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Hospitales con atención rápida de ACV, disminuyen mortalidad 60%

Los Accidentes Cerebro Vasculares (ACV) se presentan con casi el doble de frecuencia en Latinoamérica que en Estados Unidos y Canadá, señala Sheila Martins, presidenta de la World Stroke Organizations

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Como presidenta de la WSO, Sheila Martins ha promovido la formación de equipos de emergencia en 10 regiones del mundo. Como presidenta de la WSO, Sheila Martins ha promovido la formación de equipos de emergencia en 10 regiones del mundo. (Twitter)

En América Latina, los Accidentes Cerebro Vasculares (ACV) se presentan con casi el doble de frecuencia que en Estados Unidos y Canadá. Esto no sólo provoca que en muchos países latinoamericanos sea la primera o la segunda causa de muerte, sino que genera una gran cantidad de personas con discapacidad. Por estas razones la Organización Mundial contra el Accidente Cerebral impulsa un modelo de atención con el que todos los hospitales, incluyendo los de las comunidades más pequeñas, puedan atender rápidamente accidentes cerebrovasculares en sus áreas de emergencia.

Lo anterior fue explicado, en conversación para los lectores de “Crónica”, por la neuróloga brasileña Sheila Martins, profesora de la Universidade Federal Do Rio Grade do Sul, actual presidenta de la World Stroke Organization (WSO) e impulsora de un modelo de atención de emergencias cerebrales, adoptado en cientos de clínicas latinoamericanas.

“Los Accidentes Cerebrovaculares (ACV), son la segunda causa de muerte a nivel global y una de las primeras causas de incapacidad. Sabemos que una de cada cuatro personas puede tener un ACV y padecer los efectos altamente incapacitantes. En América Latina tenemos países en los que sí es la primera causa de muerte. En la región tenemos una tasa de 40 muertes por ACV, por cada 100 mil habitantes; mientras que en países de América del norte, como Estados Unidos y Canadá, la tasa es de 22 muertes por ACV, por cada 100 mil habitantes.

Este contraste de cifras, que nos muestra casi el doble de tasa de mortalidad en países latinoamericanos, es un efecto de la falta de atención de emergencia a estos accidentes cuando se llega a las salas de emergencia. Tenemos que acercar más conocimiento y entrenamiento a todos los hospitales, pequeños y grandes, para poder reaccionar ante problemas que se presentan en estos ACV, como la trombosis, la necesidad de hacer un tipo de cateterismo para retirar coágulos en una arteria, llamado tromboectomía y otros procedimientos que pueden salvar muchas vidas de los pacientes en salas de urgencia. Cuando no tenemos una estructura y una organización de trabajo para atender Accidentes Cerebrovasculares, la mortalidad es muchísimo mayor y las secuelas de quienes sobreviven son más graves”, indica la también presidenta de la Red Brasileña de ACV.

Con sus colegas neurólogos, la doctora Martins coordinó un estudio en cuatro grandes regiones de Brasil, a lo largo de un año, en cuyos hospitales se organizaron equipos y protocolos para atender ACV. En los hospitales donde se implementó atención rápida de ACV, la mortalidad disminuyó 60 por ciento y las secuelas negativas 49 por ciento.

- ¿Existen factores genéticos o ambientales particulares de América Latina que hagan tan frecuente los ACVs?—

–El estudio de factores genéticos apenas empieza, pero sabemos que las zonas más pobres y con menos educación tienen mayores tasas de estos ACV porque reciben menos medicina preventiva. En el 90 por ciento de los casos el accidente se podría evitar si se detecta a tiempo la presión alta, la diabetes, el colesterol alto, la arritmia cardiaca conocida como fibrilación auricular. A estos factores biológicos hay que agregar hábitos que tenemos que observar y prevenir como tabaquismo, sedentarismo, abuso de alcohol, además de la depresión y el estrés. Esos son factores ambientales que se encuentran detrás del 90 por ciento de los ACV que llegan a urgencias. Además, en América Latina hay algunas enfermedades infecciosas que no existen en América del norte y que también afectan, como la Enfermedad de Chagas, que puede afectar el corazón y el sistema nervioso central”.

– ¿Y qué es lo básico que debe tener una sala de emergencia para atender un ACV, en una pequeña población?

–En hospitales pequeños, las 24 horas debería haber personal entrenado para diagnosticar ACV y hacer intervenciones de emergencia como el tratamiento trombolítico endovenoso (para disolver coágulos en la sangre), que se requiere en la mayoría de los casos; además es de gran ayuda contar con un equipo que ayude a iniciar fisioterapia precoz. En un hospital más grande es muy importante poder contar con equipos para hacer una tomografía para saber si lo que está ocurriendo en el cerebro es una hemorragia o una isquemia (bloqueo a la llegada de sangre) porque esto decide dos tratamientos diferentes.

¿Cómo multiplicar equipos de emergencias?

Originaria de Porto Alegre, Brasil, Sheila Martins realizaba su internado como estudiante de neurología cuando comprobó que 70 por ciento de los pacientes que atendía tenían secuelas de ACV. “Yo no había tenido familiares con este problema, lo conocí y comprendí en los hospitales. Por eso, en los años 2005 y 2006, con compañeros, creamos la primera unidad de atención a ACV en salas de emergencia. Después me invitaron a un congreso médico a dar una plática sobre este trabajo, en 2007, y señalé el problema de que Brasil ya tenía más de 200 millones de habitantes, pero sólo 35 hospitales atendían ACV en urgencias. En esa sala estaba el nuevo encargado de medicina de urgencias del gobierno y me invitó a multiplicar en todo el país el modelo que nosotros habíamos creado”. 

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