Vincular la electrónica al tejido biológico es importante para comprender funciones biológicas complejas. Ahora, un equipo científico sueco ha logrado cultivar electrodos en tejido vivo animal utilizando moléculas del propio organismo como activadores.
El resultado, publicado en la revista Science, allana el camino para la formación de circuitos electrónicos totalmente integrados en organismos vivos.
El trabajo está liderado por investigadores de las universidades suecas de Linköping, Lund y Gotemburgo.
"Durante varias décadas hemos intentado crear electrónica que imitara la biología. Ahora dejamos que la biología cree la electrónica por nosotros", afirma Magnus Berggren, de la Universidad de Linköping.
Vincular la electrónica al tejido biológico es importante para comprender funciones biológicas complejas, combatir enfermedades cerebrales y desarrollar futuras interfaces entre el hombre y la máquina.
Sin embargo, la bioelectrónica convencional tiene un diseño fijo y estático que resulta difícil, si no imposible, de combinar con señales de sistemas biológicamente vivos, señala un comunicado de la Universidad de Linköping.
Para salvar esta brecha entre biología y tecnología, los investigadores desarrollaron un método para crear materiales blandos, sin sustrato y conductores electrónicos en tejidos vivos.
Inyectando un gel que contiene enzimas que actúan como "moléculas de ensamblaje", los científicos lograron cultivar electrodos en el tejido de peces cebra y sanguijuelas medicinales.
En concreto, en experimentos realizados en la Universidad de Lund, el equipo logró formar electrodos en el cerebro, el corazón y las aletas caudales del pez cebra y alrededor del tejido nervioso de sanguijuelas.
Los animales no sufrieron daños por el gel inyectado ni se vieron afectados por la formación de electrodos.
Según los investigadores, la estructura del gel cambia al estar en contacto con las sustancias del cuerpo, haciéndolo conductor de la electricidad.
Las moléculas endógenas del cuerpo bastan para desencadenar la formación de electrodos. No hay necesidad de modificación genética ni de señales externas, como luz o energía eléctrica, que han sido necesarias en experimentos anteriores.
Este estudio, según sus responsables, allana el camino hacia un nuevo paradigma en bioelectrónica.
Si antes era necesario implantar objetos físicos para iniciar procesos electrónicos en el cuerpo, en el futuro bastará con inyectar un gel viscoso, afirman.
Los investigadores demuestran además que el método puede dirigir el material conductor electrónico a subestructuras biológicas específicas y crear así interfaces adecuadas para la estimulación nerviosa.
A largo plazo, podría ser posible fabricar circuitos electrónicos totalmente integrados en organismos vivos, aseguran.
"Nuestros resultados abren vías completamente nuevas para pensar en biología y electrónica. Aún nos quedan muchos problemas por resolver, pero este estudio es un buen punto de partida para futuras investigaciones", resume Hanne Biesmans.
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