El puente terrestre de Bering, que conectó Asia con Norteamérica, no surgió hasta hace unos 35.700 años, menos de 10 mil años antes del apogeo de la última glaciación (conocida como Último Máximo Glacial).
Así lo refleja un nuevo estudio que reconstruye la historia del nivel del mar en el estrecho de Bering, publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences. Indica que el crecimiento de las capas de hielo -y el consiguiente descenso del nivel del mar- se produjo sorprendentemente rápido y mucho más tarde en el ciclo glaciar de lo que habían sugerido estudios anteriores. También implica que el ser humano llegase a América nada más formarse el enlace de Bering.
"Significa que más del 50% del volumen mundial de hielo en el Último Máximo Glacial creció después de hace 46.000 años", afirma en un comunicado Tamara Pico, profesora adjunta de Ciencias Planetarias y de la Tierra en la Universidad de California Santa Cruz y autora del artículo. "Esto es importante para comprender las retroalimentaciones entre el clima y las capas de hielo, porque implica que hubo un retraso sustancial en el desarrollo de las capas de hielo tras el descenso de las temperaturas globales".
El nivel global del mar desciende durante las glaciaciones a medida que el agua de la Tierra queda atrapada en enormes capas de hielo, pero el momento en que se producen estos procesos ha sido difícil de precisar. Durante el Último Máximo Glacial, que duró entre 26.500 y 19.000 años, las capas de hielo cubrieron amplias zonas de Norteamérica. La drástica bajada del nivel del mar dejó al descubierto una vasta zona terrestre conocida como Beringia, que se extendía desde Siberia hasta Alaska y albergaba manadas de caballos, mamuts y otra fauna del Pleistoceno. Al derretirse las capas de hielo, el estrecho de Bering volvió a inundarse hace entre 13.000 y 11.000 años.
MIGRACIÓN HUMANA
Los nuevos hallazgos son interesantes en relación con la migración humana porque acortan el tiempo entre la apertura del puente terrestre y la llegada de los humanos a América. El momento de la migración humana a América del Norte sigue sin resolverse, pero algunos estudios sugieren que la gente pudo haber vivido en Beringia durante el apogeo de la edad de hielo.
"Es posible que la gente empezara a cruzar tan pronto como se formó el puente de tierra", afirma Pico.
El nuevo estudio utilizó un análisis de isótopos de nitrógeno en sedimentos del fondo marino para determinar cuándo se inundó el estrecho de Bering durante los últimos 46.000 años, permitiendo que el agua del océano Pacífico fluyera hacia el océano Ártico. El primer autor, Jesse Farmer, de la Universidad de Princeton, dirigió el análisis isotópico, midiendo las proporciones de isótopos de nitrógeno en los restos de plancton marino conservados en núcleos de sedimentos recogidos del fondo marino en tres lugares del Océano Ártico occidental. Debido a las diferencias en la composición de nitrógeno de las aguas del Pacífico y del Ártico, Farmer pudo identificar una firma isotópica de nitrógeno que indicaba cuándo el agua del Pacífico fluía hacia el Ártico.
Pico, experto en modelización del nivel del mar, comparó entonces los resultados de Farmer con modelos de nivel del mar basados en distintos escenarios de crecimiento de las capas de hielo.
"Lo más interesante para mí es que esto proporciona una limitación completamente independiente sobre el nivel global del mar durante este período de tiempo", dijo Pico. "Algunas de las historias de las capas de hielo que se han propuesto difieren bastante, y hemos podido observar cuál sería el nivel del mar previsto en el estrecho de Bering y ver cuáles son coherentes con los datos de nitrógeno".
Los resultados respaldan estudios recientes que indican que el nivel global del mar era mucho más alto antes del Último Máximo Glacial de lo que sugerían estimaciones anteriores, señaló. El nivel medio global del mar durante el Último Máximo Glacial era unos 130 metros más bajo que el actual. Sin embargo, el nivel real del mar en un lugar concreto, como el estrecho de Bering, depende de factores como la deformación de la corteza terrestre por el peso de las capas de hielo.
"Es como golpear la masa de pan: la corteza se hunde bajo el hielo y sube por los bordes", explica Pico. "Además, las capas de hielo son tan grandes que tienen efectos gravitatorios sobre el agua. Modelizo esos procesos para ver cómo variaría el nivel del mar en todo el mundo y, en este caso, para fijarme en el estrecho de Bering".
Los hallazgos implican una complicada relación entre el clima y el volumen global de hielo y sugieren nuevas vías para investigar los mecanismos subyacentes a los ciclos glaciares.
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