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¡Cuida tus ojos del eclipse!

Mirar directamente el eclipse y el Sol causa daños, aunque se mire por un corto tiempo ·Una quemadura de retina no duele, pues no posee tejido sensible al dolor, explicaJessica Vargas, profesora de la FM-UNAM

Un eclipse solar es un espectáculo astronómico muy atractivo. Es probable caer en la tentación de mirarlo directamente. Pero cuidado, ver el Sol directamente no causa dolor, pero podría traernos graves complicaciones debido a la sensibilidad de nuestro sistema visual.

El ojo tiene una relación muy estrecha con la luz visible, es capaz de percibirla y transformarla en imágenes. Para lograrlo pasa por la película lagrimal, la córnea que es la parte más anterior del ojo y es transparente, y el iris cuya pupila se hará pequeña o grande según la cantidad de luz que penetre.

Posteriormente, la luz transita por el cristalino, que es el lente con el que vemos, el humor vítreo, un gel transparente que le da forma y volumen al ojo, la retina que es capaz de traducir la parte luminosa en una señal eléctrica y, finalmente, viaja a través del nervio óptico al cerebro para que nosotros podamos percibirla como una imagen.

“Evidentemente hay una relación muy importante y estrecha entre la luz y el ojo, y si nosotros no fuéramos capaces de tener esta percepción de la luz no podríamos ver imágenes”, explica la doctora Jessica Vargas, profesora de la Facultad de Medicina e integrante del Instituto de Oftalmología Conde de Valenciana.

DAÑOS INTERNOS

El ojo tiene mecanismos protectores para que la luz del Sol no nos dañe. Algunos son los párpados, las pestañas y las cejas que funcionan como un “sombrero” para los ojos. Y aunque parte de los rayos solares sí logran detenerse otros sí se filtran hacia partes más internas del ojo.

Sin embargo, ante fenómenos como los eclipses solares estas protecciones no son suficientes. “Si miro directamente al Sol, aunque tenga estos filtros, es tal la cantidad de rayos que voy a recibir que es imposible que los filtre el ojo y llegan directamente a la retina y van a producir una quemadura solar”, alerta la doctora Vargas.

El daño puede ocurrir aunque se mire por un corto tiempo. Esto ocurre porque al llegar los rayos UV del Sol a la retina causan un daño fotoquímico, es decir, alteran las células fotorreceptoras (los conos y los bastones) que son las que nos permiten ver y la mácula, sitio en donde más de estas células existen y que es el área de mejor visión.

“Hace una disrupción de todas sus membranas y causa un estrés oxidativo muy importante con una gran liberación de radicales libres y con el consecuente daño y mal funcionamiento”, explica la especialista.

PRECAUCIONES.

Una quemadura de retina no duele, pues no posee tejido sensible al dolor. Si la persona ve directamente al Sol mientras se produce el eclipse no sentirá nada, por tal motivo no lo nota como un peligro y puede seguir viéndolo, mientras el daño interno en el ojo se produce.

Sin embargo, una señal que indica que hubo una lesión es que se ven manchas negras, llamadas escotomas en el campo de visión. La afectación puede aparecer sólo horas después de que se observó el Sol directamente y es probable que la persona pueda tener una visión similar a cuando recibe un flashazo en el ojo y empezará a ver puntos negros.

“Hay que recordar que la retina es un tejido neurosensorial, es una prolongación del sistema nervioso central, es decir, las neuronas no se regeneran, no es como en la piel que se regenera, el tejido de la retina no, entonces son daños irreversibles”.

Otras consecuencias de observar directamente el Sol son visión borrosa, baja visual, pérdida de la visión o tener una ceguera de la visión central, ya que la parte que más se afecta es la mácula, que es el sitio en donde tenemos mayor cantidad de células fotosensibles que nos permiten ver.

Si se llegara a tener un daño ocular por exposición al Sol es necesario acudir al oftalmólogo para hacer el diagnóstico y determinar un tratamiento si fuera posible.

Cabe destacar que se deben tener mayores precauciones con los niños, ya que tienen pupilas más grandes, córneas y cristalinos más transparentes, y esto permite que pasen más rayos solares, a diferencia de un adulto, quien ya tiene cierta opacidad por el mismo proceso evolutivo, lo cual impide más el paso de estos rayos.

La doctora Vargas destaca que aunque existen filtros especiales para ver el eclipse, ella recomienda mejor verlo por la televisión, pero debido a que pocas veces existe la posibilidad de observar directamente estos eventos, siempre es mejor hacerlo con protección especial.

Puedes usar lentes con certificación ISO 12312-2:2015 para mirar directamente al Sol. También puedes utilizar filtros de soldador del número 14 , telescopios especiales e incluso apoyarse de dos cartulinas, en una se realiza un orificio en el centro y en la otra se proyecta la luz solar que pasará por el agujero.

Por su parte, la Academia Americana de Oftamología precisa que nunca se debe ver directamente al Sol no eclipsado o mientras el astro se va descubriendo parcialmente. “El único momento en el que puede mirar el astro sin el filtro solar es durante el eclipse total. Cuando la luna cubre completamente el sol y todo se oscurece por completo."

La doctora Jessica Vargas advierte que nos han enseñado a cuidar menos los ojos que la piel, la cual se promueve constantemente protegerla con bloqueador solar, pero para el ojo no hay recomendaciones que hayan trascendido en la población. “Creo que es porque mirar al Sol no te causa molestia inmediata”, concluye.

*Colaboración especial de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la UNAM. 

La ciencia en la UNAM
Los mecanismos protectores naturales de los ojos ante el Sol no son suficientes en el eclipse. Los mecanismos protectores naturales de los ojos ante el Sol no son suficientes en el eclipse. (Diseño Bárbara Castrejón)

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