En México y en América Latina se puede reducir el número de mujeres que mueren por enfermedades graves si se atienden cinco grandes desafíos: 1) enseñar a la población que el cáncer se puede controlar si se detecta a tiempo: 2) exigir a las autoridades que cumplan con el financiamiento mínimo para la salud recomendado por la Organización Mundial de la Salud, que es de 6 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB); 3) mejorar la evaluación del desempeño de la inversión en salud; 4) acortar el tiempo que toma la adopción de nuevas tecnologías, y 5) eliminar el estigma social que evita que muchas mujeres acudan a consultas de salud preventiva.
Lo anterior fue explicado, en la capital panameña, por la doctora Olga Georgina Martínez Montañez, Coordinadora Normativa en la Dirección de Prestaciones Económicas y Sociales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), durante la apertura del encuentro Roche Press Day, que reunió a casi doscientos periodistas, profesionales de la salud, representantes de universidades, fundadoras de organismos no gubernamentales y líderes de la industria farmacéutica de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba. Ecuador, México, Panamá, Perú, Uruguay, Venezuela. Crónica fue uno de seis medios de comunicación mexicanos invitados para participar en el encuentro.
CARGA INEQUITATIVA
América Latina es la región del mundo con mayores desigualdades económicas y sociales, además de profundas inequidades de género. Esto ha provocado que las mujeres tengan menor y más tardío acceso a diagnósticos y tratamientos en salud. Las cifras que fundamentan la anterior afirmación son numerosas y de diferentes fuentes: la Organización de Estados Americanos (OEA) calcula que 100 millones de mujeres latinoamericanas tiene impedimentos geográficos y económicos para acceder a servicios de salud; la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) estima que una de cada tres mujeres en América Latina no tiene acceso a seguridad social o sanitaria; Amnistía Internacional sostiene que la salud mental del 60 por ciento de las mujeres latinoamericanas adolescentes fue impactado negativamente durante el confinamiento por la pandemia.
Además de lo anterior, el 80 por ciento del gasto de atención en salud mundial lo realizan las mujeres; el 63 por ciento del tiempo de las mujeres se destina al cuidado no remunerado de otras personas de su familia o de la comunidad en la que viven.
CÁNCER CÉRVICO UTERINO
Un ejemplo que ilustra las desventajas, obstáculos y desafíos que padecen las mujeres latinoamericanas en el acceso a la salud es el caso del cáncer cérvico uterino, que es considerado un tipo de cáncer que podría erradicarse porque existen vacunas y tratamientos, pero que sigue siendo mortal por no ser detectado y atendido a tiempo.
“El primer reto frente al cáncer cérvicouterino consiste en visibilizarlo porque éste es un cáncer de la desigualdad”, explicó la Doctora Martínez Montañez. “Las mujeres que enferman y mueren por cáncer cérvicouterino son aquellas que han tenido dificultades para acceder a la educación, a un trabajo bien remunerado, a condiciones que le permitan tener acceso a los servicios de salud. Entonces, tenemos a millones de mujeres muy ocupadas en sobrevivir en día a día, cuidando a sus familias y que no tienen voz ni la oportunidad de hacer algo para su propia salud. Esto hace indispensable señalar que el cáncer cérvicouternino es un cáncer que impacta claramente e las mujeres que padecen desigualdad y que ha sido invisibilizado e ignorado en todos los niveles, desde el familiar hasta el gubernamental, a diferencia de otros tipos de cáncer que tienen más visibilidad”, indicó la experta mexicana en salud, políticas públicas y equidad de género.
Esta idea fue compartida por otros especialistas que participaron en el primer panel de análisis del Roche Press Day, pues existe evidencia estadística de que los estigmas y prejuicios sociales frenan la búsqueda de ayuda femenina en temas de salud.
Datos presentados por Paula Daza, ex secretaria de Salud de Chile; por Sabine Zink, cofundadora de la alianza brasileña público-privada para atención primaria en salud, y por Álvaro Soto, gerente general de Roche para Centroamérica, Caribe y Venezuela, mostraron cómo hay frenos que impiden que las mujeres acudan a diagnósticos preventivos, vacunación o tratamiento primario, incluso cuando es gratuito.
“No podemos aceptar que en América Latina sigan muriendo mujeres por enfermedades prevenibles”, apuntó Soto.
Mujeres pueden tomar sus propias muestras preventivas
Debido a que muchas mujeres no pueden o deciden no acudir a exámenes preventivos de detección de células cancerígenas en el cuello uterino, por ser caras, invasivas o incómodas, se ha desarrollado un sistema en el que ellas pueden tomar sus propias muestras. En México, a través de diferentes alianzas y donaciones, Roche Diagnósticos ha hecho donado 35 mil pruebas para mujeres trabajadoras de maquilas del estado de Chihuahua; 20 mil pruebas a mujeres trabajadoras del sector turismo en Quintana Roo y 4 mil mujeres trabajadoras del Instituto de Seguridad Social al Servicios de los Trabajadores del Estado (ISSSTE) en la Zona Metropolitana del Valle de México.
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