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Brazo fuerte: el caballero de chaleco elegante

El estudio del medio natural es punto clave para la conservación de la biodiversidad, a pesar de esto, aún se desconocen muchos aspectos biológicos de diversas especies, como es el caso del Brazo fuerte (Tamandua mexicana)

Perezoso en la rama de un árbol
Brazo fuerte (Tamandua mexicana) caminando sobre un árbol. Fotografía tomada en la región de La Mancha, Veracruz. Brazo fuerte (Tamandua mexicana) caminando sobre un árbol. Fotografía tomada en la región de La Mancha, Veracruz. (Alberto González Romero.)

El oso hormiguero (Tamandua mexicana), conocido también como brazo fuerte, es un mamífero arborícola que habita principalmente en los bosques y selvas del sur de México. Aunque su presencia llena de elegancia estos entornos, su estilo de vida en las copas de los árboles y sus bajas densidades poblacionales han contribuido a que sea un animal enigmático, con muchos aspectos biológicos por descubrir.

Este singular mamífero, también llamado simplemente tamandúa, posee un cráneo alargado y tubular, acompañado de una lengua pegajosa y tres garras poderosas que utiliza para desgarrar termiteros y hormigueros en su búsqueda por alimento. A pesar de su apodo de "oso hormiguero", no guarda parentesco alguno con los osos; pertenece al grupo de los Xenartros o desdentados, que incluye a los perezosos y armadillos. Su dieta se basa principalmente en hormigas, termitas y otros invertebrados, e incluso puede consumir néctar, siendo capaz de visitar decenas de nidos diariamente y consumir miles de hormigas en un solo día.

El oso hormiguero se distingue por su peculiar pelaje, que va desde tonalidades blancas amarillentas hasta grises, con una franja negra que recuerda a un chaleco. Con patas cortas y fuertes, y una cola prensil, este mamífero de tamaño mediano puede llegar a pesar entre 4 y 6 kilos y medir hasta 1.30 metros de altura erguido en sus patas posteriores. Su hábitat se extiende desde los bosques tropicales y subtropicales hasta los manglares, desde el nivel del mar hasta altitudes de 2,000 metros en bosques mesófilos.

Aunque su apariencia parece ser tranquila, su comportamiento sugiere lo contrario, el oso hormiguero es territorial y puede mostrar comportamientos agresivos cuando se siente amenazado, utilizando sus fuertes garras como arma defensiva, suele simular una posición de arte marcial para intimidar a otros animales. Además de su vida en los árboles, ha diversificado su actividad hacia el suelo, siendo capaz de mantenerse activo en diferentes momentos del día. Tras satisfacer su voraz apetito, encuentra reposo entre las copas de los árboles.

A pesar de su encanto y adaptación, el oso hormiguero enfrenta serias amenazas en México, incluida la pérdida de hábitat, los atropellos vehiculares y los ataques de perros ferales, lo que ha llevado a su clasificación como especie en peligro de extinción en el país. La dificultad para estudiar sus hábitos arborícolas destaca la necesidad urgente de más investigación para garantizar su conservación en la naturaleza.

"La opinión es responsabilidad de los autores y no representa una postura institucional"

* Instituto de Ecología, A.C. Red de biología y conservación de vertebrados

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