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No es maligno y no bebe tu saliva, es el gato colocolo que tiene sed, por la sequía

El gato colocolo, confundido en la antigüedad con un ratón emplumado, es un pequeño felino que pesa aproximadamente 3 kg

Lindo gato montés durmiendo en el suelo
Gato colocolo (Leopardus colocolo) en la comuna de Colina, Región Metropolitana de Santiago de Chile. Gato colocolo (Leopardus colocolo) en la comuna de Colina, Región Metropolitana de Santiago de Chile. (Gustavo Martínez Valdivia.)

En la mitología chilena, cuentan que el colocolo es un ratón con plumas; un animal maligno, que nace de un huevo de serpiente incubado por un gallo viejo, que se esconde en los rincones de tu casa, y cuando cae la noche, mientras duermes, sale a beber tu saliva, enfermándote hasta morir.

En Chile la palabra “colocolo” no solo designa a un animal legendario, sino también a un guerrero mapuche, a un equipo de fútbol y a uno de los felinos más pequeños y menos conocidos, el gato colocolo (Leopardus colocolo). Este último, como cualquier ser vivo, tiene la necesidad de beber, pero no saliva como cuenta la leyenda, sino aquel elemento que constituye gran parte de nuestro planeta y que resulta vital para la vida, el agua. En la actualidad, la falta de agua es un problema a nivel mundial, pero Chile lidera la lista de países que presentan alto estrés hídrico debido a la mega sequía causada por la falta de lluvias: en cantidad, intensidad y temporalidad; así como, por el incremento en la temperatura. Éstas, entre otras características, han afectado a la mayor parte del país, principalmente a la zona central, desde hace más de una década y, por consiguiente, ha impactado negativamente a la flora y fauna de los ecosistemas.

La sequía es una reacción negativa en cadena: cuando hay un aumento de temperatura y las lluvias escasean, se reducen o desaparecen los cuerpos de agua que sirven de bebederos para muchas especies de fauna silvestre. Al desaparecer las fuentes de agua en los ecosistemas, los fluidos en los suelos escasean, perjudicando directamente a la vegetación, que es alimento y refugio para muchas especies de animales. En el caso de los felinos silvestres la composición de la vegetación es de gran utilidad para llevar a cabo sus actividades de supervivencia y reproducción. Carnívoros exclusivos que intervienen indirectamente en la vegetación regulando la población de presas donde muchas de ellas son herbívoras, polinizadoras y dispersoras de semillas, lo que mantiene los procesos ecológicos en los ecosistemas.

Los hay de variados tamaños, formas y colores, todos con distintas preferencias de hábitat, siendo común que las especies de gatos más pequeñas como el gato colocolo eviten sitios de encuentro con gatos más grandes como el puma (Puma concolor), que también se encuentra en Chile y que, al ser de mayor tamaño, no solo puede matar felinos más pequeños, sino que representa una competencia por el territorio y los recursos como el agua y las presas. Por lo que, evitar sitios de encuentro, resulta ser siempre una estrategia de supervivencia para los felinos de menor tamaño.

Actualmente en Chile existen siete especies de felinos silvestres, incluidas en dos géneros: Puma y Leopardus. Todos excepto el puma, son de tamaño pequeño: gato güiña (L. guigna), gato de Geoffroy (L. geoffroyi), gato montés andino (L. jacobita), gato del pajonal (L. pajeros), gato de las pampas o del desierto (L. garleppi) y gato colocolo (L. colocolo).

El gato colocolo, confundido en la antigüedad con un ratón emplumado, es un pequeño felino que pesa aproximadamente 3 kg, siendo apenas un poco más grande que los gatos de casa, y cuyo cuerpo puede medir de 45 a 79 cm de largo. Se caracteriza por un largo pelaje color plomizo rubio, rayas en las patas de color rojizo o gris y corta cola, de 29 a 33 cm, y su cabeza es aplanada con orejas semi-puntiagudas. Se localiza en la parte central de Chile, limitado al norte con el Desierto de Atacama, al este con la Cordillera de los Andes y al sur con los bosques templados valdivianos. Habita en áreas de 0 a 1,800 m de altitud y por lo general, en zonas de vegetación abierta como: praderas, matorrales y bosques secos. Su dieta se compone de roedores pequeños y medianos, principalmente Calomys sp., y aves.

Es probable que, por su tamaño, sobrevivir no sea una tarea fácil. El gato colocolo no solo debe cuidarse de la competencia y depredación de otros animales más grandes, como el puma, sino que, al verse obligado a desplazarse en búsqueda de alimento y agua, enfrenta otras amenazas de carácter antropogénico, es decir, de impacto humano.

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El aumento de la población humana lleva a la necesidad de un territorio cada vez más extenso para vivir, lo que implica que las personas ocupemos los ecosistemas naturales, los deforestemos y fragmentemos. Por lo que es común observar a animales silvestres, como el gato colocolo en asentamientos humanos, seguramente en búsqueda de alimento, provocando cambios en sus actividades y en su alimentación, depredando animales domésticos (como aves de corral). La obtención de agua para beber puede ser un vector de enfermedades para el felino, ya que como consecuencia de la sequía utilizan cualquier fuente disponible. Este acercamiento a la mancha humana aumenta la vulnerabilidad de ser eliminados por la fauna doméstica y por los humanos ya sea de forma directa (caza o envenenamiento) o indirecta (atropellamientos).

En Chile, la sequía evidentemente está afectando a los habitantes humanos, pero debemos considerar que la necesidad de tomar agua no es solo nuestra, sino también de otros habitantes no humanos, como el gato colocolo. El elemento es tan vital para este pequeño felino, que incluso arriesga su vida acercándose cada vez más a los asentamientos humanos para poder beber tan solo un poco de agua.

El gato colocolo, se encuentra catalogado actualmente como “casi amenazado” por la Lista Roja de especies amenazadas de la UICN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza). Esta categoría se les asigna a aquellas especies que se encuentran susceptibles a extinguirse (desaparecer) en el futuro próximo. Sin embargo, esta categorización podría cambiar como resultado de las recientes actualizaciones en la taxonomía de este gato. La taxonomía es la ciencia que se encarga de clasificar a las especies de acuerdo con sus características, ésta puede modificarse a medida que surgen nuevas investigaciones acerca de los organismos que se estudian. En particular, la historia taxonómica del gato colocolo, como lo podemos relacionar con otras especies de felinos, se ha visto en constantes cambios como consecuencia de su morfología: medidas craneales y coloración, orden y forma de las líneas del pelaje y también de su genética.

Hay evidencia de que el gato colocolo es una especie (y no es parte del linaje de otra especie) y que, además, es endémica, es decir, únicamente se encuentra en Chile. Esto podría implicar nuevos cambios en su estado de categorización al encontrarse restringido a un espacio más pequeño del que se creía que ocupaba y probablemente aún más, por amenazas como la sequía que podría poner en riesgo a la población de la especie.

Recientemente, han aumentado los registros que muestran que algunos individuos deambulan en búsqueda de agua y al no encontrar fuentes naturales de la misma seleccionan piletas de hogares para beber, piletas que contienen agua mezclada con cloro lo que tarde o temprano afectará a su salud. Es relevante, actualizar la información y aumentar los esfuerzos de monitoreo del gato colocolo; su biología y ecología con relación a las amenazas de sus poblaciones, en especial la sequía, la modificación de su hábitat y la caza de la especie, para poder asignarle una categoría de riesgo correcta. De esta manera, se contribuirá a proteger adecuadamente a esta especie tan relevante y tan poco conocida y que al igual que todos, padece de la falta de agua. Además, es indispensable informar a las personas sobre la existencia de este felino, su importancia para el ecosistema y el riesgo de perder a tan carismático y significativo animal.

Comenzar a interesarnos por nuestros vecinos silvestres, darles el lugar que les corresponde y mitigar las amenazas que padecen no es tarea fácil. Pero se puede lograr si todos trabajamos en conjunto. Los invitamos a ser curiosos y observadores, a investigar y a hacerse preguntas. Quizás alguna vez un gato colocolo se cruce en sus caminos y esperamos que sea solo porque va de paso y no porque esté buscando dónde beber.

La sequía en Chile está afectando al gato colocolo quién tiene una importante función en el equilibrio de los ecosistemas, aquellos de los que obtenemos bienes y servicios, por lo que, conservar al gato colocolo, es también un beneficio a largo plazo para la humanidad.

Fundación Coordinación de Felinos Silvestres. Santiago, Santiago, Chile.

sheyla.mube.25@gmail.com (SNM-B); triciomps@gmail.com (PAM-P).

*Autor de correspondencia

Therya ixmana 1(3):109-110

https://mastozoologiamexicana.com/ 

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