El cielo no se oscureció, pero a las 11:22 de la mañana las personas que visitaron la laguna de los siete colores, en Bacalar, Quintana Roo, pudieron mirar con filtros la silueta de la luna frente al sol. Así, vieron un círculo negro rodeado por un anillo de fuego. Ese fue el punto climático del eclipse solar anular que este 14 de octubre cruzó el continente americano, tocando terrenos desde Estados Unidos hasta Brasil.
En México, el momento más espectacular de este fenómeno astronómico duró dos minutos y no solamente los privilegiados habitantes y visitantes del sureste mexicano disfrutaron este evento astronómico. En Ciudad Juárez, Zacatecas, Toluca, Ciudad de México, Cuernavaca, Mérida, Tuxtla Gutiérrez y otras comunidades, miles de familias, parejas y grupos de amigos acudieron a lugares de reunión donde se prestaron lentes especiales y telescopios con filtros para ver cómo la luna cruzaba frente a la estrella de nuestro sistema solar.
Dependiendo del lugar desde donde se mirara el eclipse, entre el 70 y 90 por ciento de la esfera luminosa.
La oportunidad de mirar este fenómeno de la naturaleza fue la primero, en territorio mexicano, desde hace 32 años; después del eclipse total de sol del 11 de julio de 1991 que cruzó por el centro del país. Ahora, el eclipse de anillo de fuego se puede considerar como el preámbulo de otro eclipse de sol, que sí hará que el cielo se oscurezca de día, el próximo 8 de abril de 2024, sobre tres estados norte y noroeste de México,: Coahuila, Durango y Sinaloa.
FUROR METROPOLITANO.
En la Ciudad de México, que es la urbe más habitada del país, el eclipse sólo se vio parcialmente, debido a que la latitud o coordenadas geográficas sólo permitían ver a la luna ocultando el 70 por ciento del sol.
Pero el hecho de que observación sólo fuera parcial en el cetro del país no mermó la emoción con la que miles de personas se concentraron desde temprano en tres lugares donde habían anunciado que habría actividades de observación y distribución de lentes gratuitos: en el norte, el Planetario Luis Enrique Erro, del Instituto Politécnico Nacional (IPN); en el sur, la zona conocida como Las Islas, en el Campus Central de Ciudad Universitaria, de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
También hubo observaciones en el sitio arqueológico de Cuicuilco, en el cruce del Anillo Periférico y Avenida Insurgentes, así como en varios parques y museos de ciencias, como el Museo Tezozomoc, en Azcapotzalco.
No es posible informar una cifra consolidada del número de personas que vieron el fenómeno, que ocupó grandes espacios y tiempo en todos los medios de comunicación; pero en el Planetario del Politécnico se repartieron 3 mil 500 lentes especiales; la Universidad Autónoma Metropolitana anunció que repartiría más de 2 mil 500 lentes entre su comunidad, y en la UNAM los jardines de Las Islas, estaban llenos, en lo que llamaron un Picnic o día de campo.
En Ciudad Universitaria, a partir de las seis de la mañana inició la fila para obtener los lentes especiales que cumplen con la norma ISO 12312-2:2015, los cuales se comenzaron a repartir a las 9:30 horas con la indicación de ponérselos antes de voltear hacia el cielo, mantener la vista al Sol durante máximo cinco segundos y descansar la vista 15 minutos.
La fila en unos minutos llegó hasta la explanada donde se localiza el astabandera de la torre de Rectoría y cruzó “Las Islas”; su longitud asemejaba una serpiente larga.
En tanto, el Picnic bajo la Sombra, evento convocado por el IA, rebasó el jardín central de “Las Islas” y se expandió hasta afuera de la Biblioteca Central, la Facultad de Arquitectura y Rectoría.
UNA EXPERIENCIA ACCESIBLE PARA TODOS
El eclipse parcial de Sol y eclipse anular en Campeche, Yucatán y Quintana Roo comenzó a las 9:05 am, alcanzó su etapa máxima después de las 11:10 de la mañana, cuando cubrió cerca del 70 por ciento del Sol, visto desde la Ciudad de México, y 90 por ciento visto desde el sur de la Península de Yucatán. Terminó a las 12:50 horas. “Se trató de un fenómeno cósmico, pero al mismo tiempo tenemos uno cultural y social que respondió positivamente a nuestra propuesta de Picnic bajo la Sombra”, resumió el, director del Instituto de Astronomía de la UNAM, Jesús González González.
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