Para estudiar cómo el entorno del espacio influye en técnicas de cocinado como la fritura, la ESA ha diseñado un novedoso aparato experimental que es seguro y funciona en condiciones de ingravidez.
Freir patatas implica una física y una química complejas, y en el espacio todo se vuelve más complicado. No era seguro que freír funcionara sin gravedad. Sin la flotabilidad tirando hacia arriba, las burbujas podrían adherirse a la superficie de las patatas, protegiéndola con una capa de vapor que los investigadores pensaron que podría dejarla poco cocida y no deseable.
Los experimentos se realizaron en dos campañas de vuelo parabólico de la ESA, en las que un avión vuela en arcos repetidos para recrear breves momentos de ingravidez, informa la agencia en un comunicado.
El experimento filmó el proceso de fritura con una cámara de alta velocidad y alta resolución para capturar la dinámica de las burbujas, como la tasa de crecimiento, el tamaño y la distribución, así como la velocidad de escape de la patata, la velocidad de las burbujas y la dirección de movimiento en el aceite. El experimento midió la temperatura del aceite hirviendo así como las temperaturas dentro de la patata.
El hardware del experimento está automatizado y cerrado por seguridad. Mantiene una presión constante dentro de la cámara de fritura para evitar fugas, evitar que el aceite salpique y gastar menos energía en el calentamiento.
Los investigadores de la Universidad de Tesalonica, Grecia, encontraron que poco después de agregar la patata al aceite en condiciones de baja gravedad, las burbujas de vapor se desprendieron fácilmente de la superficie de la patata de manera similar a la Tierra. Si bien se necesita más investigación para ajustar algunos parámetros, sí indica que los astronautas podrán tener más que alimentos rehidratados en el menú mientras exploran nuevos mundos.
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