El gobierno federal de Estados Unidos aprobó la importación, desde México, de fórmula láctea hecha con aminoácidos esenciales para bebés alérgicos a las proteínas de leche de vaca. Esta fórmula base de alta pureza es procesada en una planta industrial construida en 1970 en Delicias, Chihuahua, pero que ha sido renovada tecnológicamente, por la compañía británica Reckitt, con una inversión de 2 mil millones de pesos entre 2016 y 2022.
“Crónica” visitó las nuevas instalaciones, localizadas a 433 kilómetros de la frontera con Estados Unidos, donde se pudo constatar que operan con ingeniería, electromecánica y software de punta. Para la renovación se requirió de la participación de científicos, tecnólogos e ingenieros de 12 países, pero ya es operada, prácticamente en todas sus áreas, por 450 mexicanos egresados de universidades e institutos de la zona de Delicias.
Antes de obtener la autorización, por parte de la agencia sanitaria estadunidense FDA (Food and Drugs Administration) los mexicanos tuvieron que aprobar 274 protocolos sanitarios en cada eslabón del proceso. La gran dificultad, solventada por esta planta industrial en Chihuahua, consistió en demostrar que el producto está totalmente seguro para ser consumido por bebés nacidos prematuramente y en todos sus primeros meses de vida, hasta más de un año.
“Nos encontramos en un momento clave. Hemos hecho una de las más grandes apuestas económicas para el municipio de Delicias. Nos hemos comprometido con una inversión total de dos mil millones de pesos para llevar a la Planta de Delicias, una planta de categoría mundial, al siguiente nivel. Esto conlleva también el estimular la economía local, promover empleos en el estado de Chihuahua, donde ya se emplean a más de 450 colaboradores y desarrollar aún más proyectos que beneficien tanto a la comunidad como al medio ambiente”, comentó, en las instalaciones de la planta, Anne Engerant, vicepresidenta Senior de Reckitt Latinoamérica.
El Ingeniero Sergio Urbina, director de la planta en Delicias, dijo que la autorización para exportar a Estados Unidos se sumó a las aprobaciones que ya habían obtenido de parte de otras 15 agencias sanitarias de países latinoamericanos.
La nueva aprobación es importante debido a que, en el país vecino del norte, este año surgió una crisis de abasto de leche en polvo para bebés. El problema sanitario y alimentario coincidió con la puesta a punto de la planta mexicana, que han llamado Nuevo horizonte. En el momento en que la planta fue visitada por este diario, ya se habían enviado a Estados Unidos 150 toneladas de fórmula libre de alergenos, bajo la marca PurAmino, y se informó a este medio de comunicación que se tiene programado el envío de otras 250 toneladas de formula láctea de alta pureza en lo que resta de 2022 y a lo largo de 2023.
ALTA PUREZA.
Desde el punto de vista de tecnología y uso del conocimiento, la planta industrial Nuevo horizonte tuvo que ser sometida a muchas pruebas pues las áreas de producción están totalmente aisladas y la mayoría de los procesos son automatizados para evitar todo contacto directo con las fórmulas que serán consumidas por bebés que no pueden alimentarse del pecho materno. El nivel de control de contaminantes es superior al de la fabricación de muchos medicamentos.
El poco personal que opera cerca de estos productos debe cruzar doble filtro de seguridad sanitaria, pero además, todos los equipos cuentan con filtros de seguridad que van retirando partículas minerales indeseables, microorganismos y otros patógenos. Hay sistemas magnéticos para retirar moléculas ferrosas y hay sistemas de detección y retiro de enterobacterias y corinobacterias. Además hay un laboratorio de vigilancia microbiológica y todo lote de producción queda aislado entre cuatro y seis días hasta que no apruebe todos los análisis microbiológicos.
Operan el secador de fórmulas líquidas más grande de Latinoamérica
Una de las piezas clave para la producción de fórmula láctea en polvo, de alta pureza, es un nuevo secador de fórmulas líquidas que es un cono metálico gigantesco en el centro de unas instalaciones de 40 metros de altura. Por ese equipo cruzan las fórmulas nutricionales y se mezclan con corrientes de aire calentado con gas natural hasta deshidratarse y convertirse en polvo. Posteriormente el producto cruza por una serie de purificadores que retiran partículas micrométricas que pudieran generar reacciones adversas a los bebés.
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