El movimiento de las placas tectónicas de la Tierra desencadena indirectamente estallidos de biodiversidad en ciclos de 36 millones de años al forzar la subida y bajada del nivel del mar.
Una nueva investigación publicada en la revista 'Proceedings of the National Academy of Sciences', dirigida por el profesor asociado Slah Boulila, de la Universidad de la Sorbona, sostiene además que estos ciclos geológicos de cambios en el nivel del mar tienen un impacto significativo en la diversidad de las especies marinas, que se remonta al menos a 250 millones de años.
A medida que el nivel del agua sube y baja, los distintos hábitats de las plataformas continentales y los mares poco profundos se expanden y contraen, ofreciendo a los organismos la oportunidad de prosperar o morir. Mediante el estudio de los registros fósiles, los científicos han demostrado que estos cambios provocan la aparición de nuevas formas de vida.
El coautor del estudio, el profesor Dietmar Müller, de la Escuela de Geociencias de la Universidad de Sidney (Australia) explica que, "en términos de tectónica, el ciclo de 36 millones de años marca alteraciones entre una propagación más rápida y otra más lenta del fondo marino, lo que conduce a cambios cíclicos de profundidad en las cuencas oceánicas y en la transferencia tectónica de agua a las profundidades de la Tierra".
"Éstos, a su vez, han provocado fluctuaciones en la inundación y desecación de los continentes, con periodos de extensos mares poco profundos que fomentan la biodiversidad --prosigue en un comunicado--. Este trabajo ha sido posible gracias al software de tectónica de placas GPlates, desarrollado por el Grupo EarthByte de la Universidad de Sydney, con el apoyo de la Estrategia Nacional de Infraestructura de Investigación Colaborativa de Australia (NCRIS) a través de AuScope".
El equipo basó sus conclusiones en el descubrimiento de ciclos sorprendentemente similares en las variaciones del nivel del mar, los mecanismos del interior de la Tierra y los registros fósiles marinos.
Los científicos disponen ahora de pruebas abrumadoras de que los ciclos tectónicos y los cambios globales del nivel del mar impulsados por la dinámica de la Tierra han desempeñado un papel crucial en la configuración de la biodiversidad de la vida marina a lo largo de millones de años.
"Esta investigación pone en tela de juicio las ideas previas sobre por qué las especies han cambiado durante largos periodos --asegura el profesor Müller--. Los ciclos duran 36 millones de años debido a patrones regulares en la forma en que las placas tectónicas se reciclan en el manto convectivo, la parte móvil de la Tierra profunda, similar a una sopa caliente y espesa en una olla, que se mueve lentamente".
En este sentido, añade que la Formación Winton del Cretácico, en Queensland, es un ejemplo excelente de cómo los cambios del nivel del mar han modelado los ecosistemas e influido en la biodiversidad de Australia. La formación, famosa por su colección de fósiles de dinosaurios y ópalos preciosos, ofrece una valiosa ventana a una época en la que gran parte del continente australiano estaba inundado.
A medida que el nivel del mar subía y bajaba, la inundación del continente creaba huecos ecológicos que se expandían y contraían en mares poco profundos, proporcionando hábitats únicos para una gran variedad de especies.
"La Formación Winton del Cretácico es un testimonio del profundo impacto de estos cambios en el nivel del mar, ya que capta una instantánea de una época en la que el paisaje de Australia se transformó y fascinantes criaturas vagaban por la tierra", concluye el profesor Müller.
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