La agenda pública de medio ambiente y cambio climático implica no solo el actuar de los gobiernos, la sociedad civil y la responsabilidad empresarial, sino también la articulación y el accionar de toda una sociedad en su conjunto sobre la defensa y cuidado de los recursos naturales.
Los componentes centrales para el fortalecimiento de las acciones para prevenir, cuidar y mitigar los cambios climáticos están orientados a la forma en que la educación ambiental, desde su entramado institucional (sistemas, subsistemas y actores), desarrollan diferentes elementos formativos de los individuos y de cultura desde el enfoque ambiental para las siguientes generaciones.
Los modelos económicos de producción a gran escala han provocado la degradación progresiva del medio ambiente, generando consecuencias e injusticias socioambientales que derivan en el cambio climático y la pérdida de ecosistemas.
Recientemente se ha celebrado la 27ª. Reunión de las partes sobre Cambio Climático (COP 27) que, desde la Cumbre de la Tierra en Río de Janeiro de 1992, se ha convertido en el punto de partida para la creación de instrumentos internacionales en la búsqueda de la estabilización de gases de efecto invernadero para impedir una interferencia antropogénica peligrosa con el sistema climático.
Esta COP 27 se desarrolla con el objetivo de adoptar medidas concretas para la atención a la crisis climática y actualizar las políticas públicas nacionales de mitigación del cambio climático, así como establecer acuerdos internacionales de financiamiento para la resiliencia ambiental.
La educación ambiental contenida en la reforma educativa de la SEP desarrolla en los Planes y Programas del nivel básico del sistema educativo, la característica de colocar en el centro de la transformación curricular una nueva relación-articulación entre la escuela, la comunidad y el territorio.
Los documentos que integran la propuesta de Programas de Estudio de los Campos Formativos sobre los contenidos, diálogos y progresiones de aprendizaje, desarrollarán elementos para la identificación y establecimiento de soluciones al cambio climático y la protección del medio ambiente.
En esta propuesta de contenidos educativos se integran elementos en los campos formativos (materias) y fases (grados escolares) para desarrollar así contenidos pedagógicos sobre el derecho a un medio ambiente sano, la biodiversidad y la colectividad en el cuidado y la preservación de los recursos naturales.
En este mismo marco, la SEP y SEMARNAT en el mes de abril de 2021 firmaron un convenio con la finalidad de articular la incidencia del quehacer institucional desde las políticas públicas. En este convenio se acordó trabajar en las siguientes líneas de acción: Consume sin basura, consume limpio; Reconocimiento de escuelas limpias; Festivales limpios; y Propiciar la capacitación y actualización en materia ambiental de las y los docentes para favorecer a las niñas y niños de comunidades indígenas y de regiones vulnerables de México.
Para la educación media superior, se presentó la reforma al nuevo Marco Curricular Común que se instrumentará en el siguiente ciclo escolar 2023-2024, la cual plantea el objetivo del desarrollo humano integral del educando, reorientando al Sistema Educativo Nacional, para incidir así en una cultura educativa mediante la corresponsabilidad e impulsar transformaciones sociales dentro de la escuela y la comunidad, fomentando el respeto y cuidado a un medio ambiente sano.
En el caso de educación superior, de acuerdo con el Anuario Estadístico 2021-2022 de la ANUIES, de una matrícula total de 5,068,493 alumnos, 42% se concentra en los campos formativos de “Administración y negocios” e “Ingeniería, manufactura y construcción”, aún se observa que campos como las Ciencias Naturales y la Agronomía tan solo alcanzan un 5.3% del total de la matrícula en educación superior.
Hay que recordar y tener presente la importancia e incidencia de la vinculación de las universidades e instituciones de educación superior con la Agenda 2030 sobre los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), pues el cambio climático juega un papel trascendental en la interrelación de los 17 indicadores. Si bien, de manera específica se pueden identificar los siguientes objetivos más vinculados con el medio ambiente: 6 “Agua limpia y saneamiento”; 7 “Energía asequible y no contaminante”; 11 “Ciudades y comunidades sostenibles”; 13 “Acción por el Clima”; 14 “Vida submarina” y 15 “Vida de ecosistemas terrestres”.
El último informe “Contribución de las instituciones de educación superior en México al logro de los ODS 2020”, se registró la participación de 126 instituciones, con un total de 2,917 proyectos vinculados con los ODS, el porcentaje de proyectos registrados de los 6 indicadores arriba mencionados, registran 27.8% del universo total de proyectos.
Finalmente, el componente de ciencia e innovación desarrollado por el CONACYT a través de algunos de los Programas Nacionales Estratégicos (Pronaces) está reorientando la agenda pública en la atención a las problemáticas sociales mediante temáticas como agua, energía, cambio climático, sistemas socio-ecológicos y seguridad alimentaria.
México fijó su metas y ambiciones en la COP 27 para la reducción de emisiones de 30% para el año 2030, para lograr lo anterior se establecen al menos 35 medidas concretas en los sectores económicos en tres ejes estratégicos:
1) Soluciones basadas en la naturaleza, en donde está el Programa Sembrando Vida, nuevas Áreas Naturales Protegidas y la Estrategia Nacional de Carbono Azul.
2) Transporte de bajo carbono, que integra el Pacto de Glasgow por la Electromovilidad, considerando el desarrollo de la producción nacional del Litio, mediante la nacionalización de una empresa paraestatal, así como la estrategia de trabajo remoto (teletrabajo) y las acciones encaminadas para la infraestructura ferroviaria.
3) Regulación y fomento industrial, que incluye programas para la cogeneración y normatividad de la eficiencia energética y la estrategia nacional de economía circular.
Para alcanzar lo anterior, la educación ambiental, la ciencia, tecnología e innovación en coordinación con todos los sectores sociales deben transformar una agenda social coordinada para garantizar las acciones en la defensa y justicia del medio ambiente sano, de lo contrario, el cambio climático agravará las desigualdades de las niñas, niños y jóvenes de las futuras generaciones.
*Profesor de la licenciatura en Ciencia Política en la Unidad Iztapalapa de la UAM
Twitter: @Ger13Ruiz
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