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Buque oceanográfico Justo Sierra: ciencia flotante en el golfo de México

En 2024, la embarcación celebra su cumpleaños número 42, tiempo en el que ha colaborado en diversas investigaciones, entre ellas las biotecnológicas · “Biotecnología en Movimiento” nos comparte este artículo de su nuevo número

Buque oceanográfico
El Justo Sierra posee su propio muelle y un edificio de operaciones en Tuxpan de Rodríguez Cano, Veracruz. El Justo Sierra posee su propio muelle y un edificio de operaciones en Tuxpan de Rodríguez Cano, Veracruz. (Gaceta UNAM)

El buque oceanográfico Justo Sierra de la UNAM es icónico. Se fabricó hace 41 años con el objetivo de realizar investigaciones sobre oceanografía física, biología marina, química, geofísica marina, ingeniería, arqueología y ahora también investigaciones en biotecnología.

El Justo Sierra posee su propio muelle y un edificio de operaciones en Tuxpan de Rodríguez Cano, Veracruz. La Comisión Académica de los Buques Oceanográficos de la UNAM (CABO) es responsable de su operación y lo administra la Coordinación de Plataformas Oceanográficas (COPO). Tiene como área principal de investigación la Zona Económica Exclusiva del Golfo de México y el Mar Caribe.

El Justo –llamado así por los amigos– ha participado en 397 campañas y colaborado con 11 instituciones externas a la UNAM y 11 empresas o instituciones que lo contratan, en donde han participado más de 7 mil 296 científicos, entre ellos sus servidores. Si bien el Justo Sierra este año (2024) celebra su cumpleaños número 42, es una embarcación de primer nivel que lleva a cabo investigación científica con los estándares de más alta calidad internacional.

¿CÓMO ES EL BUQUE?

Entrar por primera vez al buque es impresionante porque es más grande de lo que aparenta por fuera. Tiene una longitud total de proa a popa de 50 m y una longitud máxima de babor a estribor de 10.3 m y pesa 100 toneladas. Las áreas de trabajo suman 175 m 2, incluyendo cuatro laboratorios, una biblioteca, una sala de juntas, un taller de electrónica y dos cámaras de refrigeración a -20 y 10 °C para conservar muestras.

El Justo Sierra tiene capacidad para 15 tripulantes y 20 participantes científicos. Puede permanecer de manera autónoma en el mar sin reabastecerse de combustible y provisiones hasta por 25 días. Algo muy importante es que el buque tiene capacidad para producir agua dulce para las necesidades personales y científicas de los pasajeros, desalinizando agua de mar.

En palabras del Dr. Ingvar Emilsson – quien participó como consultor de la UNESCO en el diseño de los buques oceanográficos el Puma y el Justo Sierra–, el diseño del barco se hizo con la intención de que los investigadores pudieran vivir y trabajar a gusto, es por esto que los camarotes tienen luz natural de día y ventanas. Algo que se agradece es despertar y poder ver el mar por la ventana. Eso motiva para seguir con las jornadas extenuantes a bordo del buque.

MUESTRAS.

Las muestras de agua y sedimento son aprovechadas al máximo por diferentes grupos de investigación, que buscan información acerca de los organismos y microorganismos que habitan en el golfo de México y de sus condiciones ambientales. Se busca, por ejemplo, determinar la concentración de nutrientes, metales, hidrocarburos y más recientemente, de microplásticos.

En el Laboratorio de Biotecnología Marina del IBt, a cargo de la Dra. Liliana Pardo, nos enfocamos en el estudio de las bacterias que viven en el agua o en el sedimento marino y en su capacidad para degradar hidrocarburos y plásticos. Extraemos el ADN de las muestras de agua y sedimento para analizarlo e identificar bacterias. Además, usamos diferentes medios de cultivo para hacer crecer y aislar las bacterias de esas mismas muestras.

Estos medios de cultivo contienen las condiciones mínimas necesarias para que las bacterias sobrevivan utilizando como alimento hidrocarburos o plásticos. Con este método, en nuestro laboratorio se han aislado bacterias y enzimas que degradan petróleo y algunos tipos de plástico y que pueden contribuir a resolver problemas de contaminación. Las operaciones iniciales para el aislamiento de bacterias y ADN se pueden realizar en el mismo buque, en el laboratorio de Biología que cuenta con las condiciones necesarias, lo que es una gran ventaja porque se puede trabajar con las muestras frescas.

MÁS ESTUDIOS A BORDO.

- El estudio del impacto ambiental en la zona petrolera; en la campaña SGM-23 bajo la dirección del Dr. Adolfo Gracía en donde colaboramos con colegas de distintas disciplinas para determinar el impacto ambiental de la extracción de petróleo en el lecho marino.

- Estudios que buscan reconstruir las condiciones del océano en el pasado a través del estudio de los sedimentos, como los dirigidos por la Dra. María Luisa Machain Castillo, del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la UNAM y la Dra. Ligia Pérez Cruz del Instituto de Geofísica de la UNAM.

En “Biotecnología en Movimiento”, los autores compartirán sus experiencias a bordo del buque Justo Sierra y su importancia en la investigación del golfo de México. Específicamente en el área biotecnológica, el buque ha permitido hacer una amplia búsqueda de bacterias y enzimas para el desarrollo de ciencia básica y tecnologías de biorremediación. (Lee el artículo completo en https://biotecmov.ibt.unam.mx)

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