Investigadores de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM) y de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) usaron procesos de químicoinformática para identificar 11 moléculas que están presentes en el brócoli y en la col rizada o kale, las cuales tienen acción antiinflamatoria y anticancerígena.
Este grupo de trabajo es coordinado por la doctora Mayra Yaneth Antúnez Mojica, quien labora en el Centro de Investigaciones Químicas (CIQ), de la UAEM.
La científica mexicana informó que la línea de investigación mencionada ha generado resultados importantes para la contención de células infectadas de cáncer cervicouterino, “derivados de moléculas extraídas del brócoli y el kale, lo que nos motiva a seguir explorando las propiedades de estos vegetales, así como sus componentes estructurales".
Antúnez Mojica explicó que, derivado del confinamiento por la pandemia de COVID-19, inició una colaboración con José Luis Medina Franco, investigador de la Facultad de Química de la UNAM, “donde a partir de recursos informáticos, nos ayuda a buscar los compuestos de moléculas en computadora para luego explorarlos de manera experimental”.
El estudio de los metabolitos secundarios presentes en el brócoli y en el kale fue realizado con un equipo del CIQ-UAEM, integrado por Araceli Guerrero Alonso, Delizaiel Cadenas Ponce, Laura Álvarez Berber y, los ya mencionados, José Luis Medina Franco y Mayra Antúnez Mojica.
La quimioinformática es la combinación de los recursos informáticos para transformar los datos en información y ésta en conocimiento, engloba el diseño, creación, organización, gestión, recuperación, análisis, difusión, visualización y uso de información química, a fin de mejorar la toma de decisiones en la identificación y optimización de medicamentos.
Por otro lado, los vegetales del género Brassica, entre los que se encuentran el brócoli y la col, han generado mucho interés en el mundo por su actividad antioxidante y anticancerígena, la cual es atribuida principalmente al hecho de que contienen moléculas del tipo glucosinolato (GSL), isotiocianato (ITC) y compuestos fenólicos (CF).
El trabajo conjunto de la UAEM y la UNAM consiste en un estudio quimioinformático, de los metabolitos secundarios de dos variedades de Brassica oleracea L.: la italica y la sabellica; es decir, brócoli y kale. Su análisis busca fortalecer el área de quimionformática de alimentos funcionales.
El trabajo del equipo identificó cinco moléculas de tipo isotiocianato (ITC) y seis compuestos fenólicos (CF), que están relacionados con actividades terapéuticas antioxidantes y anticancerígenas, así como dianas moleculares involucradas en procesos inflamatorios, antioxidantes y de expresión tumoral.
“Además se describió al mecanismo de acción de los ITC sobre la citocina inflamatoria pleiotrópica MIF a través de la unión covalente entre el C del grupo funcional ITC y el N-terminal de la prolina”, dice un reporte del estudio que fue presentado en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Nuevo León, durante la Reunión Internacional de Investigación en Productos Naturales, que en mayo de 2022 reunió a investigadores de Brasil, España, Finlandia y una decena de universidades de México.
Para el trabajo conjunto de quimioinformática de la UAEM y la UNAM se utilizaron los softwares molinspiration, swissADME y Datawarrior para calcular las propiedades moleculares de los metabolitos de interés, que fueron analizadas bajo los criterios de candidatos a fármacos propuestos por Lipinsky, Ghose y Oprea, se determinó el potencial mutagénico y tumorogenico de cada compuesto y se realizó la predicción de actividad y dianas biológicas a través de PassOnline, SwissTargetPrediction, Epigenetic target profiler, ChEMBL y se identificaron las dianas co-cristalizadas reportadas en PDB.
Actualmente esta investigación se encuentra en la fase preclínica o de descubrimiento, por lo que se busca mayor colaboración con otros investigadores, centros, institutos, universidades y laboratorios, para avanzar como candidato hacia fases clínicas con pruebas en animales y humanos, para que en un futuro se convierta en un nuevo medicamento.
Mayra Antúnez Mojica explicó que alrededor del 60% de fármacos en el mercado son derivados de alguna planta medicinal o producto natural, de ahí la importancia de trabajar con alimentos funcionales; es decir, aquellos que además de proporcionar nutrientes al cuerpo, ayuden a la prevención o tratamiento del cáncer, como es el brócoli y el kale.
Agregó que el brócoli y el kale o col rizada, “son vegetales que han ganado interés y el consumo se ha incrementado por sus reconocidas propiedades nutritivas y citotóxicas anticáncer que ayudan al organismo porque contienen azufre, carbono y nitrógeno, lo que les da un olor peculiar durante la cocción”.
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