México sí puede ofrecer a sus habitantes una dieta sostenible y saludable, basada en ingredientes que ya produce el sistema alimentario del país, para encarar la grave epidemia de sobrepeso y obesidad que volvió a documentar la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut) 2022.
Lo anterior fue documentado y explicado ayer por investigadores del Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán (INCMyNSZ), de la Secretaría de Salud, al participar en la quinta edición del encuentro académico Nutrition Forum, organizado por el Instituto Danone México.
La semana pasada, el Gobierno de la República dio a conocer los resultados de la Ensanut 2022, que se divide en 31 capítulos, dentro de los cuales se informó que el sobrepeso y obesidad afectan a 37 por ciento de los niños en edad escolar; al 41 por ciento de los adolescentes entre 12 y 18 años de edad, y al 75 por ciento de los hombre y mujeres mexicanos de edad adulta. El exceso de peso es considerado un problema de salud pública porque es una condición que puede acelerar la aparición de enfermedades incurables o mortales, como la hipertensión, diabetes, falla renal, ceguera y problemas cardiovasculares.
SOSTENIBLE Y SALUDABLE
Actualmente, la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés) impulsa en los países la meta de proveer a sus habitantes la llamada Dieta sostenible y saludable, que tiene tres características: debe ser culturalmente aceptable (porque la gente prefiere comer lo que conoce y es del lugar donde habitan); debe ser accesible (pues una dieta saludable no sirve si no está al alcance del bolsillo de los consumidores), y debe ser de bajo impacto ambiental (pues se pide evitar que la producción de alimentos de origen agrícola, ganadero o pesquero se causa de destrucción de ecosistemas, y por lo tanto del planeta)
El doctor Armando Tovar Palacio, Jefe del Departamento de Fisiología de la Nutrición, del INCMyNSZ, explicó que, históricamente, la dieta tradicional mexicana está basada en la combinación de leguminosas con cereales.
“La combinación de frijol y maíz han sostenido una parte importante del desarrollo de nuestra cultura. Ahora, nosotros sabemos que esta combinación ha generado que exista la presencia de una proteína de buena calidad y que permite adecuadamente el desarrollo de las personas. Adicionalmente, nuevos estudios, realizados con nuevas tecnologías, nos han permitido observar efectos realmente benéficos y adicionales de otros alimentos que forman parte de nuestra dieta tradicional: el frijol, además de sus almidones resistentes también tiene muchos compuestos bioactivos, por ejemplo, en la cascarilla del frijol negro hay presencia de varios flavonoides y polifenoles que tienen efectos benéficos para el metabolismo de los lípidos y de la glucosa. En el caso del nopal se ha documentado la presencia de polisacáridos y otros compuestos que ayudan al control glucémico. Además, hay ciertos tipos de hongos que ayudan a procesar el colesterol; las lentejas ayudan a la prevención del hígado grado; la semilla de chía, que tiene ácidos grasos poliinsaturados, mejoran la sensibilidad a la insulina y estimulan el uso de nuestros ácidos grasos para obtener energía”, dijo el doctor Tovar al enlistar algunos datos duros sobre el impacto benéfico de alimentos tradicionales.
La Doctora Nimbe Torres y Torres, investigadora del Departamento de Fisiología de la Nutrición, del INCMyNSZ, dijo que es muy importante que la sociedad sepa que en México tenemos el potencial de estudiar y desarrollar los mecanismos de acción de los alimentos mexicanos para darles un valor agregado.
“Por ejemplo, sabemos que los países latinoamericanos consumimos diez veces más leguminosas que los países europeos y que Estados Unidos. Sin embargo, ha disminuido el consumo y es importante informarle a la gente que las leguminosas son importantes porque al consumirlas disminuye significativamente la generación de grasa corporal en las personas y, al mismo tiempo, ayudan al medio ambiente al asociarse con bacterias que viven en sus raíces y captan nitrógeno del ambiente para convertirlo en amonio. Otro alimento funcional que comienza a estudiarse más son algunos insectos que se consumen en México, que generan buena proteína y ocupan poco espacio”, dijo la científica experta en fisiología de la nutrición.
Cada dieta genera una combinación diferente de micorbiota
Los doctores Armando Tovar y Nimbe Torres aportaron datos sobre el impacto positivo de diferentes alimentos que México produce y que no son tan consumidos como se esperaría; por ejemplo, la miel de abeja, cuyo consumo genera importantes efectos desinflamatorios.
A partir de estos y otros datos, los científicos expusieron que en el Instituto Nacional de Nutrición hay líneas de investigación robustas para estudiar las poblaciones de bacterias y otros microorganismos que habitan en el sistema digestivo de cada persona; las cuales cumplen importantes funciones metabólicas y producen moléculas llamadas metabolitos que participan en numerosos procesos fisiológicos. Una combinación amplia de alimentos ayuda a tener mejor microbiota y generar más funciones saludables, explicaron.
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