El manejo del agua en México es un problema complejo con numerosas variables. La atención de los ciudadanos se enfoca en el tema cada vez que se presentan crisis graves, como la reciente falta del líquido a la ciudad de Monterrey; pero la realidad es que en México ni se habla, ni se legisla, ni se invierte a profundidad para tener una verdadera seguridad hídrica.
Así lo reflexionó ayer, en la Torre de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el doctor Fernando González Villareal, Coordinador Técnico de la Red Agua de la UNAM y Director del Centro Regional de Seguridad Hídrica, bajo los auspicios de la UNESCO.
Actualmente, en México está pendiente la elaboración y discusión de la nueva Ley de Aguas Nacionales, que la anterior legislatura reconoció como una de sus grandes deudas, que no pudo ser discutida, a pesar de que existían acuerdos entra las diferentes fracciones parlamentarias.
A los rezagos legislativos hay que añadir un desinterés social:
“Para que México llegue a tener ciudades hidro-inteligentes es necesario que se formen ciudadanos hidro-inteligentes. Comienza a hablarse mucho del concepto de economía circular del agua y aquí vale la pena señalar que en este país ya hay familias que practican la economía circular del agua y son aquellas que reciben menos líquido y han aprendido a darle todos los usos posibles para aprovecharlo”, abundó el investigador universitario.
González Villarreal hizo un abordaje amplio, con numerosas estadísticas, durante la presentación del estudio “Perspectivas del agua en México: propuestas hacia una seguridad hídrica”, en el que participaron investigadores de la UNAM, apoyados por la organización no gubernamental Agua Capital.
Como parte de este esfuerzo multisectorial, Eduardo Vázquez Herrera, Director Ejecutivo de Agua Capital, Fondo de Agua de la Ciudad de México, dijo que los datos colectados en el estudio muestran que “no hay prácticamente ninguna zona de México que no está expuesta a riesgo; tampoco podemos negar que existe una incertidumbre climática y pensar en esto no es catastrofista sino realista. Todo esto conduce a recordar que si un tema es prioritario debe reflejarse en los presupuestos”.
En la misma presentación, la directora del Instituto de Ingeniería de la UNAM, Rosa María Ramírez Zamora, llamó la atención hacia una de las áreas de trabajo en la que pueden hacer grandes contribuciones los universitarios: la innovación tecnológica para entregar soluciones.
“Dependemos mucho de tecnologías extranjeras y necesitamos voltear a mirar el tema. En la Instituto tenemos investigaciones que han generado patentes y debemos estimular que ese conocimiento se use”, dijo la doctora Ramírez Zamora.
TERRITORIO COMPLEJO
Es conocido que en México las lluvias son tan diferentes entre estados de la República que en el norte puede haber precipitaciones anuales que sólo harían que un recipiente acumule 5 centímetros de agua, mientras que en el sur el mismo recipiente podría acumular cuatro metros de altura del agua acumulada.
Adicionalmente, los fenómenos climáticos extremos asociados al cambio climático, como sequías y tormentas, hacen necesario que México adopte una nueva estrategia de seguridad hídrica, que evite daños a la población y a los ecosistemas.
El estudio, llamado “Perspectivas del agua en México”, incluye 5 orientaciones estratégicas para mitigar momentos de escasez de agua que se pueden presentar en los próximos años: 1) Aumentar la disponibilidad y hacer más eficiente el consumo para evitar desperdicio: 2) Mejorar el sistema de financiamiento de los sistemas de agua; 3) Fortalecer la gestión integrada para revertir la sobreexplotación y mitigar los riesgos; 4) Mejorar la gobernanza, pues existen 250 mil personas que trabajan en el sector, en diferentes niveles de gobiernos federal, estatales y municipales, y 5) Mejorar las capacidades de personal con un Sistema Nacional de Servicios Profesional de Carrera y mucha innovación.
Diagnostico
Los datos duros del estudio “Perspectivas del agua en México”, señalan que en este país 40 por ciento del agua que se entrega a las ciudades se pierde en fugas. Esto se refleja en contradicciones como el hecho de que 96 por ciento de los habitantes tiene acceso a agua potable, pero sólo 14 por ciento tiene acceso a agua las 24 horas del día. 6 millones no reciben agua potable y 11 millones no tienen sistemas de saneamiento de agua, entre otras cifras.
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