El dingo es un perro salvaje típicamente australiano, el cual divergió sustancialmente de los canes domésticos por su situación de aislamiento durante miles de años, indica un estudio que publica Science Advances.
Un equipo encabezado por la Universidad James Cook de Australia construyó un genoma de alta calidad de este singular cánido y lo comparó con cinco razas de perros domésticos y el lobo de Groenlandia.
Los resultados señalan que el dingo se separó sustancialmente de los perros domésticos mientras estuvo aislado de ellos durante miles de años, aunque sigue compartiendo más similitudes con estos que con el lobo de Groenlandia.
El estudio sugiere que distintas condiciones demográficas y ambientales determinaron la evolución del dingo, incluida la selección natural para alimentarse de marsupiales.
Por el contrario, los genomas de los perros domésticos probablemente fueron moldeados por la selección humana de rasgos específicos de la raza y por las dietas que les daban los humanos.
El equipo encabezado por Matt Field de la Universidad James Cook construyó un genoma de novo de alta calidad del dingo del desierto y lo comparó con los del bóxer, el pastor alemán, el basenji, el gran danés y el labrador retriever, así como con el del lobo.
El genoma del dingo es estructuralmente distinto al de las cinco razas de perros domésticos, aunque guarda una mayor similitud con el del pastor alemán y el más alejado es el del bóxer.
El equipo también realizó un experimento dietético controlado, para comparar muestras de excrementos de pastor alemán y de dingo, que les permitiera analizar las diferencias del microbioma.
El resultado fue que el perro doméstico tiene una mayor concentración de tres familias de bacterias que participan en la descomposición de los alimentos con almidón, por lo que los autores sugieren que estas variaciones del microbioma pueden ser resultado de diferencias genómicas entre las especies.
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