El agua es fundamental para los seres humanos y para toda la vida en la tierra. Cuidarla es nuestra obligación y nuestro compromiso con las generaciones futuras. Según la Comisión Nacional del Agua más del 60% de las fuentes de agua en México se encuentran contaminadas a fuertemente contaminadas. El uso de suelo es uno de los principales factores que influyen en la calidad del agua de los sistemas acuáticos. La mayoría de los ríos y arroyos drenan a través de diferentes zonas que pueden ser conservadas con sus bosques o vegetación natural, agrícolas, industriales o urbanas, por lo que reciben aportes de diferentes sustancias dependiendo del uso de suelo. Por ejemplo, las áreas agrícolas son fuente de nutrientes y plaguicidas que llegan a los ríos afectando la calidad del agua y a los organismos. También, la deforestación de la vegetación de la orilla de los ríos puede resultar en un aporte importante de sedimentos, sobre todo en lluvias, así como en el incremento de la temperatura del agua al perderse la sombra de las copas de los árboles que se encuentran sobre el cauce.
La cuenca alta del río La Antigua en Veracruz, era originalmente una zona de bosque de niebla, pero actualmente es un mosaico de diferentes usos de suelo, como pastizales dedicados a la ganadería y zonas cultivadas para producir principalmente café, papa, maíz y caña de azúcar. Considerando el alto valor de las fuentes de agua en esta zona, investigamos si la presencia de los fragmentos de bosque que se han ido dejando a la orilla de los ríos, ayudan a mejorar la calidad de sus aguas.
Medimos la cantidad de sedimentos, concentración de nutrientes, como nitrógeno y fósforo y clorofila, en ríos próximos a pastizales y a cafetales donde había parches de bosque, río arriba o río abajo de ellos. La clorofila es una medida biológica que nos indica qué tan limpia es el agua, ya que más clorofila significa menos algas “buenas” creciendo en los ríos.
En los ríos en los que hay un segmento rodeado de bosque seguido de otro segmento en el que hay un pastizal o cafetal, la calidad de sus aguas disminuye ya que aumenta la temperatura, la concentración de nutrientes y de sedimentos, y la cantidad de clorofila. Durante la época de lluvias los ríos que pasan por cafetales mostraron mayor cantidad de sedimentos que en los ríos que pasan por pastizales. Esto se debe a que en los cafetales hay mucho suelo sin vegetación, ya que se tiende a eliminar las hierbas.
Nuestro estudio claramente indica que las secciones con fragmentos de bosque por donde el río pasa, principalmente río abajo de un pastizal o un cafetal, mejoran la calidad del agua. En paisajes fragmentados, los bosques aportan materia orgánica como hojas, ramas, flores y frutos a los ríos, lo cual ayuda a mantener la diversidad y funcionamiento de estos ecosistemas acuáticos. Sin embargo, los bosques son muy sensibles al disturbio, ya que aún una pequeña alteración provocada por el cambio de uso de suelo altera la composición de especies y reduce su diversidad.
Estos resultados son esperanzadores porque confirman la importancia del bosque ribereño en la conservación de los ríos. En áreas agrícolas, paisajes heterogéneos pueden proteger los ríos de los impactos de las perturbaciones que ocurren en las partes altas, por lo que es necesario proteger los fragmentos de bosque que aún quedan en la región. También refuerzan la necesidad de restaurar el bosque en todos los tramos de arroyos y ríos inmersos entre cultivos y poblaciones, para mejorar la calidad del agua y el bienestar de todos.
1. Red de Ecología Funcional, Instituto de Ecología, A.C.
2. Departamento de Ecología Aplicada, Universidad Estatal de Carolina del Norte, EU
3. Red de Ecoetología, Instituto de Ecología, A.C.
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