Un estremecimiento más en la ciencia mexicana, esta vez en la que atañe a la investigación, conservación y difusión del patrimonio arqueológico, paleontológico y de monumentos históricos del país. La Dirección del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) ha ordenado a sus coordinaciones generales, mismas que encabezan esas actividades, a no convocar a trabajar este lunes a nadie que en 2021 haya tenido etiqueta de eventual. Esto se da con el argumento de respetar lo que impone un estrecho presupuesto que le fue asignado al Instituto, pero que impone un problema gravisimo:
La enorme estructura del Instituto se sostiene (espacilamente en caso de investigaciones y exposiciones) por un ejército de "eventuales" que en realidad tiene años, a veces décadas colaborando con las labores de investigación, conservación y difusión del patrimonio cultural.
Imagine una excavación arqueológica sobre un hallazgo en una zona rural de Querétaro y que ese hallazgo haya impuesto la llegada de arqueólogos que son contratados por proyecto y no como plantilla permanente. Pues ahora esos arqueólogos no pueden ser convocados a seguri trabajando. Aún peor, esta orden, inédita en el INAH, avisora algo más graves.
El director de la Escuela de Antropología (adscrita al propio INAH), Hilario Topete, no sin cierta ironía, contestó a la circular del Director General enunciando todas las actividades que no se realizarán ante la falta de personal "eventual". Incluyen la generación de oficios administrativos, la atención en ventanilla a estudiantes; la organización, inscripción y realización de coloquios de posgrado; además la escuela se queda sin jefe de seguridad,jefe de informática, y buena parte del personal que realiza las labores para atender recursos humanos, incluidos el pago de los empleados de la escuela, entre muchos otros.
Todo esto cuando la escuela intenta regresar a clases presenciales.
Para Diego Prieto, director del INAH, este tipo de situaciones es bien sabido y también, como hombre profundamente ligado al Instituto, sabe bien que esa es la situación en cada una de las coordinaciones, especialmente en la de arquoelogía y la la de monumentos históricos.
Por lo pronto, el INAH se ha alineado a la austeridad de la 4T que, en muchos casos, huele a austericidio.
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