirección del Consejo Nacional de (Humanidades) Ciencia y Tecnología (Conahcyt), a cargo de Elena Álvarez-Buylla.

“A la larga serie de fracasos con los que concluye este sexenio, hay agregar los descalabros que sufrió el aparato científico nacional, el listado de afrentas y abusos del Conahcyt actual –con ‘h’ o sin ella– no tiene precedentes en la historia de la ciencia mexicana”.

Lazcano Araujo recordó, entre otras afrentas y abusos la remoción injustificada de directores de Centros Públicos de Investigación, el desmantelamiento sistemático del CIDE –“que sigue siendo dirigido por un plagiario cuya lealtad hacia su jefa se tambalea”–; la expropiación ilegal de cerca de un centenar de fideicomisos, la imposición de reformas extemporáneas al Sistema Nacional de Investigadores (…) el desarrollo de un ambiente permanente de confrontación con la comunidad científica, las acusaciones sin fundamento contra antiguos funcionarios del Conacyt y del Foro Consultivo Científico y Tecnológico, a los que se quiso enviar a una prisión de máxima seguridad con el apoyo del fiscal de la república, Alejandro Gertz, que recibió a cambio su nombramiento en el SNI.

Pero el problema más agudo que enfrenta la comunidad, enfatizó, es la vigencia de la Ley General de Humanidades, Ciencia, Tecnología e Innovación, aprobada de forma ilegal el 8 de mayo del año pasado. Este “logro”, añadió, forma parte de las 100 propuestas de la candidata Claudia Sheinbaum, que considera como un legado de la llamada Cuarta Transformación.

“Es alarmante que ella y sus operadores políticos defiendan esa ley como una herencia del presidente López Obrador y que hay que conservar. Luchar por su derogación, no sólo por la forma irregular en que fue aprobada –sino porque además representa un modelo de ciencia al servicio de la ideología del gobierno alejado de las necesidades del país–, es un elemento indispensable para sanar las fracturas que se generaron entre la comunidad científica y el Estado mexicano”.

Adicionalmente, lamentó que la coalición que representa Gálvez y su proyecto en materia de ciencia no dio continuidad a la lucha por abolir una ley que representa un elemento crítico en la confrontación entre investigadores y el Estado. La ley representa una “aberración jurídica y académica” e ignora, citó, lo reiterado por la UNESCO hace un mes de reconocer que la ciencia sólo puede prosperar dentro de ecosistemas de investigación e innovación que promuevan la apertura y la seguridad donde la ciencia se preserva, respeta se nutre, desarrolla y difunde las ideas y el conocimiento que se genera libremente.

Agregó que la UNESCO refiere a sus estados miembros que es indispensable preservar y promover la libertad intelectual de los investigadores científicos, lo que implica también protegerlos a ellos y al entorno en el que operan, ante cualquier influencia indebida sobre la independencia de criterio y seguridad, incluidas las presiones físicas y psicológicas. “Esto no se ha cumplido en México”.

Sobre los cuestionamientos realizados a Gálvez dijo que su coalición no ha presentado o preparado algún documento que defina el proyecto de política científica que llevarán a cabo en el caso de que gane las elecciones. “Si no se quiere caer en la improvisación, urge que usted y que quienes la respaldan, propongan un proyecto de política científica que pueda ser discutido adecuadamente en la comunidad académica”.

El presidente López Obrador, enfatizó, no tuvo ni la más remota idea de la naturaleza de la investigación académica ni logró comprender la necesidad de articular una política transexenal. En cambio, “quiso satisfacer su voracidad ideológica haciéndose del control político de instituciones nacionales, incluyendo Conahcyt, para lo que contó con la complicidad de la doctora Álvarez-Buylla, pero el resultado ha sido un fracaso estrepitoso caracterizado por una mezcla de rencores académicos, incapacidad política, incompetencia administrativa y visiones pueblerinas que han provocado conflictos severos, no sólo en sectores del mundo científico, sino también cultural (…).

“Permítame abusar descaradamente de la franqueza: los vaivenes y tumbos que han caracterizado algunas de sus declaraciones no bastan para producir una buena política científica, y urge que eso lo comprendamos todos: usted, sus seguidores y los que la podrían apoyar (…) Ni usted ni sus operadores políticos pueden repetir la mezcla letal de desaciertos que han frenado el desarrollo de la ciencia mexicana”.

Durante su participación Xóchitl Gálvez dijo que las propuestas planteadas esta noche serían escuchadas; criticó la desaparición de la Conabio y aseveró que, de ganar la Presidencia, recuperaría a la institución. También dijo que reestablecerá los presupuestos para cultura y ciencia, así como en la educación. “No es retórica, la ciencia y cultura son un faro que nos guía”.

Lazcano hizo énfasis en que Claudia Sheinbaum se proclama como científica, pero omite temas que otra (o) investigadora no dejaría pasar de largo. “El entusiasmo de la publicidad oficial en presentar a su candidata como la investigadora que alguna vez fue, se debilita ante la pobreza sobre la política científica propuesta”.

Un tema que preocupa de forma seria a la comunidad –la UNAM enfatizó el retroceso que representará– es la desaparición de la Conabio. “Sheinbaum se proclama como conocedora de la problemática ambiental, pero sorprende el silencio cómplice que ella y sus colaboradores han mantenido sobre la desarticulación de la Conabio (…) Nadie interesado por los problemas ambientales o que se proclame experto en el tema puede ignorar que, ante los riesgos y amenazas del cambio climático, la pérdida de biodiversidad es uno de los temas centrales que no pueden estar ausentes en ningún programa de gobierno”.

Esto es insatisfactorio, agregó, pero ¿cuál sería la propuesta de Xóchtil Gálvez en la política sobre biodiversidad en caso de que gane? “¿Dónde están los postulados y las propuestas para continuar la política de conocimiento y preservación de la extraordinaria riqueza natural del país?”.

Durante su participación, el escritor y periodista Rafael Pérez Gay propuso a Gálvez considerar el modelo de excepción cultural francés, que permitió recuperar su industria editorial y cinematográfica en los años ochenta.

Esta excepción consiste en facilidades fiscales, impulso al consumo cultural y aumento presupuestal, que llevaron a cabo juristas, empresarios, artistas, administradores y ciudadanos como parte de una política de gobierno.

“La cultura no es una mercancía, aunque lo sea, sino el lugar dentro del cual crecen la libertad y la imaginación… en los difíciles momentos en que vivimos, de una democracia amenazada, ambas no tienen precio y poseen un valor incalculable (…)

“No nos resignemos a que la destrucción de la autocracia avance. Candidata les propongo que incorporen a su plataforma y proyecto la idea de la excepción cultural, no permitamos que el desprecio al conocimiento se imponga. Al final, sólo la cultura y la ciencia nos devolverán lo que este gobierno ha incendiado: la diversidad, la pluralidad, el debate intelectual, cimientos y fortalezas”.

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