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La inmigración a México es una oportunidad de desarrollo económico y demográfico

La política migratoria puede aprovechar las ventajas del flujo centroamericano a nuestro país, así como establecer un plan que prevea los distintos escenarios e influencia de EU, señala estudio de El Colegio de México

Entre el verano de 2015 y la primavera de 2016, Alemania recibió a más de un millón de personas migrantes en búsqueda de protección humanitaria, provenientes sobre todo de Siria, pero también de Afganistán y el norte de África.

La medida generó tensión en sectores de la población, generó politización, animadversión y eventos de xenofobia, pero también convocó a una respuesta muy decidida y organizada del Estado para integrar a esas personas rápidamente.

Ofrecieron cursos de idiomas gratuitos, la revalidación de sus capacidades, educación y habilidades; el gobierno alemán trabajó con las cámaras de comercio y las asociaciones de profesiones y oficios para lograr que ese reconocimiento se lograra rápidamente. De forma adicional se proporcionó entrenamiento adicional para que los migrantes estuvieran listos y se integraran rápidamente al mercado laboral.

“El resultado: a la fecha la mayoría de estas personas adultas en edad de trabajar han sido integradas al mercado laboral alemán”, señala Luicy Pedroza, profesora-investigadora en el Centro de Estudios Internacionales de El Colegio de México (Colmex). En 2018, alrededor de la mitad de esas personas habían sido integradas, lo cual es un éxito rotundo sin precedentes en el mundo, agrega, puesto que además se trata de población refugiada, no de migrantes económicos. “Son personas que emigraron involuntariamente, en un proceso donde no había un matching entre las necesidades de Alemania y las personas que llegaron. Aún así se logró y han llenado vacíos en el mercado laboral alemán que se estaban volviendo realmente graves”.

La académica agrega que para mantener su nivel de desarrollo y sus tasas de crecimiento, la economía alemana necesita alrededor de 400 mil personas anuales ingresando al mercado laboral, lo cual no puede ser cubierto por alemanes nativos dado el proceso de envejecimiento de su población.

Casos similares se pueden encontrar en Canadá o Colombia, donde el país latinoamericano tiene una política de regularización migratoria de los venezolanos que salen de su país. Luicy Pedroza expone estos ejemplos como un enfoque distinto, pero realista, de ver la migración: una oportunidad, que México puede aprovechar frente al reto de la migración centroamericana y la presión ejercida por Estados Unidos, que vivió su peor momento con Donald Trump.

Esta es una de las premisas centrales del informe “La intersección de la política exterior con la política migratoria en el México de hoy”, elaborado por Pedroza y un grupo de especialistas del Colmex.

PRESIÓN DE TRUMP.

En entrevista, Luicy Pedroza expone algunas las conclusiones de este informe, que partió de la preocupación por el protagonismo, “traslape”, de la cancillería mexicana en la política migratoria.

El estudio parte además de un aspecto de la política exterior analizado anteriormente con claridad: el giro de 180 grados en política migratoria mexicana debido a la presión de EU y el gobierno de Trump.

“México tenía a finales de 2018 una propuesta diferente para lidiar con la inmigración, con un enfoque más humanitario, de derechos humanos y solidaridad, de desarrollo conjunto. Sin embargo, la presión de Trump, que llega a su clímax en 2019, cuando impone el chantaje de que si México no fortalece su frontera y evita la migración impondrá aranceles a las exportaciones”. La académica recordó que el objetivo de EU fue establecer un acuerdo para que nuestro país fungiera como tercer país seguro, que si bien no se concretó, dio paso al programa Migration Protection Protocols o “Quédate en México”, que para efectos prácticos detiene en México a la población en busca de protección humanitaria en EU.

VENTANA DE OPORTUNIDAD.

Pero el valor del reporte presentado en días pasados en el Colmex no se queda ahí, dice la especialista, puesto que lo innovador es que va más allá de los diagnósticos y las recomendaciones: en las nueve secciones del documento se delinean escenarios probables y plausibles. “A partir de lo que conocemos podemos decir qué pasaría si México no reorienta su política migratoria y el trumpismo vuelve fortalecido en 2022, con las elecciones intermedias de EU donde los republicanos obtengan la mayoría en el Congreso; qué pasaría si vuelve Trump en 2024 y México no ha reorientado su política migratoria”.

Otro escenario, añade, es prever qué ocurriría si la agenda de Joseph Biden en materia migratoria no se cumple o lo hace parcialmente, si hay una regularización de personas migrantes con estatus irregular, qué exigencias tendría para la red consular. “Elaboramos este tipo de escenarios a corto y mediano plazo, que son posibles y nos permiten vislumbrar cuáles son las medidas que debería de tomar México actualmente para hacer posibles los escenarios más promisorios y evitar los más negativos”.

Un hallazgo que subyace en el reporte, enfatiza Pedroza, es que México está en un momento propicio para redefinir su estrategia migratoria y lograr un acuerdo nacional de migración y “evitar ir de crisis en crisis. Llevamos hablando de crisis migratoria desde hace casi 10 años y nos revela que no hay un enfoque estructural y adecuado para lidiar con un fenómeno que ya no se puede denominar crisis, puesto que es un fenómeno tan recurrente que se ha vuelto parte de la realidad”.

La experta enfatiza que el gobierno mexicano tiene una pequeña ventana de oportunidad otorgada por el diálogo con el estadunidense. Ahí, nuestro país podría retomar su liderazgo en Centroamérica, para ello debe definir por sí mismo y, de acuerdo a sus intereses propios, cuál será su manera de abordar la migración y reordenar sus instituciones a cargo de la política migratoria, agrega.

POLÍTICA REAL, NO IDEAL.

La autora de “Citizenship Beyond Nationality” apunta que el informe propone repensar la política migratoria como una realista, que se considere no como un problema, sino como un desafío que además promete oportunidades de tipo económico y demográfico. De ahí el ejemplo del caso de éxito alemán.

“No sólo EU y Canadá están en una transición demográfica debido al envejecimiento de su población, fenómenos que significan poner límites al crecimiento económico potencial. México y El Salvador enfrentan en los próximos 50 años un proceso de envejecimiento, por lo cual es importante que la política migratoria mexicana y salvadoreña contemplen objetivos poblacionales y demográficos, como tratar de no perder el bono poblacional de gente joven que entre al mercado laboral”.

Otra de las propuestas para el gobierno mexicano es que la nueva política migratoria aborde diferentes grupos de migrantes en su complejidad, ya que no todos son los que se encuentran en un tránsito irregular, se suman a las caravanas o buscan protección. Un aspecto más es no soslayar que el desplazamiento forzado a causa de la violencia sigue en aumento, agrega Pedroza.

“No apostamos por una política ideal, sino realista, que para ser efectiva debe estar desarrollada sobre la plena conciencia y la evidencia de la complejidad de los flujos migratorios que componen a México, que no sólo son los que llegan a los titulares de los periódicos, sino otros mucho más complejos”.

La doctora en Ciencia Política por la Universidad de Bremen acotó que este nuevo enfoque migratorio no supone que se debe abandonar la contención o control migratorio fronterizo, sino que éstos no pueden ser la única política del país y debe partir de un paquete amplio.

“Nos preocupa que la contención haya sido el eje articulador de la política migratoria, cuando que debería ser el aprovechamiento de las oportunidades de la migración y responder a las necesidades de diferentes grupos migrantes que hacen el México de hoy. Necesitamos desarrollar una narrativa diferente de la migración, dejar de hablar de ella como generadora de crisis y problemas y, en cambio, ver su potencial”.

Protagonismo: La cancillería y el traslape

La política migratoria y la política exterior tienen una intersección natural e incluso es deseable que se comuniquen porque se necesitan en varios momentos, señala Luicy Pedraza. “Sin embargo, los investigadores del Colmex que hicimos este reporte nos interesamos por esta intersección porque notamos que se amplió y se convirtió en un traslape muy significativo a través del cual la Secretaría de Relaciones Exteriores tomó la batuta en varios temas de política migratoria, sobre todo en lo que se refiere a la migración en tránsito y de protección internacional”.

Entrada de caravanas, migración irregular y tránsito, ahí la SRE ensanchó competencias que estaban adscritas antes a la Segob u otras agencias de gobierno, como la UPMRIP y el INM, añadió.

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