El decálogo de Ruy Pérez Tamayo para ser científico
Ruy Pérez Tamayo, que murió a los 97 años, escribió un decálogo sobre su profesión. Entre los puntos están: no tener un jefe ni horario y nunca envejecer
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Entre las miles de conferencias que ofreció Ruy Pérez Tamayo, algunas de las más entrañables no eran para científicos ni universitarios, sino destinadas alumnos de secundaria y preparatoria y en las cuales explicaba su profesión: ser científico.
Fueron pláticas llenas de humor, de irreverencia y, sobre todo, repletas de conocimiento que hacían volar la imaginación o la cabeza de los jóvenes ahí sentados, ya sea en un auditorio de un CCH, de una preparatoria o cualquier aula de escuela, en ferias de libro, coloquios de ciencia o en El Colegio Nacional.
Ruy les decía que ser o no científico no lo decidió de un momento a otro, pero cuando comenzó a estudiar medicina y las expectativas se fueron ensanchando cada vez que conocía algo nuevo, “supe que había un deseo por saber más y más”.
En esas pláticas, el doctor Pérez Tamayo les hablaba, esencialmente, de lo que plasmó en uno de sus libros especiales: Diez razones para ser científico, donde explica las bondades, satisfacciones y libertades de esta profesión.
Así, contaba que lo primero de ser científico es que “Eres tu propio jefe y no tienes horario laboral, haces todos los días algo grato y además nunca vas a envejecer”.
Divertido, también les contaba que con esta profesión “nunca me he aburrido, además uso mejor mi cerebro y ser científico me sirve para que no me tomen el pelo”.
En una charla que dio en una FIL de Guadalajara, les dijo a los jóvenes ahí reunidos que “siempre en la ciencia pasa algo interesante y estimulante, además está del reto de entender mejor las cosas. Lo importante es que a uno le guste su trabajo y si lo hace bien, gustará más”.
Pero hay algo que es muy importante: “Los investigadores tienen una tendencia interesante. Son personajes un poco difíciles de manejar, porque siempre buscan las bases de las afirmaciones de los demás para rebatirlas”.
EL DECÁLOGO
-Para hacer siempre lo que me gusta.
-Para no tener jefe en el trabajo.
-Para no tener horario de trabajo.
-Para no aburrirme en el trabajo.
-Para usar mejor mi cerebro.
-Para que no me tomen el pelo.
-Para hablar con otros científicos.
-Para aumentar el número de científicos en México.
-Para estar siempre bien contento.
-Para no envejecer.