Un grupo de investigación del Centro de Investigaciones y Estudios Avanzados (Cinvestav), Unidad Mérida, encabezado por Víctor Manuel Vidal Martínez, trabaja en caracterizar y aislar los compuestos volátiles, que se convierten en vapores o gases, presentes en el sudor de personas positivas a COVID-19, para entrenar de manera más eficiente a perros empleados para detectar la enfermedad.
Durante la pandemia se han aplicado diversos métodos de diagnóstico como son las pruebas inmunológicas (de antígenos o anticuerpos) y moleculares (reacción en cadena de la polimerasa en tiempo real o RT-PCR), las cuales resultan costosas, esto hace necesario tener otras opciones que sean confiables, rápidas y baratas, en especial en lugares con grandes concentraciones de personas.
“Los perros son capaces de detectar en cuestión de segundos si una persona tiene COVID-19, lo que los vuelve una alternativa costeable para ser utilizados en industrias, centros comerciales, aeropuertos o en eventos deportivos a donde acudan muchas personas”, dijo Vidal Martínez.
Los investigadores del Cinvestav Unidad Mérida, en colaboración con Juan Mancilla Tapia, maestro en antropología y director de la Escuela canina Obi-K19, ubicada en Hermosillo, Sonora, realizan este estudio como parte de un Proyecto de Fronteras de la Ciencia de Conacyt, en el que además de analizar los compuestos del sudor, se pone a los perros entrenados a olfatear las muestras y a hacer detecciones en personas que sospechan ser positivas a la enfermedad.
Los datos obtenidos señalan que los perros tienen un porcentaje de acierto de 71 a 85 para identificar casos positivos de COVID-19 a partir de muestras de sudor, que es mayor al límite máximo de detección de las pruebas de antígeno (72 por ciento).
Sin embargo, al identificar y aislar los compuestos volátiles presentes en el sudor de personas con covid-19, se pueden adicionar al producto utilizado para el entrenamiento de los caninos y conseguir una efectividad de 90 por ciento o mayor, explicó el investigador.
Además, se encontró que los perros entrenados en la escuela Obi-K19 son capaces de identificar en personas la infección por el nuevo coronavirus hasta tres días antes de que sea detectada a través de los métodos diagnósticos y aparezcan los primeros síntomas, por lo que podría ser de mayor ayuda el uso de los caninos para evitar la propagación de la enfermedad.
En cuanto a los compuestos volátiles, el objetivo es analizar 200 muestras de sudor (de axilas, cuello, brazos y manos), una mitad correspondiente a casos negativos y la otra a positivos, esto a fin de obtener el patrón de quienes están enfermos de covid-19 y compararlo con el de gente sana.
Hasta el momento se han recolectado y estudiado alrededor de 50 muestras en las que se encontraron ácidos grasos, carbohidratos, sebo y compuestos relacionados con el colesterol que podrían ser empleados en la nueva formulación.
La metodología de la investigación consiste en tomar muestras nasofaríngeas para hacer una prueba RT-PCR y comprobar si se trata de un caso positivo o negativo a covid-19. También, se colecta sudor con gasas, el cual, de acuerdo con la literatura científica, en caso de ser de personas enfermas no representa un riesgo de infección para humanos o los perros.
Una parte de las muestras de sudor son colocadas en envases especiales y se analizan en el cromatógrafo de gases. Este aparato calienta la muestra y detecta los iones presentes; la información se compara con la de una base de datos, lo cual permite saber de qué compuestos se trata.
La otra mitad de gasas con sudor, tanto de personas que resultaron positivas como negativas a la enfermedad, son depositadas en saleros de acero inoxidable para que los caninos olfatean y los investigadores registran el porcentaje de efectividad de la detección.
DESPIECE 85 PALABRAS
Apoyo
Aprovechar los
sentidos del perro
Desde hace dos décadas se han realizado diferentes investigaciones para apoyarse en el sentido del olfato de los perros para detectar enfermedades como diabetes y cáncer. Para las pruebas de detección de COVID19, se forma una fila integrada por individuos sanos y quienes sospechan estar enfermos, cuando los perros detectan un caso positivo cambian de comportamiento, por ejemplo, se sientan y el manejador reconoce estas señales. Si dos caninos coinciden en la detección se recomienda hacer una prueba RT-PCR a fin de confirmar el resultado.
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