Encerrados en la circunferencia, ambos seres antropomorfos se abrazan con múltiples miembros; uno simboliza el día, el otro la noche, acaso el Sol y la Luna. Esta segunda se ha interpuesto casi con delicadeza junto con su ausencia de luz, mas no de forma.
La obra de Pita Wild C. se titula “Manifiesto de la dualidad” y es una de las 22 obras que componen la exposición “México bajo la sombra de la Luna”, que es a su vez una celebración artística del eclipse total de Sol que será visible en territorio mexicano el 8 de abril.
Para Pita, el eclipse simboliza el dualismo donde lo oscuro no tiene que ser negativo, después de todo, la luz no se podría apreciar sin la oscuridad. En su obra, relata, plasma al Sol como representación de lo masculino y a la Luna lo femenino; en la pieza también hay un simbolismo sutil, político y poético también. “Al igual que en el eclipse es como si, por unos minutos, lo femenino se apodera de lo masculino”.
A diferencia del eclipse total de sol, este momento perdurará más, al igual que el simbolismo plasmado por otros 21 artistas de Oaxaca, cuyas obras han sido montadas en el Palacio de la Autonomía de la UNAM, Centro Histórico. En el recinto las obras circulares de un metro de diámetro cuelgan como ventanas que dan a representaciones normalmente son “eclipsadas” en la vida cotidiana. Éstas podrán ser apreciadas por los visitantes al recinto hasta el 21 de abril.
La exposición es una iniciativa de Héctor Hernández Toledo, investigador del Instituto de Astronomía de la UNAM, e Ivonne Kennedy, artista visual y promotora de arte, y a través del Programa Arte, Ciencia y Tecnologías de la UNAM, coordinado por el también astrónomo José Franco.
En entrevista, Pita Wild, Ivonne Kennedy y José Franco, comparten algunos detalles de la exposición y ahondan en el significado y alcances artísticos del fenómeno celeste, oportunidad memorable para presentar al público una amalgama del arte y la ciencia.
“Esta es una oportunidad para reivindicar a la ciencia, que a veces no es considerada como parte de la cultura, porque esta se considera casi como sinónimo de arte”, señala Franco. “Alguien culto es quien sabe de algo, pero no necesariamente de ciencia, por eso es importante reivindicarla como parte de nuestra vida cotidiana, de nuestra cultura, de nuestras cosmovisiones”.
En uno de los mayores momentos de florecimiento cultural del mundo occidental, el Renacimiento, el arte y las ciencias no estaban disociadas, recuerda Pita Wild. “Este eclipse y esta exposición son una oportunidad para recordar esa idea integral del conocimiento, de tener más completo un panorama en el que no están separadas. El arte y la ciencia no están contrapuestas”.
Para Ivonne Kennedy, el arte y la ciencia tienen como tronco común la imaginación, que nos permite conocer mejor el mundo que nos rodea, interior y exterior y hasta el microcosmos. “A medida que los conocemos, logramos sensibilizarnos y así evolucionar para que nuestra civilización tenga mejores destinos. Ante las crisis que tenemos es cuando más necesitamos del arte y la ciencia”.
Entre un cerco de edificios se asoma un momento de cielo oscuro, desde donde el observador tiene una visión clara del eclipse. La luz no mengua, puesto que los edificios circundantes encandecen, pero también encandece la pantalla del celular con el que el observador busca captar el momento.
Aunque esta práctica no es para nada recomendable en los observadores, puesto que puede dañar la vista, Ivonne Kennedy hace uso de esta alegoría en su obra, sobre el significado de perder los cielos nocturnos. “Momentum” también es una reflexión sobre cómo los observadores del eclipse compartiremos sensaciones y emociones similares, relata.
El eclipse también da pauta para elaborar abstracciones e ideas que sólo en la mente y las emociones humanas se hacen visibles, es parte de lo que Ivonne Kennedy busca transmitir. “Debido a que el eclipse oculta tan perfectamente el Sol se nos revelan las estrellas, es una idea poética”, agrega la artista, quien profundiza en esta idea:
“Un eclipse nos invita a pensar en lo que no vemos porque estamos ocupados con la vista en otras cosas, como alcanzar el ‘éxito’, en resolver cada día, en nuestra cotidianidad; este fenómeno nos detiene por un momento y nos dice: ‘calma’. Todavía somos seres sintientes sensibles, no perdamos la capacidad de apreciar lo que hay en todo momento en nuestras vidas, la belleza de estar conscientes y apreciar con nuestros sentidos todo lo que nos rodea, de voltear a ver este cielo maravilloso que todas las noches se nos regala y estar atentos a nuestros sentidos. A través de esta sensibilidad, mejoramos como personas, nuestras luchas cambian, son más hacia lo colectivo y menos al individualismo que nos azota tremendamente. El eclipse nos lleva a hacer todo tipo de reflexiones y en la exposición hemos podido hacer abordajes de diferentes puntos, desde el científico, hasta el filosófico y el abstracto”.
Lo inusual ante un fenómeno tan poco común, tan poderoso e inocuo a la vez, sería más bien no hacer una reflexión sobre nuestra humanidad y sobre la historia de ésta. Hay caminos más esotéricos, pero estos no son los que recorren personas como José Franco.
“Un eclipse es un evento que te marca, es perturbador porque rompe el orden lógico de la naturaleza: el día se convierte en noche y puedes ver las estrellas”. Alrededor de ello se han construido mitologías, pero también representaciones artísticas en todas sus expresiones, agrega. “Los fenómenos del cielo nos atraen y lo que uno hace en ciencia es tratar de entender universo sin la necesidad de la mitología, se construye el conocimiento a partir de lo que es verificable; en el arte éste también se construye, pero con otras reglas”.
Lo que llamamos arte y ciencia son dos caras de la misma moneda, añade el astrónomo, y en el conocimiento del Universo no hay obra artística que no implique un conocimiento profundo de lo que tenemos alrededor. De esta forma, reitera el científico, la exposición “México bajo la sombra de la Luna” busca borrar las fronteras ficticias entre ambos mundos e invita a ver en el eclipse esa reflexión.
“Este es un fenómeno natural sobrecogedor y es un elemento importante para hacer una fusión entre el conocimiento de la mecánica celeste y el generado por las artes plásticas”.
“México bajo la sombra de la Luna” se inaugura este 4 de abril en Palacio de la Autonomía de la UNAM a las 12 horas, Lic. Primo de Verdad 2, Centro Histórico. Entrada libre.
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