La sorprendente reinterpretación de un supuestp fósil ancestral que se encontró en 2020 en la India ha reescrito por segunda vez la historia geológica del subcontinente.
Lo que al principio parecía un fósil de Dickinsonia (a la izquierda en la imagen) se había descompuesto y había empezado a desprenderse de la roca en pocos años (a la derecha), señal de que se trataba de algo mucho más moderno.
El hallazgo se produjo en los refugios rocosos de Bhimbetka, una serie de cuevas con arte rupestre antiguo cerca de Bhopal (India). Allí descubrieron el fósil de Dickinsonia, un animal plano, alargado y primitivo anterior a la evolución de los animales complejos. Era el primer descubrimiento de Dickinsonia en la India.
El animal vivió hace 550 millones de años, y el hallazgo parecía zanjar de una vez por todas la sorprendentemente controvertida antigüedad de las rocas que conforman gran parte del subcontinente indio. El hallazgo atrajo la atención de The New York Times, The Weather Channel y la revista Nature, así como de muchos periódicos indios.
Pero resulta que el "fósil" era un caso de identidad equivocada.
Investigadores de la Universidad de Florida visitaron el lugar el año pasado y descubrieron que el objeto se había descompuesto considerablemente, algo poco habitual en un fósil. Es más, el lugar está poblado de nidos de abejas gigantes, y la marca descubierta por los científicos en 2020 se parecía mucho a los restos de estas grandes colmenas.
"En cuanto lo miré, pensé que algo no iba bien aquí", dijo Joseph Meert, profesor de geología de la UF y experto en la geología de la zona, en un comunicado. "El fósil se estaba despegando de la roca".
El antiguo fósil también yacía casi vertical a lo largo de las paredes de las cuevas, lo que no tenía sentido. En cambio, según Meert, los fósiles de esta zona sólo deberían verse planos en el suelo o el techo de las estructuras de las cuevas.
Meert colaboró en la investigación con sus estudiantes de posgrado Samuel Kwafo y Ananya Singha y con el profesor de la Universidad de Rajastán Manoj Pandit. Documentaron la rápida descomposición del objeto y fotografiaron restos similares de colmenas cercanas. El equipo publicó sus conclusiones sobre la identidad errónea el 19 de enero en la revista Gondwana Research, que ya había publicado el informe sobre el hallazgo serendípico del fósil Dickinsonia.
Gregory Retallack, profesor emérito de la Universidad de Oregón y autor principal del artículo original, afirma que él y sus coautores están de acuerdo con las conclusiones de Meert de que el objeto es en realidad una colmena.
Este tipo de autocorrección es un principio básico del método científico. Pero la realidad es que a los científicos les cuesta admitir sus errores y no lo hacen a menudo.
La corrección del registro fósil vuelve a poner en entredicho la edad de las rocas. Dado que la formación rocosa no contiene fósiles de un periodo de tiempo conocido, su datación puede resultar difícil.
Meert afirma que las pruebas siguen apuntando a una antigüedad cercana a los mil millones de años. Su equipo ha utilizado la desintegración radiactiva de unos diminutos cristales llamados circones para datar las rocas en ese periodo de tiempo. Y la firma magnética de las rocas, que capta información sobre el campo magnético de la Tierra cuando se formaron, coincide estrechamente con las firmas de formaciones datadas con seguridad hace mil millones de años.
Otros científicos han publicado hallazgos que apoyan una edad más temprana. Es esencial comprender este periodo por sus implicaciones para la evolución de la vida en la zona y la formación del subcontinente indio.
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