“Yo fui la primera”, dice Silvia Giorguli, primera presidenta de El Colegio de México (Colmex), en referencia a un comentario constante en un encuentro entre rectoras, directoras y directivas de universidades e instituciones de educación superior (IES). “Yo también fui la primera”, “y yo”.
En un cambio de época, ahora es posible y cada vez más común realizar eventos como el Segundo Encuentro de Rectoras y Directoras de Instituciones de Educación Superior, que tuvo como sede el Colmex, en días pasados. En entrevista para “Crónica”, Giorguli refiere algunas de las conclusiones del encuentro y comentó sobre las posibilidades de que se elija una rectora en la UNAM.
“El encuentro tenía varios objetivos, como tener un espacio de reunión de quienes estamos al centro de instituciones de educación superior (IES). Ha habido un cambio, la pregunta es si ha sido suficiente incorporación de mujeres en puestos de decisión académica (…) Hay liderazgos muy claros en varias universidades que cuentan con mujeres en sus direcciones y rectorías, como las universidades de Sonora, Nayarit, Aguascalientes, Guanajuato, Querétaro, del Caribe y la BUAP, entre otras”.
Pero además de estos puestos de dirección, añadió la demógrafa, el encuentro contó con la participación de directoras de instituciones como el Tecnológico Nacional de México y rectoras de universidades privadas asociadas a FIMPES, así como de centros de investigación, como el Instituto Mora. Adicionalmente, sumó a las responsables de unidades de género en las instituciones, como de la UNAM, UAM y Cinvestav.
“Esto nos permitió tener más claridad de los puntos de coincidencia y los retos que enfrentan estos liderazgos femeninos en nuestras instituciones, algunos compartidos y otros particulares por el tipo de institución y por su orientación disciplinaria: hay un rápido avance en áreas de ciencias sociales y humanidades y uno más lento en áreas STEM”.
Entre las conclusiones que resultaron del encuentro, agregó, resaltan las relacionadas con la violencia de género, donde su atención ha sido acelerada en algunas instituciones con unidades y espacios que cuentan con protocolos, en tanto otros aún están en etapas más iniciales. “Ahí tenemos todo un reto y avanzar para que haya áreas con presupuesto que defiendan temas de género, así como con los protocolos y mecanismos de acompañamiento y seguimiento con las víctimas”.
Ha habido avances en estos temas urgentes, pero hace falta abarcar más en temas de prevención y sensibilización, así como de restauración a víctimas y del tejido social dentro de las instituciones, dijo.
También concluyeron en la necesidad de mejorar el panorama respecto a las políticas de cuidados, sobre qué pueden hacer las universidades e IES para impulsar acciones que armonicen la vida familiar con el trabajo y el estudio. “Algunas instituciones ya lo atienden, como con la apertura de lactarios, considerar la evaluación académica de mujeres en roles de familia, posponer los tiempos de evaluación para mujeres con niños menores de 6 años, considerar etapas de crianza y apoyos restringidos. El gran reto es cómo fomentar la política más compartida de actividades familiares”.
–Nos encontramos en una etapa académica con más directoras, rectoras y directivas en las instituciones, ¿a qué se debería este cambio en la última década que no ocurrió antes?
–Responde a un cambio de época en el reconocimiento de las mujeres dentro de las universidades. Nos exponían el caso de la BUAP, por ejemplo, con 400 años de vida y que apenas tiene a su primera rectora. ¿Qué pasó?, ¿por qué tardó tanto? Esto ocurre comúnmente, tenemos mujeres en puestos más operativos, pero no los más altos, no sólo como rectoras, sino como vicerrectoras o secretarías de desarrollo institucional, de planeación, evaluación.
¿Por qué no antes en las capacidades de gestión cuando sí ocurría a nivel operativo? Sí hay un cambio y un ambiente más favorable para reconocer e incorporar a las mujeres. Recuperando testimonios en el encuentro se señaló que no sólo se ha tratado de romper el techo de cristal, o el piso pegajoso, sino también generar un cambio en la cultura institucional. No basta con que llegue una mujer al puesto de dirección tomando los rasgos de liderazgo masculino, sino que realmente cambia prácticas hacia dentro de las instituciones.
Cuando Giorguli llegó a la presidencia del Colmex (2015), relata, sólo había una rectora en el país, la doctora Sara Ladrón de Guevara, en la Universidad Veracruzana. “Es la decana en liderazgos femeninos, pero ahora hay muchos más y es lo que nos da el espacio para constituir un espacio de encuentro entre nosotras”. Datos arrojados en el encuentro estiman que sólo hay alrededor de 25% de rectoras y directoras de IES en el país, porcentaje que disminuye a cerca del 15% cuando se toma todo el sistema universitario en su conjunto, añadió.
–¿Cómo visualiza personalmente este cambio de panorama?
–Cuando llegué a la presidencia del Colmex comencé a asistir a varios foros y me di cuenta de lo masculinizado que estaban los espacios de gestión universitaria en los puestos más altos. Celebramos este cambio y el reto es concretar en forma la gestión y muestre que sí puede haber un cambio institucional importante. Lo que una quisiera es que no fuera un tema de si es un director o una rectora, sino que haya ya una participación igualitaria; una agenda de género hacia dentro de las universidades no es tema de las rectoras, sino del sistema universitario en general.
En términos personales fue gratificante ver cómo compartimos una serie de retos y aspectos que tienen que ver con estilos personales de gestión, de apertura de escucha a comunidades, de tener un intercambio amplio, de mantener un diálogo con los diferentes órganos colegiados sobre estos temas de igualdad y hacerlo con conocimiento de nuestras propias experiencias.
–¿Avizora una nueva rectora en UNAM?
–Sin ser alguien interna en la institución puedo decir que da gusto que entre los 17 candidatos hay 5 mujeres, todas ellas con excelentes currículums, algunas con experiencia en gestión, algunas a nivel de la rectoría y coordinaciones. Da gusto que haya espacio y que sea cada vez más normal en estos procesos. Sea quien sea que resulte elegido, hombre o mujer, buscaremos el acercamiento para plantear conclusiones de este encuentro. Ya tenemos ese tema avanzado mediante la Coordinación de Género de la UNAM.
En la máxima casa de estudios se han llevado diversos programas y protocolos para atender denuncias de acoso y hostigamiento sexual, bajo rectoría de Enrique Graue, que han servido de modelo y que generosamente ha compartido con otras instituciones. En el Colmex hemos tenido un acercamiento importante, puesto que la UNAM, como la máxima casa de estudios, tiene un reflejo de lo que ocurre en otras instituciones. La agenda de género ya llegó para quedarse y quien quede al frente de la rectoría la retomará y la va a mantener.
Por otra parte, refiere que se vislumbra la llegada de una mujer a la presidencia del país, lo que dará espacio para seguir consolidando y avanzando agenda de género y liderazgo femenino en la educación superior. “Desde las candidaturas buscaremos un acercamiento y hablar de esta dimensión con las candidatas”.
Finalmente, Silvia Giorguli enfatizó que las universidades son centros de innovación y de avanzada en temas culturales y de discusión crítica. “Visibilizar lo que hacemos las universidades hacia la igualdad es importante también para otras instituciones y espacios de la sociedad, así que su difusión es muy positiva”.
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