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King Kong era nuestro primo hermano

Los gorilas están dentro de la familia Hominidae, al igual que el ser humano, por lo que desde el punto de vista taxonómico, somos de la misma familia

Gorila comiendo
Las dos especies de gorilas, el occidental (Gorilla gorilla) y el oriental (G. beringei), junto con el chimpancé (Pan troglodytes), el bonobo (Pan paniscus) y el humano (Homo sapiens) forman la subfamilia Homininae. Las dos especies de gorilas, el occidental (Gorilla gorilla) y el oriental (G. beringei), junto con el chimpancé (Pan troglodytes), el bonobo (Pan paniscus) y el humano (Homo sapiens) forman la subfamilia Homininae. (La Crónica de Hoy)

Los gorilas están clasificados dentro de la familia Hominidae al igual que nosotros. Esto implica que, desde el punto de vista taxonómico, somos de la misma familia.

En la isla Calavera habita Kong, un gran gorila de aproximadamente 20 metros de altura y con un peso de 55 toneladas, que rige sobre las otras criaturas antediluvianas. Kong es representado como un gorila macho y es considerado como el dios de los humanos de la isla y rey de los animales. Los habitantes de la isla le ofrecen tributo para dominar su furia, lo que les permite llevar una relación de equilibrio con Kong.

Es la ambición humana de Carl Denham, quien decide capturar a Kong para llevarlo a exhibir a la ciudad de Nueva York y con ello volverse millonario. En el fondo, además de ser una historia de ambición desmedida de los humanos, lo es también de celos, en el que existe un triángulo romántico entre Carl Denham y Kong al enamorarse de Ann Darrow. La situación se escala cuando Ann es ofrecida como tributo por los aldeanos a Kong. Al final Ann se convierte en la única aliada de Kong.

Esta historia escrita en 1933 por Delos W. Lovelace, tiene implícita en su trama, la ambición humana del uso de especies animales, en particular de los gorilas, para el beneficio económico de unos cuantos y la posible extinción de la especie. Hoy en día, esta explotación irracional continúa y la amenaza más grande que tienen los gorilas es la caza furtiva, sobre todo para el comercio de algunas de sus partes y la venta de su carne en mercados internacionales de comidas exóticas. Otra afectación son las enfermedades, como la del virus del ébola que se registró a principios del siglo XXI Parque Nacional Odzala, en la República del Congo, en el centro de África, causando una alta mortandad de gorilas, prácticamente desapareciendo toda la población.

Las dos especies de gorilas, el occidental (Gorilla gorilla) y el oriental (G. beringei), junto con el chimpancé (Pan troglodytes), el bonobo (Pan paniscus) y el humano (Homo sapiens) forman la subfamilia Homininae. Si consideramos a las diferentes especies de orangutanes (Pongo spp.), en conjunto conforman a la familia Hominidae, que si se retira al género Homo son considerados como los grandes simios. En pocas palabras, en términos taxonómicos, los orangutanes, gorilas, chimpancés, bonobos y nosotros, los humanos somos de la misma familia. Esto quiere decir que, son los seres más parecidos a nosotros y con los que compartimos gran parte de nuestra historia evolutiva, pero ¿qué tan parecidos somos?

Los estudios genéticos han permitido tener datos cuantificables del porcentaje de diferenciación genética que pueden presentar las diferentes especies. Un estudio en el que se analizó el porcentaje de variación genética entre diferentes roedores y murciélagos, concluyó que aquellos grupos que tienen entre 3 y 5% de diferencia para un gen específico asociado a la respiración celular, se pueden considerar como especies diferentes. En el caso de los homínidos no se podría aplicar, debido a que por la información que se tiene en la actualidad del porcentaje de diferenciación para el gen antes mencionado, entre los géneros Pan (chimpancés) y Homo (humanos) es de aproximadamente un 1.2% y entre Gorilla (gorilas) y Homo la diferencia es próxima al 2.8%.

Los diferentes estudios genéticos que se han realizado han contribuido a un gran cambio en la taxonomía del grupo de los homínidos, debido a que anteriormente solamente las especies de los géneros Homo, Australopithecus y Paranthropus (los dos últimos fósiles de los antecesores humanos) eran considerados como integrantes de la familia Hominidae, mientras que ahora nos acompañan los considerados como grandes simios. Las calibraciones de la edad de la separación entre los linajes evolutivos (entendiendo por linaje evolutivo secuencia de especies que forman una línea directa de descendencia, donde la nueva especie el resultado directo de la evolución de la ancestral inmediata) que dieron origen a los chimpancés y a los humanos, se ha estimado que sucedió hace unos 6.5 millones de años, mientras que, con los gorilas, cerca de 9 millones de años. En los tiempos geológicos y evolutivos esta cantidad de millones de años es muy pequeña. Solamente si consideramos que el grupo de los mamíferos tiene su origen aproximadamente al inicio del Cretácico, aproximadamente 145 millones de años, la historia de los homínidos es de menos del 6.2% de la historia de los mamíferos.

Los homínidos son originarios de África desde donde se dispersaron, solo teniéndose registros de las especies asociadas al género Homo, que invadieron Asia, Oceanía, Europa y luego América. Aunque el género Pongo en la actualidad se encuentra restringido a Asia tropical, por lo que debió dispersarse de África a través de la región tropical de Asia hasta su hábitat actual. Los homínidos se caracterizan por ser grandes, con un peso mínimo de 45 kilogramos, siendo los machos más grandes que las hembras y con una tendencia a la posición vertical con desplazamiento bípedo y sin cola. El desplazamiento vertical y desuso de las extremidades anteriores les permitió tener un mayor desarrollo de las manos por lo que tienen una alta funcionalidad que les ha permitido desarrollar habilidades como el uso de herramientas. La caja craneal se ha expandido aumentando su volumen con relación a la de los otros primates, lo que permite tener una mayor cantidad de centímetros cúbicos de encéfalo, lo que ha hecho posible un incremento del cerebro y un mayor desarrollo de todas sus capacidades. Por diferentes que parezcan las especies, todas tienen características en común como dos pares de incisivos, uno de caninos, dos de premolares y tres de molares, y su alimentación es omnívora, lo que implica que comen diferentes tipos de alimento. Algo particular de los homínidos es el lenguaje facial, con el cual, a través de sus expresiones pueden transmitir diferentes emociones, lo que en conjunto con el lenguaje del cuerpo permiten una comunicación universal independientemente de la población, que incluso puede llegar a ser reconocida entre diferentes especies.

La novela de King Kong, varias veces llevada al cine, es en esencia una historia de cómo el humano explota la fauna de manera comercial sin miramientos y que cuando se sale de sus estándares, por mal manejo, es considerada como nociva.

* Centro de Investigaciones Biológicas del Noroeste, S. C. La Paz, Baja California Sur, México. sticul@cibnor.mx

Therya ixmana 2(1):23-24

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