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Los mitos y las leyendas son parte esencial de nuestra forma de percibir y entender la realidad. Desafortunadamente, gran parte de la información que nos llega a través de estas narraciones nos presenta un mundo lleno de criaturas malignas. Entre las criaturas más desprestigiadas a causa de estas creencias se encuentran los murciélagos. Sin embargo, los murciélagos son animales inquietantes y fascinantes, que a menudo sufren persecución a causa de muchos mitos falsos que los rodean.
En distintas culturas antiguas se asociaba a los murciélagos con cuestiones diabólicas o brujerías; en la actualidad son elementos representativos de festividades como noche de brujas o Día de Muertos. Parte de esto se debe a que los murciélagos son más activos durante la noche, su afinidad por vivir en cuevas y su anatomía peculiar, ha provocado que sean considerados como animales espeluznantes y hasta peligrosos.
Un mito popular menciona que es de mala suerte que un murciélago vuele alrededor de una persona y se enrede en el cabello. Si bien es probable que, si pasa un murciélago cerca de ti, puedas escuchar el fuerte aleteo que ellos generan al volar debido a que lo hacen a gran velocidad, muy difícilmente se acercaría tanto como para enredarse en el cabello. El único motivo por el cual un murciélago volaría cerca de las personas es para atrapar insectos que vuelan alrededor.
Otra pregunta mítica que la gente se hace es ¿Murciélagos o vampiros? Pues bien, los vampiros mitológicos que chupan sangre del cuello de sus víctimas son una exageración que comenzó con novela de “Drácula”, escrita por Bram Stoker en 1897 y que ha permeado en todo el mundo a través del cine. Al respecto, en el mundo existen alrededor de 1,400 especies diferentes de murciélagos, de las cuales se conocen solo tres que se alimentan de sangre y no precisamente de humanos, sus víctimas favoritas son animales silvestres o de granja como las vacas, caballos y cerdos.
¿Ratones ciegos? Es uno de los mitos más comunes que rodea a estos mamíferos nocturnos. Si bien son de tamaño semejante, la confusión se puede notar desde el origen de la palabra “murciélago”, que deriva del latín mus: ratón, caecu: ciego, y alatus: alas, es decir, ratón ciego alado. Sin embargo, los murciélagos no son ratones y mucho menos están ciegos. Los murciélagos representan un grupo de mamíferos totalmente independiente, que están más relacionados evolutivamente con una cabra o un perro, que con los ratones. Por otro lado, los murciélagos tienen ojos pequeños y con frecuencia se encuentran cubiertos por pelo, sin embargo, poseen una vista más aguda que la del humano. Son capaces de ver en condiciones de poca iluminación y adicionalmente, utilizan sus oídos para captar los ecos de los chillidos que ellos mismos emiten mientras vuelan, los ecos rebotan contra los objetos de alrededor y eso les permite localizar a sus presas y orientarse en total obscuridad.
La mala reputación de los murciélagos ha ocasionado que sean agredidos por parte de las personas y que se destruyan muchos refugios importantes para su conservación, poniendo a varias especies en estado vulnerable. Por lo tanto, durante el mes de octubre, en América Latina distintas organizaciones e instituciones celebran el mes de los murciélagos. Con la finalidad de sensibilizar a la sociedad y dar a conocer la importancia ecológica y biológica que tienen los murciélagos en nuestros ecosistemas. A pesar de todas esas ideas erróneas de los murciélagos, ¡en realidad son criaturas muy importantes en nuestros ecosistemas, son inteligentes y cautivadoras!
Referencias
Herrera, B. R., Nabte, M., Schmidt, E. C., & Sánchez, R. (2015). Murciélagos y techos. Universidad de Costa Rica, Escuela de Biología, San José.
Wilson, D. E., & Tuttle, M. D. (2002). Murciélagos: respuestas al vuelo (No. Sirsi) i9789688345900).
1. Biólogos Únicos para la Conservación (BIUCO)
2. Red de Biología y Conservación de Vertebrados
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