Cuando Julieta Torres González era una adolescente, en la Ciudad de México, su mamá le regaló un libro con la biografía de la científica Marie Curie, que fue pionera en el estudio de la radioactividad y la primera persona en recibir dos Premios Nobel en distintas especialidades: Física y Química. En esos meses de lectura concentrada, la joven mexicana comenzó a soñar con ir a Francia y trabajar en un laboratorio.
En 2021, aquellos anhelos ya son parte de un recorrido biográfico transitado. Después de años de formación en México y Francia, la doctora Julieta Torres dirige actualmente en Querétaro uno de los centros de investigación más avanzados del país en el campo de la electroquímica: el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica (CIDETEQ).
“Preguntar es la base de todo crecimiento intelectual y personal. A veces parece que los profesores inhiben las preguntas de los niños y los jóvenes, pero yo tengo muchos testimonios de que preguntar te hace más grande y te lleva a lugares que no imaginabas. Mi abuela fue mi ejemplo porque ella aprendió a leer sola, preguntando, y aprendió a dirigir un comercio preguntando. Así que ella siempre nos decía: ‘Pregunta a las personas que veas que te pueden enseñar’. Y mis padres también nos insistían, a mi hermano y a mí, aprende todo lo que puedas’. Así hemos resuelto muchos obstáculos”, comenta a los lectores del diario Crónica la doctora en Ciencia e Ingeniería en Materiales de la École Nationale Supérieur de Mines de Saint Etienne, Francia.
Julieta Torres es una de las pocas mujeres que dirigen un Centro Público de Investigación en México. Al frente de CIDETEQ coordina un equipo de investigadores y laboratorios altamente especializados donde se forman estudiantes de posgrado en programas de calidad internacional y ofrecen asesoría y servicios a más de 350 empresas de base tecnológica, comunidades y gobiernos.
Actualmente el CIDETEQ organiza muchos de sus esfuerzos en tres núcleos de aplicación de la electroquímica para beneficio de la sociedad: tratamiento de agua y cuidado del medio ambiente; nuevas fuentes de generación y almacenamiento de energía y dispositivos y procesos que beneficien a la salud.
“En la parte de Medio Ambiente, nuestras investigaciones se enfocan en identificar contaminantes presentes dentro del agua y cómo retirarlos. Diseñamos y construimos plantas de tratamiento para diferentes tipos de aguas residuales. Trabajamos con la industria, pero también con comunidades que nos exponen sus problemas e ideas”, indica la Directora General de CIDETEQ, quien agrega que también trabajan en remoción de contaminantes del suelo y desarrollo de procesos de detección de presencia de diferentes sustancias contaminantes.
“En la parte de energía estamos trabajando en el campo de baterías, buscando alternativas de almacenamiento de energía que puedan ser usadas, por ejemplo, en automóviles eléctricos. Ahí estamos trabajando temas como el aprovechamiento del hidrógeno y diferentes biocombustibles. Por último, en el campo de salud, la pandemia nos ha mostrado la importancia de apoyar la investigación biomédica con mejores procesos para detección de antígenos, proteínas o incluso la construcción de dispositivos de detección de enfermedades que no sean tan invasivos como los que tenemos actualmente. Esa es una descripción muy general de lo que estamos atendiendo”, explica Torres González.
OBSTÁCULOS FORMATIVOS.
Originaria de la Ciudad de México, la actual directora de CDETEQ estudió la licenciatura en Física y la maestría en Ciencias de Materiales, en el Instituto de Investigación en Materiales de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM). Tal como se lo había propuesto desde muy joven, viajó a Francia en busca de obtener su grado académico de Doctora en Ciencias. En cada una de esas etapas ha identificado dificultades y obstáculos que experimentan muchas mujeres que deciden dedicarse a la ciencia.
“Pues desde luego era muy difícil al principio de la carrera convivir con casi puros hombres y estas ideas de que algunas carreras no son para mujeres. Afortunadamente, con el tiempo encontré compañeros con lo que pude trabajar y estudiar para que finalmente todos saliéramos adelante. Yo no quitaba el renglón de ir a estudiar a Francia y por eso me metí a estudiar cursos al IFAL y luego me puse a investigar cómo conseguir una beca. Todo el tiempo pregunto, aunque estoy consciente que muchos maestros sólo dicen a sus grupos ‘¿tienen preguntas?’, pero realmente no generan la confianza para preguntar”, añade.
“Insisto en que todas las dificultades se pueden resolver con mayor facilidad preguntando y escuchando porque al llegar a Francia también viví las dificultades que muchos mexicanos experimentamos en el extranjero, con el cambio de clima y relaciones sociales. A veces uno siente que los franceses gritan mucho o que son secos, pero también preguntando y observando uno lo puede entender y resolver. Al regresar a México me ocurrió otro problema pues quería trabajar en la industria y no me aceptaron por ser mujer o, en un caso, por considerar que estaba sobrecalificada. Así fue como finalmente llegué a Querétaro, al CIDETEQ y aquí encontré un espacio con muchas oportunidades para trabajar y crecer”, dice la doctora miembro del Sistema Nacional de Investigadores (SNI)
Desde su regreso ha dedicado su tiempo a investigar y mejorar los recubrimientos de cromo electrolíticos (cromado). También ha trabajado en la recuperación de metales a partir de residuos peligrosos y su grupo de investigación trabaja sobre diferentes procesos Electroquímicos y Tratamientos de Superficie con empresas aeronáuticas.
“Ha sido el resultado de muchas cosas, pero entre ellas es importante seguir buscando y preguntando a las personas más capacitadas para resolver un problema y también fomentar en los estudiantes y compañeros la imaginación para encontrar nuevas soluciones. El tener una responsabilidad administrativa también me ha enseñado que un no debe querer que todos piensen como una y aprender a entender que cuando otros compañeros o tu equipo te cuestiona no se trata de algo personal sino de visiones diferentes del mismo problema”.
Fundado en el estado de Querétaro, en un momento de expansión industrial, el CIDETEQ es uno de los 26 Centros Públicos de Investigación (CPIs), del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). Sus interacciones en investigación, formación de recursos humanos y transferencia de tecnología se han documentado en diferentes ramas productivas como las industrias automotriz, aeronáutica, biomédica, química, nanotecnológica, de energía, alimentación y cuidado al medio ambiente. En todos esos casos, el papel de CIDETEQ es comprender y mejorar los procesos químicos en los que interviene la electricidad.
El pasado 26 de septiembre, el Centro de Investigación y Desarrollo Tecnológico en Electroquímica (CIDETEQ), cumplió 30 años como una de las instituciones más eficientes de México en la compleja tarea de vinculación entre academia y ciencia.
DESPIECE 85 PALABRAS
La electroquímica está
cerca de la vida cotidiana
“Algunas personas podrían pensar que la electroquímica está muy lejos de su vida, pero en realidad sus procesos y materiales están muy cerca, por ejemplo, en la cocina. Aquí investigamos distintos recubrimientos y también aplicaciones electroquímicas altamente complejas para la industria de salud, automotriz, electrónica y aeroespacial, entre otras. Entonces CIDETEQ lo que hace es vincular la investigación de los fenómenos donde se combina la electricidad con reacciones químicas, con soluciones a problemas de la vida cotidiana”, explica Julieta Torres González, Directora General de CIDETEQ.
Copyright © 2021 La Crónica de Hoy .