Academia

Defender la autonomía, compromiso ineludible: Leonardo Lomelí

Leonardo Lomelí Vanegas, nuevo rector de la UNAM, refrendó el carácter social de la Universidad y la importancia las políticas de igualdad de género, los modelos híbridos de enseñanza y la investigación, entre otros temas

Rector de la UNAM encabeza ceremonia de entrega de Cátedras Extraordinarias
La ceremonia de toma de protesta de Leonardo Lomelí se llevó a cabo en la Antigua Escuela de Medicina de la UNAM. La ceremonia de toma de protesta de Leonardo Lomelí se llevó a cabo en la Antigua Escuela de Medicina de la UNAM. (UNAM)

Megáfono, mantas y consignas recibieron a los asistentes al Palacio de la Antigua Escuela de Medicina, sede de las sesiones del Consejo Universitario de la UNAM que, en sesión extraordinaria, albergó la toma de protesta de Leonardo Lomelí Vanegas como nuevo rector de la máxima casa de estudios.

En la esquina República de Brasil y República de Venezuela, un exiguo grupo de manifestantes compartía acera con personal de la UNAM que vigilaba el tono y forma de los inconformes con el proceso de designación del nuevo rector y con el trato dado a profesores de asignatura de la institución. “Administraciones van y vienen, pero los problemas son los mismos”, expandía el megáfono.

Dentro, a pocos minutos de que iniciara la ceremonia, llegaba Elena Álvarez-Buylla, directora del Consejo Nacional de Humanidades, Ciencia y Tecnología (Conahcyt), quien tomó su lugar entre pocos amigos; al lado derecho de la primera fila lateral, en la cual se encontraba también el matemático José Antonio de la Peña, legisladores y miembros de la comisión de ciencia de la Cámara de Diputados –entre ellos Javier López Casarín y Beatriz Paredes, quienes conversaban–, así como el rector de la UAEMéx, Carlos Eduardo Barrera, entre otros.

En primera fila frente a la tribuna donde ocuparon su lugar los miembros de la Junta de Gobierno, el nuevo rector y el rector saliente, tomaron asiento los cuatro universitarios vivos que han encabezado la institución: Juan Ramón de la Fuente, José Narro, Francisco Barnés y José Sarukhán, quienes estuvieron flanqueados por Alejandra Frausto –secretaria de Cultura– y Luisa María Alcalde –secretaria de Gobernación–; también estaban el director del IPN, Arturo Reyes Sandoval; la directora de la SECTEI, Ofelia Angulo y Silvia Giorguli, presidenta del Colmex. Al final de esa fila, a la izquierda, se encontraba el subsecretario de Educación Superior, Luciano Concheiro, cuya oficina se encuentra al otro lado de la calle.

En segunda fila tomaron asiento los demás aspirantes a la rectoría, a cuyas espaldas se encontraban mayoritariamente miembros del Consejo Universitario; entre los asistentes también se encontraban otros destacados universitarios (as) y miembros de la comunidad académica del país, entre ellos Francisco Bolívar Zapata, Eduardo Matos Moctezuma, Rosaura Ruiz, Antonio Lazcano, Javier Garciadiego, Julia Tagüeña, José Franco…, representantes y miembros del sindicato de trabajadores de la Universidad, directoras (es) de instituciones, entre otros.

Alrededor de las 9:00, ingresaron los miembros de la Junta de Gobierno, seguidos del ex rector, Enrique Graue, y del rector, Leonardo Lomelí. Poco después, Gina Zabludovsky, presidenta del órgano de gobierno universitario, refirió nuevamente el proceso de auscultación y elección del nuevo rector. Acto seguido, Lomelí Vanegas tomó protesta para dirigir la máxima casa de estudios hasta 2027, con posibilidad de reelegirse para un segundo periodo.

A continuación, pronunció su discurso en cuyo inicio retomó las palabras del rector Javier Barros Sierra: la UNAM es, ha sido y seguirá siendo el espejo del mejor México posible.

“Asumo la rectoría en una época de constantes cambios y de grandes retos. El conocimiento es hoy, más que nunca, el factor más importante para impulsar el crecimiento económico y el desarrollo de la sociedad. Sin embargo, el malestar con la forma en la que se ha gestionado la globalización económica en las últimas décadas y sus costos sociales también han generado un cuestionamiento a la ciencia y un desencanto con la política, que se traduce en actitudes extremistas que cuestionan no solamente lo que está mal, sino avances científicos innegables que es preciso reconocer y aquilatar en su justa dimensión”.

El primer rector economista de la UNAM añadió que, en la actualidad más que nunca es necesario tomar conciencia de la gravedad de los problemas políticos, económicos, sociales y ambientales que enfrenta la humanidad y asumir el compromiso de avanzar, desde la Universidad, en la generación de alternativas de desarrollo socialmente incluyente y ambientalmente sustentable.

Añadió que la Universidad Nacional refrenda su convicción de que la educación es el instrumento más poderoso para transformar a la sociedad y superar las brechas socioeconómicas y culturales que afectan a la nación mexicana. “La Universidad Nacional tiene grandes fortalezas que debe preservar y acrecentar, pero también desafíos que deberá enfrentar en los próximos años”.

Mientras seguían las protestas a las afueras del recinto, Lomelí hacía referencia a algunos de los puntos de los quejosos. Sobre la gobernanza, dijo que la UNAM, en el marco de su actual Ley Orgánica y fortaleciendo sus cuerpos colegiados, puede mejorar sus procesos académicos y administrativos para propiciar una mayor participación de la comunidad en la solución de sus problemas. Para cerrar el tema, hizo referencia a las palabras de otro ex rector, Pablo González Casanova: (…) hoy la democratización de la Universidad se puede realizar dentro de sus marcos, si lo que se quiere es democratizar las decisiones y mejorar los objetivos científicos y humanísticos de la Universidad.

Sobre el cuerpo docente, refirió más adelante, la UNAM debe continuar el programa de renovación de la planta y atender la problemática del personal de asignatura y de las técnicas y los técnicos académicos. “En la actualidad, en las y los profesores de asignatura recae la mayor parte del esfuerzo docente que realiza nuestra Universidad, por lo que es importante revisar sus condiciones de trabajo y apoyar su superación académica”.

El ex secretario general de la UNAM también tomó tiempo en su discurso para refrendar el carácter social de la Universidad, la importancia de mantener las políticas de igualdad de género, los modelos híbridos de enseñanza, el valor de la investigación con incidencia social, el destacado papel de la cultura e, “ineludiblemente” la defensa de la autonomía universitaria, "que será una prioridad y un compromiso ineludible de mi gestión al frente de la rectoría”.

Recordó que la autonomía ha permitido ejercer con plenitud las libertades de docencia, investigación y difusión de la cultura y que es una condición necesaria para que las instituciones académicas formen profesionales críticos y comprometidos con la solución de los problemas del país y el mundo, así como para que la investigación se realice sin restricciones temáticas o metodológicas y para que la difusión cultural se pueda desarrollar sin cortapisas ideológicas.

Lomelí Vanegas finalizó su discurso citando a otro ex rector, Manuel Gómez Morín, para reafirmar lo anterior y para enfatizar que es la pluralidad en la UNAM la que le otorga fortaleza, “de ahí la importancia de defenderla frente a cualquier pretensión de imponer visiones que se asuman como las únicas válidas sobre la realidad social y el conocimiento”.

Decía Gómez Morín que la Universidad ejerce su libertad “no atada o sumisa a una tesis o a un partido, sino manteniendo siempre abiertos los caminos del descubrimiento y viva la actitud de auténtico trabajo y de crítica veraz; no sujeta al elogio del presente, sino empeñada en formar el porvenir, dará a la república, cualquiera que sea el estado de la organización social y política, la seguridad permanente de mejoramiento y renovación”.   

Tras el discurso y toma de posesión de Leonardo Lomelí, universitarios y universitarias rodearon al nuevo rector para refrendar sus saludos, para felicitarlo, para recordarle un “aquí estoy” e incluso para recibir bendiciones.

Flanqueado por la multitud desorganizada y por el muro de grandes sillas ceremoniales de madera, el acto “iba para largo”, comentó personal de la UNAM.

Al final se esperaba un espacio para que la prensa realizara algunas preguntas al nuevo rector, pero la insistencia –y prepotencia– de reporteros y medios de comunicación comenzaron a desplazar a quienes esperaban su turno de rendir pleitesía, también desplazaban la tranquilidad del personal de seguridad y protección civil.

La barricada de sillas tuvo que removerse y entonces las cámaras y los micrófonos acorralaban al rector en lo que en el “argot” mediático llamamos “chacaleo”, la descripción jamás había sido tan precisa. La agresividad del frenético movimiento llevó a la masa de personas y al rector hasta las escalinatas para dirigirse hacia uno de los accesos restringidos por una puerta metálica, donde el nuevo rector hizo mutis ante el acoso, visto en alguna estrella de la farándula o algún político pillado. Al final, todos se quedaron con las manos vacías. 

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