Inició la sexta edición del encuentro Libertad por el Saber, que realiza El Colegio Nacional cada año, el cual conjunta conferencias y mesas de diálogo desde todas las áreas del conocimiento, representadas por sus miembros, en un tema común. En esta ocasión, abordó de manera casi ineludible el sumario de la pandemia por Covid.
“La pandemia: retos y oportunidades”, es el título del encuentro que se lleva a cabo esta semana e inició el domingo con una mesa coordinada por Antonio Lazcano, que contó con la participación de Carlos del Río y Héctor Hernández Bringas.
El biólogo, especialista en origen de la vida, refirió que no había tema “más claro para discutir” en el encuentro de este año que los efectos de la pandemia en el mundo. Una de las principales lecciones que ha dejado, añadió, fue la exhibición de la “profunda desigualdad que caracteriza a las sociedades contemporáneas”.
Como resonancia de lo anterior, los especialistas expusieron datos y argumentaron por qué falló la gestión de la pandemia en nuestro país y nuestro sistema de salud fue rebasado.
DATOS OFICIALES.
¿Cuántos mexicanos se contagiaron y murieron por esta pandemia? Es difícil de saber con precisión debido a la falta de pruebas, asintomáticos y falta de registros epidemiológicos, pero se pueden hacer aproximaciones y seguir algunas pistas, señaló Héctor Hernández Bringas, académico del Centro Regional de Investigaciones Multidisciplinarias de la UNAM. Más allá de los datos expuestos por autoridades de salud, se puede profundizar en los mismos datos oficiales –de la Secretaría de Salud e INEGI– para obtener un mejor panorama.
Por ejemplo, expuso el especialista, la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (ENSANUT) reportó en noviembre del 2020 que 31 millones de mexicanos reportaban anticuerpos a SARS-CoV-2, en tanto que los datos oficiales expuestos por la SSa para entonces referían la detección de sólo medio millón.
Sobre la mortalidad, añadió, se pueden analizar la estimación de muertes excedentes previstas por el INEGI y las reportadas. A septiembre de este año, ese excedente es de 558 mil decesos, de los cuales, 407 mil son atribuibles a Covid; no obstante, la SSa registra 265 mil.
Más datos oficiales, expuso, revelan la desigualdad en la atención hospitalaria a los mexicanos: de acuerdo con el INEGI, si bien 61% de las muertes se registró en hospitales, donde habrían acudido las personas con cuadros graves de la enfermedad, el resto (158 mil) murió en sus casas. Por otra parte, la mayor parte de la población hospitalizada acudió al IMSS (50%) y la heterogeneidad de centros de salud de la SSa (30%), no obstante, son las instituciones que menor porcentaje de hospitalizados con cuidados intensivos tuvieron, la primera sólo del 1.4%, en tanto que en las instituciones privadas fue del 30% –que tuvo cerca del 4% de hospitalización total–; se puede señalar que las privadas especulan con las necesidades de sus pacientes, agregó Hernández Bringas, sin embargo, ofreció un dato más.
“¿Qué pasó con los pacientes más graves que requirieron atención en cuidados intensivos porque tuvieron un Covid que los llevó a la muerte?” Los hospitalizados graves y fallecidos que tuvieron cuidados intensivos en instituciones privadas fue del 55%, en hospitales militares 39%, SSa el 20% (…) y el IMSS 1.5%. Por otra parte, recordó, la letalidad hospitalaria fue del 44%, es decir, 44 de cada 100 mexicanos hospitalizados murieron.
Por otra parte, agregó, los diagnósticos y la vacunación en el país han sido desiguales también. Por ejemplo, en la Ciudad de México se realizaron más de 3 mil pruebas diagnósticas por 10 mil habitantes; en tanto que en Chiapas 116; de igual forma son el primer y último lugar, respectivamente, en vacunación en el país. “Ha sido bajo el impacto en rural o son tan pocas las pruebas que no se sabe el impacto que ha tenido la pandemia en Chiapas”, a lo cual hay que agregar el desconocimiento epidemiológico ante la migración centroamericana que entra a México por el este estado, añadió.
“El sistema de salud público se ha visto rebasado y ha tenido una respuesta limitada frente a la pandemia”, refiere una de las conclusiones del académico. Esto queda manifestado por las capacidades de hospitalización por debajo del ritmo de contagios, en especial durante las “olas”; y a la reducida parte de la población que accedió a cuidados especializados. “De los datos se infiere que muchos casos graves sólo tuvieron cuidados paliativos”.
Puntos de una estrategia fallida
Pero, ¿por qué falló la estrategia en nuestro país? Carlos del Río, experto en enfermedades infecciosas y académico de la Universidad de Emory, EU, la respuesta es multifactorial: falta de liderazgo político, fallas en la incorporación de evidencia científica, e incapacidad para reconocer errores y corregir políticas.
También por “la falta de comunicación clara prudente y correcta sobre el nivel de riesgo y cómo actuar al contraer la enfermedad; adherencia sostenida a una política de pruebas excesivamente restrictiva; un sistema de salud precario debido a la falta de inversión, recortes, austeridad y reformas inoportunas y mal concebidas”.
Adicionalmente, añadió, las autoridades no prepararon ni abastecieron adecuadamente el sistema de salud para hacer frente a la emergencia, lo que puso en riesgo a los trabajadores de la salud y contribuyó a las altas tasas de mortalidad. Finalmente, el plan de vacunación no ha sido suficientemente transparente.
Adicionalmente, el especialista agregó que entre las múltiples lecciones que deja la pandemia y que no se previeron de cerca fue la politización que se hizo y la desinformación en las redes sociales.
Copyright © 2021 La Crónica de Hoy .