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Impacto de la pandemia de COVID-19 en la docencia en Medicina

A diferencia de otras disciplinas, tanto los profesores como los estudiantes de medicina tienen un papel activo en las labores propias de su profesión>>

Enfermeras en la fila para recibir la vacuna contra el COVID-19
Alumnos de la carrera de Medicina. Alumnos de la carrera de Medicina. (La Crónica de Hoy)

A partir del mes de marzo del 2020, cuando la Organización Mundial de la salud declaró la pandemia de COVID-19, el proceso educativo a nivel mundial ha cambiado radicalmente. La educación médica no es la excepción, ha debido sufrir adecuaciones por la falta de acceso a las aulas, laboratorios y campus clínicos, que son importantes escenarios en la formación de los alumnos de la licenciatura de Medicina y otras de las Ciencias de la Salud.

Desde el tercer año de Medicina y hasta su fin, los alumnos asisten a áreas clínicas para su formación. Las áreas clínicas (centros de salud, hospitales, clínicas) han limitado el acceso a los estudiantes de medicina durante la pandemia COVID-19 por varias razones, entre las que destacan: seguridad de los involucrados, prioridad de atención a la emergencia sanitaria, reducción en el número de consultas médicas y procedimientos quirúrgicos electivos, cambio a modalidades de tele consulta en algunas áreas, entre otras.

En este contexto y para continuar con el proceso educativo de los alumnos de Medicina en los ciclos clínicos adoptamos la enseñanza en línea, esta realidad nos tomó por sorpresa a todos los actores del proceso educativo: instituciones educativas, alumnos y profesores. Además, la necesidad de usar el modelo a distancia descubrió grandes diferencias de conectividad entre alumnos, los ambientes inapropiados que muchos de ellos viven para el aprendizaje, la necesidad de aprender el uso de las plataformas tecnológicas por parte del alumnado y profesorado, entre otros problemas; pero también el modelo educativo a distancia ha permitido continuar el proceso de formación médica, todos hemos aprendido del mismo sobre la marcha y si bien, no es el ideal, tanto los docentes como los alumnos mejoramos día con día en su uso y ha sido la forma de continuar, mientras podemos volver a los escenarios clínicos en condiciones seguras para todos.

A diferencia de otras disciplinas, tanto los profesores como los estudiantes de medicina tienen un papel activo en las labores propias de su profesión. Por lo tanto, es momento de replantear el papel que tienen los profesionales de la salud en la formación, a fin de mantener la continuidad de sus procesos de aprendizaje y que todos participemos en la elaboración de estrategias que beneficien dicho proceso1.

Las estrategias didácticas que promueven el desarrollo de competencias como el pensamiento crítico, el razonamiento clínico y la toma de decisiones son altamente eficaces en el aprendizaje médico2. La resolución de casos clínicos (aprendizaje basado en problemas) y la medicina basada en evidencia (revisión de artículos científicos para resolver casos reales del programa académico a estudiar) son herramientas que algunos docentes hemos incorporado en la enseñanza, especialmente en los ciclos clínicos, en un intento de compensar, al menos parcialmente, la imposibilidad de asistir a los campus clínicos reales. Aunado a lo anterior, también algunos docentes hemos creado materiales para facilitar la enseñanza en plataformas virtuales. Por otra parte, los simuladores y la realidad aumentada son tecnologías virtuales que han mostrado eficacia para la adquisición de habilidades y destrezas en los alumnos de medicina3, desafortunadamente no están disponibles en todas las Universidades de nuestro país.

La virtualización y tecnologización de los procesos es una tendencia en todos los ámbitos de la sociedad4; sin embargo, esta tendencia dista mucho de ser la ideal en los ciclos clínicos de la licenciatura en medicina porque los alumnos requieren escenarios reales (pacientes, clínicas, hospitales, entre otros) para adquirir las habilidades necesarias para el desempeño de la profesión. Teniendo en cuenta lo anterior, algunos docentes hemos implementado la práctica clínica en pequeños grupos de dos o tres alumnos, pero, dado que los grupos de alumnos son numerosos, esta práctica no ha sido suficiente.

La medicina es una profesión eminentemente social; un buen médico debe ser en esencia una buena persona, ser empático, tolerante, tener autocontrol, sentido común, capacidad de introspección para analizar el alcance que como profesional tiene, reconocer el momento de delegar casos que rebasan sus capacidades o competencias a otros colegas o instituciones expertas en dicho ramo, buscando siempre el beneficio del paciente. Las habilidades de comunicación también son muy importantes, ser claro, hacerse entender con personas de todas las condiciones sociales, económicas, médicas y de otra índole ayuda a lograr el éxito terapéutico. A todo lo anterior le llamamos habilidades blandas a aquellas que son básicas en el quehacer médico, su enseñanza en medicina es deseable. El modelo virtual que hemos usado durante la pandemia tampoco ha permitido el aprendizaje de las llamadas habilidades blandas.

Con el fin de desarrollar estas habilidades de trato humano, de conducción personal, debemos idear nuevas estrategias para lograr egresados en Medicina que respondan a las necesidades que nuestra sociedad requiere y las circunstancias demandan.

En conclusión, todos los actores del proceso educativo en áreas clínicas de la licenciatura en Medicina y otras opciones de ciencias de la salud debemos seguir generando las oportunidades para el aprendizaje con los recursos disponibles y crear los que ayuden en este proceso. No sabremos hasta dentro de algún tiempo, el impacto real que la educación médica durante la pandemia de COVID-19 ha dejado en los estudiantes, profesores e instituciones educativas, pero debemos seguir adelante, la vida no se detiene y la sociedad nos necesita.

1Bauchner H; Sharfstein J. A bold response to the COVID-19 Pandemic: Medical students, national service, and public health. JAMA; 2020.

2Esperon-Hernandez R.I. Desarrollo de Competencias para la toma de decisiones médicas basadas en la evidencia en estudiantes de medicina de pregrado. Universidad de Granada, España, 2014. ISBN: 978-84-9028-991-4

3Gill, D. Whitehead, C. Wondimagegn, D. Challenges to medical education at a time of physical distancing. Published online thelancet.com Vol 396 July 11, 2020.

4Jesús Millán Núñez-Cortés. COVID-19 y la educación médica, una mirada hacia el futuro. Foro Iberoamericano de Educación Médica (FIAEM) Educación Médica. 2020; 21 (4):251—258.

*Profesora de la licenciatura en Medicina de la Unidad Xochimilco de la UAM; médica especialista en Oftalmología y en Oftalmología Neurológica y Asesora en áreas clínicas

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