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La atmósfera terrestre añade una pizca de sal a los meteoritos

Los resultados muestran que, a pesar de la rápida recuperación de los meteoritos, los fragmentos desarrollaron rápidamente varias "fases terrestres"

Mapa de composición química de la superficie de Marte
Rastros terrestres en un fragmento del meteorito de Winchcombe. Rastros terrestres en un fragmento del meteorito de Winchcombe. (UNIVERSIDAD DE GLASGOW)

Un nuevo análisis del célebre meteorito Winchcombe ha revelado lo rápido que pueden contaminarse con nuestra atmósfera las rocas espaciales que caen a la Tierra.

El meteorito, que cayó en el condado inglés de Gloucestershire en febrero del año pasado, fue el primero del que se recuperaaron fragmentos en suelo británico en casi 30 años.

Los resultados muestran que, a pesar de la rápida recuperación de los meteoritos, los fragmentos desarrollaron rápidamente varias "fases terrestres": sales y minerales que se desarrollaron a partir de la interacción de sus superficies con el ambiente húmedo en el que aterrizaron.

Los hallazgos podrían servir de base para proteger nuevos meteoritos una vez encontrados. También podrían ayudar a las misiones geológicas a asteroides y otros planetas a mantener sus muestras libres de contaminantes terrestres una vez que regresen a la Tierra.

La autora principal del artículo es Laura Jenkins, estudiante de doctorado de la Facultad de Ciencias Geográficas y de la Tierra de la Universidad de Glasgow.

Según dijo Jenkins en un comunicado, "el análisis de meteoritos permite conocer mejor los asteroides de los que proceden y cómo se han formado. Winchcombe y otros meteoritos similares contienen agua y materia orgánica extraterrestre, y los asteroides de los que proceden pueden ser los responsables de la llegada de agua a la Tierra, dándole suficiente para formar sus característicos océanos."

"Sin embargo, cuando un meteorito se expone a contaminantes terrestres, especialmente humedad y oxígeno, sufre cambios que afectan a la información que proporciona".

En un nuevo trabajo publicado en la revista Meteoritics & Planetary Science, un equipo de investigadores dirigido por la Universidad de Glasgow explica cómo examinaron dos pequeñas piezas de Winchcombe en busca de signos de modificaciones terrestres.

Utilizaron microscopía electrónica de barrido, espectroscopía Raman y microscopía electrónica de transmisión para escudriñar las superficies de las muestras. Una muestra se tomó de los fragmentos encontrados en una carretera y la otra de los encontrados en un campo de pasto para ovejas.

Descubrieron que se habían formado dos formas de sal -sulfatos de calcio y calcita- en la costra de fusión de las muestras recuperadas del campo de ovejas. En cambio, observaron halita, también conocida como sal de mesa, en la muestra tomada de la carretera.

La corteza de fusión es el material característico que se forma cuando los meteoritos se funden durante su ardiente entrada en la atmósfera terrestre. Los investigadores concluyen que, dado que los sulfatos aparecieron en el exterior de la corteza de fusión, es probable que aparecieran después de que aterrizara, como resultado de la exposición a las condiciones húmedas del campo de ovejas.

Mientras tanto, la halita sólo apareció en la superficie de las secciones pulidas del fragmento de la calzada. Dado que el pulido se realizó después de recuperar el meteorito, es probable que se formara por la interacción de la rodaja de roca con el aire húmedo del laboratorio.

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