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Cerca de 4 de cada 10 niños y adultos mexicanos tienen sobrepeso u obesidad

Los resultados recientes de la Ensanut 2020-2023 muestra una estabilización en la tendencia · Investigadores enfatizan recomendaciones · Bebidas endulzadas, la principal causa

Hombre con botella en la cintura
Uno de los principales factores para el desarrollo de estos padecimientos es el consumo de “bebidas energéticas industrializadas” (BEI). Uno de los principales factores para el desarrollo de estos padecimientos es el consumo de “bebidas energéticas industrializadas” (BEI). (Cuartoscuro)

Alrededor de cuatro de cada 10 adultos en México padecen obesidad: la prevalencia es de 37.1% (41.0% mujeres, 33.0% hombres), de acuerdo a los resultados más recientes de la Encuesta Nacional de Salud Pública (Ensanut) 2020-2023, la cual atribuye principalmente el consumo de “bebidas energéticas industrializadas” (BEI) como una de las causas principales. La prevalencia mundial es de alrededor del 16%.

“El porcentaje de energía proveniente de BEI fue el doble en hombres que en mujeres (6.8 vs. 3.3%). Los hombres del cuartil más alto del porcentaje de energía proveniente de BEI tuvieron 2.29 veces mayor posibilidad de tener obesidad”, señala el artículo “Recomendaciones de política pública. Ensanut Continua 2020-2023”, escrito en la revista del Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) “Salud Pública de México”, con motivo de los resultados de la Ensanut.

El análisis de estos resultados de la Ensanut, escriben los autores, expone que esta tendencia se ha estabilizado en la población mexicana en los últimos años.

Para este estudio, se analizó la información de 32 mil 889 participantes para caracterizar a la población adulta mexicana por grupos de índice de masa corporal (IMC) y estratificados por variables sociodemográficas. “Se usaron modelos de regresión logística para estimar las asociaciones de esos grupos con las variables de interés. Finalmente, se exploró la tendencia de los grupos de IMC en las últimas seis encuestas nacionales (2000-2023)”.

Los autores recuerdan que, entre 1990 y 2022 la prevalencia global de obesidad se duplicó, siendo México uno de los países con las cifras más altas, con un incremento en las mujeres de 24.9 a 35.2% entre 1999 y 2012, y en los hombres de 18.5 a 26.8% entre los años 2000 y 2012. “La tendencia creciente de obesidad hasta 2016 motivó que la Secretaría de Salud declarara una emergencia epidemiológica para considerar prioritaria la prevención y control de la obesidad”.

Ante este escenario, los expertos recomiendan una sólida política pública de promoción de estilos de vida saludables, campañas de promoción en todos los grupos poblacionales, así como reforzar políticas que han demostrado ser eficaces, como el etiquetado e impuesto a productos chatarra.

Adicionalmente, se debe aumentar el acceso a agua potable y alimentos saludables, y, reforzar la atención de las personas que ya desarrollaron estos padecimientos, en toda una estrategia expuesta a detalle en el artículo. “…Por tanto, se requieren intervenciones con una visión integral y multisistémica que permitan la prevención y control de la obesidad”, concluye el texto.

En el artículo “Sobrepeso y obesidad en población escolar y adolescente”, en la misma revista, investigadores del INSP hacen un análisis similar con este grupo poblacional:

La prevalencia de sobrepeso y obesidad fue de 36.5% y 40.4% en escolares y adolescentes, respectivamente.

La mediana del porcentaje de energía de azúcares fue de 12.6% y del consumo de frutas y verduras fue de 200 g/d. La probabilidad de desarrollar estos padecimientos, añade el artículo, disminuyó conforme se incrementó el consumo de frutas y verduras en niños con padre o madre con índice de masa corporal normal. “La probabilidad de sobrepeso y obesidad incrementó con mayor porcentaje de energía de azúcares añadidos”. Ante este panorama, los especialistas enfatizan la necesidad de implementar medidas que lo contrarresten, tales como:

Regulación de publicidad de productos ultraprocesados, etiquetado claro y comprensible, promocionar entornos saludables en las escuelas –en casi todas se venden productos chatarra y ultraprocesados, como han develado organizaciones civiles. Adicionalmente, los especialistas recomiendan apoyar la agricultura local, el diseño de una cultura nutricional para padres y cuidadores, la promoción de actividad física, además de monitorear y evaluar para medir el impacto de las políticas públicas.

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