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Fabiola Serrano: Atención en la primera hora tras sufrir infarto cerebral, salva vidas y evita daños

Es una carrera contra el tiempo: lo primero es identificar los signos de alarma y luego trasladar al paciente a un hospital que pueda darle al menos una atención primaria

Cada 15 minutos ahorrados [desde el inicio del evento] equivale a 4% de aumento de la probabilidad de sobrevivir con una vida intacta o sin secuelas, explica Fabiola Serrano.
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Cada 15 minutos ahorrados [desde el inicio del evento] equivale a 4% de aumento de la probabilidad de sobrevivir con una vida intacta o sin secuelas, explica Fabiola Serrano. .

TERCERA PARTE

Una de cada 4 personas en el mundo sufrirá un evento vascular cerebral y puede ser cualquiera de nosotros, quienes están leyendo este artículo o uno de nuestros familiares. La enfermedad vascular cerebral (EVC) es una de las principales causas de muerte y discapacidad en el mundo, el subtipo mas frecuente es el infarto. El sábado 15 de mayo de 2010 Gustavo Cerati, músico legendario argentino de 51 años, sufrió un infarto cerebral isquémico. La isquemia se produce por la disminución del flujo sanguíneo al tejido cerebral lo que ocasiona que no llegue suficiente oxígeno y nutrientes. Si el bloqueo a la circulación se prolonga puede haber muerte del tejido neuronal.

Al terminar un concierto en Caracas, Venezuela, la banda se preparó para una foto de grupo, pero “el disparo de la cámara salió sin flash”, escribió el periodista Juan Morris en su libro Cerati: la biografía definitiva. De acuerdo con Morris, el sonidista Adrián Taverna vio a Cerati pálido y con los ojos desorbitados. “¿Te sientes bien?” –le preguntó. “Cerati abrió la boca para contestar, pero no acertó a decir nada. Cómo si no encontrara las palabras”, reconstruyó el periodista. A los pocos minutos lo encontraron tirado en un sillón y con la boca entreabierta. El guitarrista Richard Coleman dijo al periódico Clarín “perdió el control sobre la mano y el brazo. […] llegaron los paramédicos, le controlaron la presión”. Pero esperaron para salir y evitar llamar la atención. Al llegar al Centro Médico Docente La Trinidad descubrieron que el lugar estaba a oscuras por un apagón. Tuvieron que trasladarse a otro centro de salud para realizarle los primeros estudios. Eventualmente, regresaron a La Trinidad.

“Tenemos una zona llamada de penumbra que es una zona de tejido salvable. Si reestablecemos el flujo sanguíneo en la zona [afectada] rápidamente podemos lograr que se reviertan gran cantidad de los síntomas”, explicó Fabiola Serrano, terapista endovascular y directora de Enseñanza del Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía Manuel Velasco Suárez (INNNMVS) durante un simposio dedicado al infarto cerebral. Se trata de una carrera contra el tiempo. “Cada 15 minutos ahorrados [desde el inicio del evento] equivale a 4% de aumento de la probabilidad de sobrevivir con una vida intacta o sin secuelas”, añadió la neuróloga. Una de cada cinco personas que sufren un infarto cerebral fallece y tres de cada cinco pueden quedar con secuelas importantes.

LOS MINUTOS SALVAN VIDAS

Tratar un infarto cerebral es una carrera contra el tiempo. Primero es importante identificar rápidamente los signos de alarma (ver primera parte de este reportaje). Luego, trasladar al paciente a un hospital que pueda darle al menos una atención primaria (ver segunda parte del reportaje). Muchos enfermos visitan varios hospitales antes de encontrar uno que los admita. El hospital debe contar con equipos que permita obtener imágenes del cerebro con el fin de confirmar el tipo de EVC que presenta el paciente y dar un diagnóstico inicial: isquemia (el más común), hemorragia o trombosis venosa cerebral.

En su presentación Serrano, señaló que una vez en el hospital la meta es que al paciente se le pueda brindar tratamiento dentro de los primeros 60 minutos. Sin embargo, lograrlo requiere vencer muchas barreras que involucran recursos y personal. Hay que recopilar el historial del paciente, conocer los medicamentos que está tomando, convocar al equipo médico que lo atenderá para que pueda valorar al paciente, acceder a un estudio de imagen y tener la interpretación adecuada.

BUSCANDO MEJORAR

Un código ictus es el conjunto de estrategias que involucran a los diferentes recursos humanos y materiales que puedan tener los diferentes servicios de salud, explica a Crónica Andrés Mercado, neurólogo vascular adscrito a la Clínica de Enfermedad Vascular del INNNMVS. “Es ese engranaje que se tiene que desarrollar para que todo el personal, desde el que recibe al paciente, que puede ser un policía o una persona administrativa, no necesariamente un médico, sepa identificar cuándo hay un caso potencial de evento vascular cerebral y que todos los involucrados en la atención de esos pacientes estén en la misma línea. También la disponibilidad de los diferentes recursos de diagnóstico y de tratamiento”. A diferencia de otras enfermedades, dice el galeno, en la EVC el beneficio del tratamiento está muy relacionado con la prontitud con la que se otorgue. “Cada minuto que pasa la probabilidad de mejoría se va reduciendo”, dice Mercado.

TRATAMIENTO

El tiempo que tarda el paciente en recibir atención médica determinará el tratamiento. En las primeras 4 horas y media, si no hay contraindicación, se usa un medicamento trombolítico que se aplica por vía intravenosa. Los trombolíticos son sustancias que ayudan a disolver coágulos. En el caso de los pacientes que tienen obstruido un vaso, según sus condiciones físicas pueden ser candidatos a una trombectomía mecánica o tratamiento endovascular. En este caso se utilizan catéteres especiales para llegar al sitio de la oclusión para retirar los trombos y restablecer el flujo sanguíneo. El procedimiento se puede hacer con anestesia general o sedación y la extracción se realiza introduciendo un catéter por la arteria femoral o radial. Este tratamiento se puede realizar hasta en las primeras 24 horas desde el inicio de los síntomas. En el INNNMVS con apoyo de la dirección hemos logrado implementar una estrategia que permite otorgar la trombolisis en un promedio de 30 minutos, explica Mercado. “En cuanto a la trombectomía, los equipos y personal que se requieren hacen más difícil acelerar el proceso, pero esa es la idea al certificarnos como centro ictus ante instancias internacionales, aprender en dónde podemos mejorar y buscar hacerlo. Hemos avanzado, nuestro mayor deseo es seguir mejorando”.

ATENCIÓN

El domingo 16 de mayo “Gustavo despertó consciente pero confundido. No podía hablar y su costado derecho estaba entumecido […]. Se tocaba el brazo, lo agarraba y lo levantaba sin conseguir que se moviera”, escribió Morris. “La comisura derecha de la boca se le había dormido y le daba un rictus de rigidez al lado derecho de su rostro. Su cara ya no era del todo su cara”.

La EVC es una enfermedad cada vez más frecuente y afecta a personas más jóvenes de lo esperado. Fomentar las redes de colaboración entre hospitales ayuda a mejorar la atención y dar mejor pronóstico a los pacientes. El INNNMVS está trabajando en un código ictus local en la CDMX que permita formar una red con otros hospitales. Por su parte, el Centro Médico Nacional 20 de noviembre, dentro de su programa ResISSSTE Cerebro, colabora con nueve clínicas del ISSSTE en la CDMX, Morelos, Edomex e Hidalgo, explica a Crónica, Enrique Castellanos, neurólogo vascular y endovascular adscrito a esa institución.

Poco a poco y con mucho trabajo y difusión el panorama va mejorando. “Cuando estudiaba medicina interna era difícil que a un paciente se le pudiera ofrecer un tratamiento porque llegaban muy tarde y ya no eran candidatos”, dice Mercado. Hoy en día, según estadísticas disponibles, 1 a 2 de cada 10 pacientes que sufren un infarto cerebral llegan a tiempo a un servicio de urgencias. Podemos hacerlo mejor, indican los galenos. El código ictus debe empezar en casa al reconocer los síntomas. Luego, saber a dónde acudir. Investigue qué institución médica cerca de usted puede atender un infarto cerebral de urgencia. Los minutos podrían salvar su vida o la de su familiar.

Gustavo Cerati murió el 4 de septiembre de 2014 en Buenos Aires, Argentina, tras permanecer 4 años en coma. Recién había cumplido 55 años.