
Los científicos que utilizan el telescopio espacial James Webb de la NASA acaban de hacer un descubrimiento revolucionario al revelar cómo se forman los planetas. Al observar el vapor de agua en los discos protoplanetarios, el James Webb confirmó un proceso físico que implica la deriva de sólidos cubiertos de hielo desde las regiones exteriores del disco hacia la zona rocosa del planeta.
Desde hace mucho tiempo se ha propuesto que los guijarros helados que se forman en las frías regiones exteriores de los discos protoplanetarios (la misma zona donde se originan los cometas en nuestro sistema solar) deberían ser las semillas fundamentales de la formación de planetas. El principal requisito de estas teorías es que los guijarros deberían desplazarse hacia el interior de la estrella debido a la fricción en el disco gaseoso, entregando sólidos y agua a los planetas.
Una predicción fundamental de esta teoría es que a medida que los guijarros helados ingresan a la región más cálida dentro de la "línea de nieve", donde el hielo se convierte en vapor, deberían liberar grandes cantidades de vapor de agua fría. Esto es exactamente lo que observó Webb.
"Webb finalmente reveló la conexión entre el vapor de agua en el disco interior y la deriva de guijarros helados desde el disco exterior", dijo la investigadora principal Andrea Banzatti de la Universidad Estatal de Texas, San Marcos, Texas. "¡Este hallazgo abre perspectivas interesantes para estudiar la formación de planetas rocosos con Webb!"
"En el pasado, teníamos esta imagen muy estática de la formación de planetas, casi como si existieran zonas aisladas a partir de las cuales se formaban los planetas", explicó Colette Salyk, miembro del equipo del Vassar College en Poughkeepsie, Nueva York. “Ahora tenemos evidencia de que estas zonas pueden interactuar entre sí. También es algo que se propone que haya sucedido en nuestro sistema solar”.
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