Un estudio ha proporcionado una pista importante sobre el origen del elemento iterbio en la Vía Láctea, al mostrar que el elemento se origina en gran medida a partir de explosiones de supernovas.
La investigación pionera dirigida por la Universidad de Lundtambién brinda nuevas oportunidades para estudiar la evolución de nuestra galaxia. El estudio ha sido aceptado para su publicación en Astronomy & Astrophysics.
El iterbio es uno de los cuatro elementos de la tabla periódica que lleva el nombre de la mina Ytterby en el archipiélago de Estocolmo. El elemento se descubrió por primera vez en el mineral negro gadolinita, que se identificó por primera vez en la mina Ytterby en 1787.
El iterbio es interesante porque puede tener dos orígenes cósmicos diferentes. Los investigadores creen que la mitad proviene de estrellas pesadas con vidas cortas, mientras que la otra mitad proviene de estrellas más regulares, como el sol, y que crean iterbio en las etapas finales de sus vidas relativamente largas.
"Al estudiar estrellas formadas en diferentes momentos en la Vía Láctea, hemos podido investigar cómo de rápido aumentó el contenido de iterbio en la galaxia. Lo que hemos logrado es agregar estrellas relativamente jóvenes al estudio", dice en un comunicado Martin Montelius, investigador astrónomo en la Universidad de Lund en el momento de la investigación, y ahora en la Universidad de Groningen.
Se ha especulado que el iterbio fue arrojado al espacio por explosiones de supernovas, vientos estelares y nebulosas planetarias. Allí, se acumuló en grandes nubes espaciales a partir de las cuales se formaron nuevas estrellas.
Al examinar los espectros de alta calidad de unas 30 estrellas en la vecindad del Sol, los investigadores pudieron brindar un importante apoyo experimental a la teoría del origen cósmico del iterbio. Parece que el iterbio se origina en gran medida a partir de explosiones de supernovas.
"El instrumento que usamos es un espectrómetro súper sensible que puede detectar luz infrarroja en alta resolución. Se usó con dos telescopios en el sur de los Estados Unidos, uno en Arizona y otro en Texas", dice Martin Montelius.
Dado que el análisis de iterbio se realizó con luz infrarroja, ahora será posible estudiar grandes áreas de la Vía Láctea que se encuentran detrás del polvo impenetrable. La luz infrarroja puede atravesar el polvo de la misma manera que la luz roja de una puesta de sol puede atravesar la atmósfera terrestre.
"Nuestro estudio abre la posibilidad de mapear partes extensas de la Vía Láctea que no han sido exploradas previamente. Esto significa que podremos comparar la historia evolutiva en diferentes partes de la galaxia", concluye Rebecca Forsberg, estudiante de doctorado en astronomía en Universidad de Lund.
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