La guerra entre Rusia y Ucrania, iniciada en febrero de 2022, ha reducido la cantidad de maíz y trigo disponibles en el mundo, por lo que diferentes países preocupados por una eventual crisis alimentaria han solicitado asesoría al Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMyT), cuya sede central se encuentra en Texcoco, Estado de México, para mejorar la calidad de semillas y los procesos de transferencia de tecnología.
En entrevista para los lectores de Crónica, el doctor Bram Govaerts, director del CIMMYT, explicó que actualmente se busca aprovechar y compartir la experiencia adquirida con un modelo de transferencia de tecnología llamado Más Agro, que fue creado en México.
El científico nacido en Bélgica pero residente en México respondió, mediante una videollamada, a la consulta hecha por este diario, durante una escala de vuelo desde Zambia, África, donde fue invitado para explicar el modelo de trabajo de CIMMYT, que ha sido reconocido por haber desarrollado numerosas variedades de semillas mejoradas de granos, resistentes a condiciones hostiles de clima y plagas.
El doctor explicó que su modelo de transferencia de tecnología incluye la participación de universidades, compañías productoras de semillas y organizaciones de productores. Para todo ellos se necesita trabajo y confianza. “La confianza viene caminando, pero huye cabalgando”, dice el científico y directivo.
“Justamente voy regresando de Zambia, donde el modelo de transferencia de tecnología que hemos trabajado en México, que conocemos como Más Agro, ha generado mucho interés, y lo mismo de otros gobiernos que buscan responder al alza de precios de los alimentos. Varios de los países que están afectados por la guerra de Rusia-Ucrania nos están buscando a CIMMyT para implementar el modelo que hemos desarrollado en México y esperamos que en México también podamos acelerar su implementación.
“El modelo no consiste en aislar un equipo especial para la transferencia de tecnología, sino en que todo el mundo que desarrolla innovaciones y que supervisa investigaciones, parta desde lo que llamamos Demand driven o desde una demanda. Hay diferencia entre demanda y necesidad porque en la demanda hay una necesidad y además una voluntad por resolverla. Desde la demanda registrada orientamos la investigación aplicada y ya después tenemos especialistas en el CIMMyT en escalamiento y especialistas en hacer las conexiones correctas con los que pueden entregar esas innovaciones a los productores.
¿Con quienes dialoga CIMMYT?
“Tenemos en México, un modelo donde se hace la investigación y luego se demuestra esta investigación en lo que llamamos plataformas controladas, que son espacios en otros centros de investigación como es el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias (INIFAP), la Universidad de Chapingo, o la Universidad Antonio Narro, quienes normalmente comparan las diferentes opciones en esa agroarqueología, para los productores.
“Esto sirve para revisar cómo las tecnologías e innovaciones funcionan, pero también cómo funcionan como plataformas de capacitación, para de una vez conectar con capacitadores, que ellos vean cómo funcionan diferentes tecnologías”, indica.
A partir de ahí, el CIMMYT hace trabajo con productores, donde compara, fuera de ambiente controlado, la práctica convencional contra la práctica con nuevas innovaciones. Así se nutre un gran sistema de generación de datos que hoy en día monitorea alrededor de 30 mil parcelas. Luego, el Centro trabaja con técnicos de Organizaciones No Gubernamentales, más actores privados y públicos que utilizan ese conocimiento en su día a día para hacer su trabajo mejor.
“Pueden ser pequeñas semilleras, si se trata de participantes privados; o puede ser Educampo, si se trata de ONGs; pueden ser técnicos de gobierno estatal o federal, que agarran el conocimiento y juntan a productores. Luego los productores implementan ya las nuevas tecnologías y las innovaciones. Generamos más datos a partir de ello y luego hay todo un tema de ‘boca a boca’ que ya no controlamos, que es el escalamiento masivo, que surge a partir de este sistema. Entonces el sistema tiene, por un lado, la conexión de ciencia con los que fundan la tecnología; por otro lado tiene un sistema físico de campos de entrenamiento, de parcelas con productores y un tema no físico, más bien soft, que es la generación de este ambiente de innovación”, explicó el Doctor Govaerts.
El CIMMYT, una institución científica, apolítica y sin fines de lucro
Fundado en 1943 con donativos públicos y privados de diferentes participantes, como el gobierno de México y la Fundación Rockefeller el CIMMYT ha logrado producir y transferir el 50 por ciento de las semillas mejoradas de maíz y trigo que se usan en todo el mundo, resistentes a sequías, plagas y enfermedades. Ahí nació, en los años 60s y 70s la llamada Revolución verde, que aumentó la producción de granos en zonas de gran hambrina y ahí trabajó el ganador del Premio Nobel de la Paz 1970, Normal Borlaug.
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