En el Centro de Investigación en Computación (CIC), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), en colaboración con la Reserva Ecológica del Pedregal de San Ángel (REPSA), diseñan tecnología para ayudar a combatir los incendios forestales, para lo cual han desarrollado un modelo computacional con una red de sensores para monitoreo y prevención es lo ideal para lograrlo.
La REPSA es un ecosistema único en el mundo, nació de la erupción del volcán Xitle hace 1670 años y empezó a ser habitado por formas de vida hace aproximadamente mil 500 años (lo que lo hace un ecosistema relativamente nuevo). En la actualidad se encuentran aproximadamente 60 proyectos de investigación en desarrollo, tales como estudios sobre libélulas, murciélagos, la zorra gris, agaves, etcétera. Se encuentra ubicada en Ciudad Universitaria (CU), lo que implica una constante interacción con humanos.
Para realizar el monitoreo, los investigadores del Centro de Investigación en Computación (CIC), del Instituto Politécnico Nacional (IPN), emplean módulos sensores, dispositivos sencillos que operan de manera independiente y autónoma, constan de un procesador, un comunicador, diversos tipos de sensores, batería y memoria. Aunque sencillos, cuando trabajan en equipo forman una Red de sensores, explican los académicos Luis Pastor Sánchez Fernández, Mario Eduardo Rivero Ángeles y Carlos Sebastián Maya Rojina.
En colaboración con la REPSA desarrollan modelos computacionales a través del uso de técnicas como redes neuronales o clasificadores basados en estadística, para poder predecir con 24 horas de anticipación cuándo se podría producir un fuego en la reserva. “Para alimentar el sistema se utilizan los datos meteorológicos (humedad y temperatura) y los días en los cuales ocurrieron incendios en los últimos 22 años”.
Con el objetivo de predecir de forma más exacta la forma de incendios, los politécnicos desarrollan un simulador que utiliza autómatas celulares, emula el comportamiento de los incendios bajo diferentes condiciones de la cantidad de combustible vegetal (si es pasto, arbusto o árboles), velocidad y dirección del viento y la vulnerabilidad del combustible a prenderse, por ejemplo, qué tanta humedad retiene, refiere el artículo “Ojos en el bosque contra crisis climática”, publicado por la Agencia Informativa Conversus.
La tecnología de la red de sensores desarrollada eventualmente podrá desempeñar otras tareas más allá de las relacionadas con los incendios, añaden los académicos, tales como el estudio de microclimas, el mejoramiento de sistemas de inferencia de condiciones climáticas. “También permitirá saber las condiciones de un lugar sin necesidad de tomar mediciones directas, si no que al utilizar la información de otros lugares y procesando los datos y con el agregado de otros sensores, como micrófonos, podría ser una herramienta útil para el seguimiento y estudio de especies en peligro de extinción o la detección de tala ilegal”.
El objetivo de la red de sensores es convertirse en una herramienta más para el entendimiento, cuidado y protección de la vida en el planeta, agragan.
“Este es un proyecto en construcción y de largo aliento, si te interesa la ciencia y tecnología y quieres hacer investigación para el cuidado de los ecosistemas o te gustaría aportar en algo o tienes dudas y te gustaría saber más, ¡acércate!, ¡tenemos las puertas abiertas y te necesitamos!”.
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