El Instituto Nacional de Ecología y Cambio Climático (INECC) no duplica funciones de la Semarnat, no se han presentado pruebas de corrupción en la dependencia y su costo es irrisorio al gasto público si se compara con los beneficios que proporciona; pero su desaparición si bien es un despropósito y una medida regresiva en la política medioambiental, es congruente con lo hecho por el gobierno federal.
Lo anterior es una suma de los comentarios expuestos por los especialistas Adrián Fernández, Marisa Mazari, Exequiel Ezcurra, Guillermo Haro y Julia Carabias, durante el encuentro virtual “¿Qué implicaciones tiene la desaparición del INECC?”, realizado en días pasados por el Seminario Universitario de Sociedad Medio Ambiente e Instituciones (SUSMAI) de la UNAM.
La anunciada desaparición del INECC es reflejo de una decisión consistente y congruente de que pasamos “por el peor momento para la historia de las instituciones ambientales en México de las últimas tres décadas”, dijo Adrián Fernández, ex titular del instituto.
Lo anterior, agregó, con base no sólo en la disminución de presupuesto, de las capacidades institucionales y despido de personal altamente calificado y especializado, sino también por el número de posiciones de alto nivel de organizaciones encabezadas por la Semarnat con personas sin trayectorias ni experiencias ni conocimiento de las agendas de las cuales se hacen responsables.
Añadió que la desaparición del INECC refleja el desprecio absoluto de este gobierno por el conocimiento y que sólo busca hacer a un lado “las cosas que le estorban”. En ese sentido, la decisión, dijo, es “una vergüenza y una lástima”, pero congruente con la irrelevancia que tiene este gobierno por el medioambiente.
Mazari, titular del SUSMAI, coincidió en que vivimos el peor momento para las instituciones medioambientales, lo cual no es sólo un tema sectorial, ya que “se está jugando un ambiente sano para todos los mexicanos, no es sólo una institución”. Añadió que la desaparición debilita las capacidades del país para proteger el medioambiente y combatir el cambio climático.
¿CUÁNTO CUESTA UNA REFINERÍA?
El costo de instituciones autónomas o descentralizadas y la duplicidad de funciones han sido algunas de las justificaciones del Ejecutivo federal para desaparecer al INECC o IMTA, no obstante, en el caso del primero su costo anual es muy pequeño en el contexto de otras grandes obras, expuso Ezcurra, ex director de la institución y actual investigador de la Universidad de California en Riverside.
“El presupuesto ha venido bajando de 310 millones de pesos en 2017 a 100 en 2021, (15 y 5 millones de dólares, mdd, respectivamente), lo que es poquísimo en relación a la dimensión de las cosas que vemos (…), si lo comparamos con la construcción de la Refinería de Dos Bocas, por ejemplo, su costo equivale a sólo 5 horas de lo que costaría el INECC en un año.
El costo del INECC es “irrisorio” en comparación a los servicios que da, añadió, puesto que no sólo permite formular y evaluar las políticas contra cambio climático, sino a evitar tragedias ambientales.
Si Semarnat va a asimilar al personal y las funciones del INECC, “¿qué van a ahorrar?, ¿el sueldo de la directora?”, apuntó Adrián Fernández. En cambio, el desmantelamiento institucional en combinación con el Acuerdo presidencial del 22 de noviembre de 2021 ¬–que instruye que la administración pública federal considere de interés público y seguridad nacional a los proyectos y obras prioritarias, como Dos Bocas y el Tren Maya– permitirá, por ejemplo, deforestar un manglar para erigir una refinería sin un estudio de impacto ambiental. “Porque mucho dinero no se van a ahorrar”. Dos Bocas tendrá un costo de 12 mil 500 millones de dólares (mdd).
La desaparición o absorción del INECC, IMTA y otros 14 órganos de gobierno desconcentrados generará un ahorro de 3 mil millones de pesos, no obstante, su función es más valiosa, dijo Guillermo Haro, profesor de Derecho medioambiental de la Universidad Iberoamericana y ex titular de la Profepa.
“No sólo perderán autonomía técnica y de gestión, si no su importancia. Como el INECC: no habrá institución con independencia y ciencia de calidad que asuma con objetividad sus importantes funciones, como la creación de inventarios nacionales de emisiones de gases de efecto invernadero, estudios y monitoreos sobre calidad del aire, evaluación de políticas de cambio climático”, esta última, por ejemplo, expuso que las metas alcanzadas el sexenio pasado fueron pobres. “El debilitamiento de las instituciones medioambientales no es nuevo, su demolición sí”.
Por su parte, Julia Carabias Lillo refirió que el INECC ha sido malentendido por el gobierno actual. “Consideran que es autónomo, pero no lo es, sino descentralizado. El Presidente ha tratado de desmantelar todos los organismos autónomos, en esa mezcla se está yendo el INECC, que es un organismo crítico porque en él participa la academia, porque hay una libertad de expresión y eso le proporciona la riqueza de una diversidad para la construcción de una política pública ciudadana compartida con todos”.
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