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Científicos pidieron la protección del Poder Judicial para su trabajo y estudios

Realizan marcha para rechazar la “Ley Buylla”. La comunidad de investigadores debe estar unida para no aceptar esa ley, dice José Sarukhán

Possible title: Marcha en defensa de la ciencia en México
Al avanzar por Calle Madero, los científicos gritaban ¡Álvarez Buylla, la ciencia no es tuya", en referencia a la directora de Conahcyt. Al avanzar por Calle Madero, los científicos gritaban ¡Álvarez Buylla, la ciencia no es tuya", en referencia a la directora de Conahcyt. (Antimio Cruz)

Al cumplirse un mes de que fue aprobada en México la nueva Ley General de Ciencia, mediante un proceso legislativo lleno de irregularidades, cientos de investigadores, estudiantes y profesores se unieron ayer a la movilización ciudadana en apoyo a la Suprema Corte de Justicia (SCJN) que marchó por calles de la Ciudad de México.

En sus expresiones en voz alta y con letreros, los miembros de la comunidad académica que acudieron a la marcha pidieron la protección del Poder Judicial hacia su trabajo y estudios, en contra de impactos negativos que puede provocar lo que ellos llaman la "Ley Buylla", en referencia a un apellido de la actual responsable gubernamental de la política científica del país, María Elena Álvarez Buylla, directora del Consejo Nacional de Humanidades Ciencia y Tecnología (Conahcyt).

“El hecho de que la investigadores, profesores y estudiantes salgan a protestar a las calles es un cambio muy importante que debería ser tomado en serio por absolutamente toda la comunidad científica, porque la nueva Ley vulnera y distorsiona profundamente el sentido íntimo de libertad de investigación y de desarrollo de conocimiento para la sociedad mexicana y para todo el mundo. Yo creo que toda la comunidad científica debería estar solidariamente unida para no aceptar esa ley”, comentó durante la marcha, para los lectores de Crónica, el biólogo José Sarukhán, ex rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), fundador del Instituto de Ecología y de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).

Biólogos, historiadores, químicos, abogados e ingenieros se agruparon en diferentes contingentes a lo largo de la columna de la marcha, donde se identificaban como miembros de la comunidad científica gracias a cartulinas y mantas que portaban con consignas como: “No a la Ley HCTI. Sin ciencia no hay futuro”; “Vine a defender a los Centros Públicos de Investigación”; “La corte no se toca; la ciencia tampoco” o “Educación de excelencia y ciencia libre”.

En viva voz, las consignas eran Goyas universitarios, gritos de “¡Álvarez Buylla, la ciencia no es tuya! ¡La Corte no se no se toca, la ciencia tampoco! Y muchas veces ¡México! ¡México! ¡Mexico!

Es importante aclarar que la marcha que partió del Monumento a la Revolución hacia el Zócalo no era exclusiva de científicos, pues había una mezcla muy diversa de grupos en el conjunto móvil de personas, que ocupaban un kilómetro y medio de longitud por las avenidas que cruzaban. A pesar de esta mezcla, cualquier persona que se detuviera a un costado de la marcha podía leer e identificar las cartulinas y mantas distintivas de grupo de personas de la Facultad de Ciencias, la Facultad de Ingeniería y el Instituto de Ecología de la UNAM; de un grupo de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM); otro del Instituto Mora y del Centro de Investigación y Docencia Económica (CIDE), y otros que sólo de identificaban como Centros Públicos de Investigación. Aunque este diario no cuenta con un número preciso de científicos que estuvieron presentes, las fotografías de diferentes secciones de la marcha permiten afirmar que fueron cientos, mezclados entre otros manifestantes que sumaban miles.

“La tradición de la academia ha sido la de la participación en múltiples movimientos; ahí está el movimiento de 1968, como el gran referente, pero en los últimos tiempos se ha agudizado la necesidad de la presencia de los académicos en las calles. Esta marcha es parte de una convocatoria más amplia para defender a las instituciones que han sido violentadas con procesos poco transparentes y ahí se inscribe el tema de la nueva Ley de Ciencia y Tecnología, que es por lo que estamos aquí, para hacer lo visible al resto de la sociedad”, explicó a este diario la Doctora Fausta Gantús, reconocida historia del Instituto Mora, experta en historia política mexicana, historia regional e historia de la prensa.

Un sector importante de la comunidad académica tiene puesta la esperanza en que diputados de oposición inicien acciones de inconstitucionalidad contra la Ley de Ciencia y que la Suprema Corte la declare improcedente por haber sido aprobada de forma desaseada, violando el debido proceso de discusión y análisis de los cambios.

“El ambiente es muy hostil actualmente al interior de los Centros Públicos de Investigación y muchos prefieren no protestar. Hay mucho miedo porque parte de lo que hace la nueva Ley es quitar a los centros la poca autonomía que tenían anteriormente; busca imponer una manera de gobernar los centros que no toma en cuenta la diversidad de sus comunidades y nos quita la posibilidad de tener incidencia en la evaluación”, subrayó la Doctora Cath Adrews, investigadora y ex Secretaria Académica del CIDE, experta en Historia Constitucional de México.

Vestidos de blanco, los manifestantes salieron a las 10:30 del Monumento a la Revolución, avanzaron por Avenida de la República, Avenida Juárez, cruzaron por la calle peatonal de Madero y desembocaron en el Zócalo, donde sonaban las campanas de la Catedral metropolitana a las 11:45, mientras ondeaba la bandera mexicana monumental.

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