La Academia Mexicana de Ciencias (AMC) vive su crisis más importante en su historia, disminuida casi a su inoperancia durante su último periodo debido a la dependencia financiera que tuvo del ahora Conhacyt, la cual le quitó los recursos públicos durante este sexenio. No obstante, se avizora una tenue luz al final de este túnel.
José Seade Kuri tomó posesión como nuevo presidente de la institución y trae consigo una nueva mesa directiva, muchas ideas y propuestas para sacarla de esta crisis que, no es secreto para nadie, y con la empatía de toda la comunidad científica, aunque no de todos sus miembros, como aquellos que no pagaron sus cuotas, como refirió José Sarukhán en la ceremonia de relevo con la que además se inauguró el sexagésimo cuarto año académico.
Inauguración que se llevó a cabo en las instalaciones de El Colegio de México, ante la impotencia de mantener en mínima operación la Casa Tlalpan, sede de la institución ahora casi en el abandono.
La ceremonia fue presidida por la directora del Colmex, Silvia Giorguli; el rector de la UNAM, Enrique Graue; José Sarukhán, William Lee, José Seade y Susana Lizano, presidenta saliente cuya dirección y estoicismo permiten aún tener una Academia que reconstruir.
Sobre esta reconstrucción habló Seade Kuri, destacado matemático e investigador del Instituto de Matemáticas de la UNAM, quien expuso también el estado actual de la AMC, reconociendo la deuda que tienen con los extrabajadores que no han podido liquidar.
Además de suspender todos sus programas, su crisis financiera se materializa en los 20 millones de pesos para cubrir finiquitos –el personal se redujo de 55 a 9 personas–, el reacondicionamiento de Casa Tlalpan, así como una discreta reactivación de sus actividades.
“Pero somos optimistas, tenemos una riqueza de más de 3 mil miembros, generosos y comprometidos, una fuerza moral de 60 años de tantos científicos mexicanos, un tesoro de valor incalculable. La crisis es una oportunidad de cambio y crecimiento, saldremos reforzados, para continuar…”.
Para ello tiene un plan, como la estructura de un patronato, encabezado por académicas (os) como la misma Giorguli, Rosaura Ruiz, Julia Carabias y José Franco, entre otros.
Además, la nueva mesa directiva llevará a cabo además nuevas estrategias para la obtención de recursos para hacer a la AMC autosustentable en el futuro cercano. “Difícilmente nos sacará del hoyo en el corto plazo, pero necesitamos funcionar, para lo cual haremos una intensa campaña de recaudación de fondos”.
Sus planes de acción se dividen en cuatro ejes, expuso: Perspectiva de género y derechos humanos; Sanear las finanzas y garantizar su sostenibilidad; hacer de la AMC un crisol para su comunidad y buscar que la ciencia se encuentre en la agenda nacional.
Entre sus planes para recuperar el conversatorio social perdido, se instaurará un seminario llamado CITA: Ciencia, Innovación, Tecnología y Academia, que se llevará a cabo el último miércoles de cada mes y será coordinado por Julia Tagüeña. Además, mantendrá su actividad de colaboración con la revista “Obsidiana”, añadió.
El matemático cerró su participación reflexionando y lanzando estas preguntas a la comunidad y miembros de la institución: “¿Qué papel debe jugar la comunidad científica en el México de hoy?, ¿qué papel debe jugar la AMC en el México de hoy?, y ¿qué tipo de academia queremos? Debemos reflexionar conjuntamente, enriquecer esta visión y tener voz como comunidad científica”.
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