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José Antonio Seade Kuri fue reconocido recientemente por el Instituto de Ciencias Matemáticas para las Américas de la Universidad de Miami, con el Premio al Liderazgo Matemático. Fue uno de los tres mexicanos y académicos de la UNAM en ser reconocidos, no obstante, no es el tipo de noticias que trascienden en los medios, en la población y menos en sectores políticos y de gobierno, acota el matemático, quien desde agosto del 2023 tomó posesión como presidente de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
“Este premio es un gran logro, pero pasa desapercibido, cualquier noticia de cualquier cosa aparece con mayor facilidad en los diarios. Un logro científico… ni quien se entere en México”. El problema es el de una cultura científica aún incipiente entre grandes sectores de la sociedad y un grueso importante de políticos y gobernantes, refiere en entrevista.
“Los premios ayudan a comunicar a la sociedad de la importancia de la investigación científica. En el momento en que haya un conocimiento de su importancia y de lo que pueda aportar vendrá un reconocimiento en la labor del científico. Van de la mano, pero en México, desafortunadamente y empezando con nuestros gobiernos, no saben –perdón que lo diga así– lo que es el valor y la aportación de la investigación científica. No se reconoce y eso es fundamental”.
El matemático concuerda en que no se puede cuidar lo que no se conoce y mucho menos si, por el contrario, se etiqueta a los científicos desde el gobierno federal, como ha ocurrido este sexenio.
Sin una cultura científica, la sociedad y los gobiernos no apoyan en la búsqueda de más financiamiento para la ciencia y la investigación, si bien no sólo por ser importante en sí mismo el avance del conocimiento –que debería serlo en un mundo descapitalizado–, sino porque genera bienestar y desarrollo económico en los países. Es por ello que los temas de ciencia e investigación requieren estar en la agenda gubernamental y la conciencia de las personas, acota Seade Kuri, quien habla además del estatus de la AMC, política científica y matemáticas, por su puesto.
Seade Kuri es investigador teórico del Instituto de Matemáticas de la UNAM, donde realiza estudios en sistemas dinámicos, áreas que proviene del estudio de la mecánica celeste, de observar los astros y tratar de describir cómo se mueven la Tierra alrededor del Sol, la Luna alrededor de la Tierra, explica.
“Tratar de describir esos movimientos desde hace siglos ha llevado a grandes avances en el desarrollo de las matemáticas y de ahí surgen los sistemas dinámicos, donde se abstrae lo que estamos viendo. Tenemos una cierta situación que evoluciona en el tiempo o de acuerdo a ciertos parámetros, a partir de ciertas reglas establecidas que suponemos que conocemos”.
Parte de esta investigación es conocer las reglas para entender el Universo, que es lo más difícil, pero al abstraerlo y entender esta evolución, los académicos pueden generar modelos predictivos. “Es una investigación que se aplica al crecimiento financiero, epidemiología, modelos económicos, óptica y a múltiples ramas de la matemática, en todo”.
El académico refiere que no se necesita ser matemático de sistemas dinámicos para apreciar este lenguaje lógico, pero creativo a la vez. “Las matemáticas son fascinantes y parte de lo mágico es que nadie sabe para qué sirven, nadie las ve, pero están en todo. Cuando pagas en el supermercado con tu tarjeta, ahí hay matemáticas; cuando usas tu GPS hay matemáticas contemporáneas que no se conocían hace dos décadas, por lo que es una ciencia viva que evoluciona constantemente, que va siempre del conocimiento del ser humano”.
En la actualidad, dice, en la sociedad del conocimiento y en el mundo entero, la ciencia cobra cada vez más importancia: “la ciencia aplicada, la tecnología y la innovación forman una cadena importantísima, y las matemáticas son el corazón del pensamiento científico”.
Desde este punto y desde aprender que las matemáticas son un tipo de razonamiento deductivo, es que la Academia Mexicana de Ciencias desempeñó diversas actividades dirigidas hacia la sociedad mexicana, no sólo desde talleres y conferencias, sino desde varios de sus programas, como La Ciencia en tu Escuela. Trabajos que han sido suspendidos hasta que la AMC supere en alguna medida operativa la crisis por la que atraviesa este sexenio, debido a que el gobierno federal, a través de Cona(h)cyt, suspendió su apoyo financiero.
–¿Cómo va esta nueva etapa de resurgimiento de la AMC bajo el nuevo Consejo Directivo que usted preside?
–Va despacio, los problemas financieros siguen, pero hay mucha solidaridad de la comunidad, de distintos sectores de la sociedad y poco a poco comenzamos a dar pasos. Aunque todavía estamos en un hoyo, estamos saliendo. Soy optimista y estoy convencido de que cuando salgamos por completo, que espero sea pronto, lo haremos fortalecidos. Los primeros pasos son las más difíciles, pero se están dando con el apoyo de la sociedad mexicana.
–¿Qué lección les dejó esta crisis, generada en buena medida por su dependencia financiera de Conacyt?
–Una importante es que tenemos que estar preparados para cualquier escenario. Pienso que es responsabilidad del gobierno apoyar a las principales academias de México, en particular a la AMC, no porque nos merezcamos el apoyo, sino porque se hace mucho trabajo por apoyar a México, no obstante, para ello se requiere de financiamiento. Es correcto que haya dinero para la Academia, pero también es cierto que no podemos esperar que todo recaiga en éste, así fue por muchos años y nos permitió crecer, en su momento fue lo correcto porque la ciencia en México se gestaba. Ahora nos toca poner de nuestra parte y buscar financiamiento de otras fuentes.
Para el avance de la ciencia en el país no sólo se requiere de dinero a sus investigadores y sus academias, sino que sea objeto de prioridad, enfatiza. “Se necesita que en México la ciencia y la tecnología formen una parte importante de la agenda nacional. Eso implica políticas de gobierno en apoyo a la ciencia, el fortalecimiento de todo el sector de ciencia, tecnología e innovación, que debe involucrar al gobierno, al sector académico y al empresarial, con una visión social. Todos los actores debemos estar presentes ahí para que la ciencia y la tecnología sean realmente un soporte y palanca para el desarrollo de México, como lo son en muchos otros países”.
–¿Cuál sería su mensaje para la próxima presidenta?
–Que la ciencia y la tecnología deben ser palancas importantes para el desarrollo de México, para traer mayor bienestar social, y que deben tener un papel prioritario en la agenda nacional. También que nuestra comunidad está dispuesta a colaborar en lo que haga falta para que eso suceda.
Su mensaje a la sociedad ahora y rumbo a los próximos años es un recordatorio de que la comunidad científica mexicana “es de primer nivel mundial y, en general comprometida con México”. El mensaje y la narrativa gubernamental ha discriminado o matizado lo anterior desde diversas estrategias políticas, no obstante, si bien la comunidad científica es muy amplia –“y no puedo hablar por todos, hay todo tipo de ideología y gran diversidad, felizmente”–, toda tiene un común denominador: “estamos en México porque queremos al país y queremos aportar lo podamos para salir adelante. Trabajamos para hacerlo cada quién desde su trinchera, pero eso queremos”.
Para Seade Kuri, las matemáticas no tienen por qué ser el calvario que representa para muchos, el problema está en cómo son entendidas y enseñadas en las escuelas.
“El punto central es aprender a razonar con las matemáticas. Nos las enseñan en general de manera poco didáctica, donde tenemos que aprendernos las reglas y un montón de recetas que no entendemos por qué y para qué son, por eso se vuelven un dolor de cabeza. A las matemáticas hay que entenderlas, tienen su lógica y es la lógica del mundo, son una forma de razonar con lógica y cuando comenzamos a entenderlas se vuelven mucho más fáciles y disfrutables.
“Mientras sea algo que debemos de aprender como receta de cocina, o que nos reprueben en la escuela si no lo hacemos así, seguirán siendo un dolor de cabeza, pero eso no es culpa de las matemáticas, porque son bellísimas. Es una profesión tremendamente libre, te permite volar, imaginar, crear, es muy creativa, pero siempre con base a razonamiento lógico. Eso lo debemos de aprender desde niños, la parte más intrínseca de las matemáticas es la más intrínseca de la ciencia, que es el razonamiento lógico deductivo; mientras no aprendamos a razonar de esa manera no nos van a gustar”.
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