En años ya lejanos los científicos temían dar a conocer sus descubrimientos porque podían perder el privilegio de la autoría. En los tiempos de Leonardo da Vinci y Galileo Galilei solían registrar sus resultados a través de documentos codificados en anagramas o códigos cifrados y luego los distribuían, no existían las revistas científicas como las conocemos hoy en día. Los resultados sólo eran vistos como algo para compartir con unos pocos iniciados. Con todo el sigilo, frecuentemente resultaba difícil para el descubridor probar su autoría. Hoy el panorama es muy diferente, la sociedad en su conjunto financia la actividad científica y las autorías son inherentes a los sistemas en los que la ciencia se publica y, aunque “rápidamente” lo importante se disemina, no siempre ocurre en la forma que podríamos realmente llamar abierta.
En el año 2018, 14 científicos compartieron lineamientos, ideas y estrategias para sentar las bases para una Ciencia Abierta. Les interesaba aumentar el nivel de transparencia y participación de la sociedad en el proceso de la investigación científica. También, en 2018 dentro del Foro CILAC se lanza la “Declaración de Panamá sobre Ciencia Abierta”, respaldada por universitarios y organizaciones de la sociedad civil de América Latina y el Caribe. El llamado convocaba a propiciar: más ciencia y abierta. También invitaba a modelos colaborativos de creación, gestión, comunicación, preservación y apropiación entre Academia-Ciudadanía-Estado-Empresa”. Hay que reconocer que abrir la ciencia requiere ir más allá del acceso abierto a las publicaciones. Por supuesto aspira a sus virtudes y se arriesga a sus peligros. Es necesario recuperar el papel de liderazgo de la sociedad y reclamar el derecho de los ciudadanos a producir y beneficiarse de la ciencia, la tecnología y la innovación (OCSDNet).
La ciencia es un bien común. La necesitamos para comprendernos a nosotros mismos y entender en dónde estamos, para enfrentar nuestras dificultades y encontrar nuevas formas de vivir. Y a pesar de todo, acceder a ella es difícil. A veces simplemente porque las publicaciones, al ser muy caras, están al alcance de solo unos cuantos, pero también por tradiciones que reservan formas de comunicación cerradas, y alejan a los no iniciados de participar en el proceso. Con el impulso democratizador que ha provocado el Internet, estamos obligados a repensar los mecanismos de acción de la actividad científica y aprovechar las oportunidades emergentes para involucrar más ampliamente a la sociedad en la perspectiva y las formas de actuar de la ciencia. El caso del virus SARS-CoV-2 es un ejemplo de la relevancia de abrir la ciencia y la amplitud de los debates que ocurren en el conjunto de la sociedad, cuando la ciencia importa (Díaz Fragoso et al., 2021).
La Ciencia Abierta aspira además a la apertura no solo de las publicaciones, sino también los datos generados, las metodologías, el código computacional empleado, etc. Todo ello con el interés de que el proceso mismo de producción de conocimiento a la manera científica esté disponible oportuna y ampliamente, que pueda además ser sometido al escrutinio público y aprovechado por los diversos actores social: políticos, empresarios y ciudadanos en general. Ciencia Abierta implica que el conocimiento generado con fondos públicos se distribuya sin costos adicionales, y que los datos se mantengan en condiciones accesibles para reutilizarlos. Se ha demostrado el potencial acelerador del progreso científico que tiene el compartir los datos crudos de las investigaciones (Hampton et al., 2015). Ciencia Abierta es trabajo colaborativo entre académicos y personas interesadas, privilegia la transparencia y la responsabilidad en todas las fases de la investigación, no solo la publicación final, sino desde la adquisición de los datos (Abadal, 2021). En el reciente Seminario “EULAC - SciELO 25 Años: El papel de los libros en la ciencia abierta celebrado” en la UV, dos ponentes señalaron que las publicaciones en formato “abierto” tienden a ser más útiles (citadas), que las diseminadas por suscripción cerrada (https://25.scielo.org/es/seminarios/eulac/).
Definición
Hay diversas definiciones, puntos de vista y desde luego diferentes posiciones respecto a qué es ciencia abierta. Una revisión de 40 artículos encuentra que la ciencia abierta ocurre como una evolución hacia una ciencia más efectiva, accesible, transparente, interdisciplinaria y democrática, en particular la que se origina por procesos financiados con recursos públicos (Sánchez Vargas, 2019). Seis principios de la ciencia abierta son,
• Acceso abierto
• Código abierto
• Datos abiertos
• Metodologías abiertas
• Recursos educativos abiertos
• Revisión por pares abierta
Derecho Humano a la Ciencia
México hizo una reforma constitucional en 2019, para reconocer como derecho humano fundamental producir conocimiento científico y acceder a sus resultados. El alineamiento de este mandato con el ideario de la Ciencia Abierta exige revalorar criterios sobre distribución de cargas y beneficios en la generación de conocimiento y sobre las prácticas para democratizar el conocimiento existente. Al conjugar el Derecho Humano a la Ciencia a través de los principios de interpretación y aplicación contenidos en el Artículo 1 de la Constitución, las implicaciones y posibilidades de desarrollo jurídico y en la práctica científica (institucional e individual), son muy amplias. El Conahcyt ha venido promoviendo la Ciencia Abierta desde hace muchos años, incluyendo la misión de propiciar la pluralidad epistemológica y la integración de los saberes culturales ancestrales. Pero la demanda es por una Ciencia Abierta plena, no sólo el acceso abierto a documentos producidos por los científicos.
Aspiración de la Ciencia Abierta
La ciencia abierta busca mantener en lo fundamental la motivación y objetivos de la investigación convencional. Al mismo tiempo, busca mejorar la vigencia, velocidad de difusión y apropiación social de la ciencia. Busca favorecer una evaluación de la fiabilidad de los estudios y detectar conflictos de interés, potenciando la pertinencia de las investigaciones y el interés social amplio en el proceso.
Referencias
Abadal E. 2021. Ciencia Abierta: un modelo con piezas por encajar. Vol. 197-799, enero-marzo 2021, a588 | ISSN-L: 0210-1963 https://doi.org/10.3989/arbor.2021.799003
Díaz Fragoso, O., G. M. L. Riquelme Alcantar, G. Rivera González, Ciencia Abierta y su papel durante la pandemia de COVID-19. 2021. Investigación Bibliotecológica: archivonomía, bibliotecología e información. 35 (88): 147-160. http://dx.doi.org/10.22201/iibi.24488321xe.2021.88.58403
Hampton, S. E., S. S. Anderson, S. C. Bagby, C. Gries, X. Han, E. M. Hart, M{ B. Jones et al. 2015. “The Tao of open science for ecology”. Ecosphere 6 (7): art120. https://doi.org/10.1890/es14-00402.1
Sánchez Vargas AP. Ciencia abierta - Elementos conceptuales. Colciencias. 2017. Disponible en: http://colciencias.gov.co/sites/default/files/ckeditor_files/Doc%20Trabajo%20Ciencia%20Abierta.pdf
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*Red de Ambienta y Sustentabilidad, Instituto de Ecología A.C.
**Académico Independiente
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