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Aunque existe un peligro latente, es muy poco probable que las fallas geológicas identificadas en la Ciudad de México, como la localizada en la zona de Plateros-Mixcoac, puedan provocar un sismo de magnitud mayor a 5 grados, porque se trata de desplazamientos tectónicos que provoca fricción entre placas de poca profundidad. Estos liberan una cantidad de energía menor que la generada por placas tectónicas de grandes dimensiones y profundidad, como las que se encuentran frente a las costas del Pacífico mexicano, donde se presentan fricciones bruscas entre la placa tectónica de Cocos y la placa Norteamericana.
Lo anterior fue explicado por el Jefe del Departamento de Posgrado de la Escuela Superior de Ingeniería y Arquitectura (ESIA), Unidad Ticomán, del Instituto Politécnico Nacional (IPN), Pedro Vera Sánchez.
El investigador detalló que los microsismos registrados en los últimos tres meses en la Ciudad de México son fenómenos de liberación de energía muy rápida y en regiones muy focalizadas, por lo que se sienten como sacudidas o saltos en colonias y alcaldías muy específicas.
“Normalmente la disipación de la energía en un microsismo ocurre en un periodo de tiempo muy corto y muy localizado, por eso es que la sensación de la gente es que fue como un brinco, una sacudida muy corta e intensa, por la poca profundidad, pero también por la poca duración del evento, puesto que al final las ondas sísmicas que se liberan se disipan en este pequeño espacio”, indicó Vera Sánchez.
Desde hace dos meses y medio, se han registrado sismos sorpresivos en la zona poniente de la Ciudad de México, que han llamado mucho la atención porque no son efecto de movimientos que se generan fuera del Valle de México, como ocurre normalmente, sino temblores con epicentro dentro de la capital del país.
Los microsismos recientes han generado diferentes líneas de investigación científica y gubernamental, que llevaron al descubrimiento de la falla geológica nombrada Plateros-Mixcoac, cuya manifestación más superficial y visible es una grieta que se extiende a lo largo de un kilómetro, desde un punto cercano al mercado de Mixcoac hasta otro punto al poniente del anillo Periférico y un poco al norte de la Unidad habitacional Plateros.
Esos movimientos han causado daños importantes en ocho edificios cercanos a la falla geológica, por lo que académicos y autoridades han señalado que las y los vecinos de la zona deben revisar de manera constante la infraestructura de sus viviendas, así como las construcciones urbanas, tanto superficial como subterránea, y se debe hacer un seguimiento del comportamiento que presenten.
La mayoría de los estudios coinciden en que se trata de movimientos del suelo que están a poca profundidad, por lo que es muy difícil pensar que generen un megasismo, como los registrados en 1985 y 2017 que tuvieron magnitudes de 8.1 y 71 grados, respectivamente, provocando la pérdida de miles de vidas y daños graves a inmuebles e infraestructura.
Sin restar importancia a los microsismos que han causado preocupación y daños estructurales en ocho edificios en el poniente de la Ciudad de México, Vera Sánchez dijo que es necesario seguir estudiando fallas geológicas en el Valle de México, para conocer a detalles sus características geométricas y entender sus posibles implicaciones.
El especialista descartó que la actividad humana, como las construcciones de líneas de Metro o de grandes edificios, pueda tener impacto en el origen de microsismos, pues la cantidad de energía liberada por estas actividades es sumamente menor comparada con la energía de las fallas geológicas.
“Estamos ubicados dentro de una provincia geológica donde la actividad tectónica es considerable y que está también afectada por la actividad sísmica del Pacífico, entre otras; entonces tenemos, fichas de dominó: cuando estamos haciendo la sopa de las fichas de dominó, se friccionan unas con otras y cambian de posición, esta fricción entre las fichas, digamos, es las que genera esta actividad.”
Los microsismos, ahondó, son sismos de corta duración, normalmente también de muy baja magnitud, usualmente de menos de cuatro, así como de poca profundidad. La falla recién detectada en la zona de Mixcoac se calcula que se encuentra a menos de 1.4 kilómetros de profundidad.
Más de 23 sismos, de entre 1.1 y 3.2 grados, se han registrado en el poniente de la Ciudad de México, desde el 3 de diciembre de 2023 hasta el 18 de febrero de 2024. Una de las zonas más afectadas ha sido la zona de Mixcoac. Entre otras instituciones académicas y de gobierno, investigadores del Instituto de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) han realizado estudios en la zona y así identificaron una falla geológica que probablemente ya existía, pero no había sido registrada, a la cual han comenzado a llamar la Falla Plateros-Mixcoac. Los sismos recientes no han superado la intensidad de 4 grados y han tenido epicentro en profundidades cercanas a la superficie.
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