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Nadia Elizabeth Saavedra: “México está viviendo una epidemia silenciosa de enfermedades del riñón”

No llama tanto la atención por ser un mal no transmisible, pero ocupamos el tercer lugar de incidencia mundial, después de Taiwán y EU, y cada año se detectan 350 mil personas con alguna etapa de daño renal, añadió

entrevista

La unidad funcional básica del riñón son las nefronas y hay aproximadamente un millón en cada riñón saluda

La unidad funcional básica del riñón son las nefronas y hay aproximadamente un millón en cada riñón saluda

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En México hay 150 mil personas que requieren realizarse diálisis y hemodiálisis, tres veces por semana, para vivir. Estas personas son los casos más visibles de Enfermedad Renal Crónica (ERC), pero cifras de la Secretaría de Salud, difundidas en 2022, estiman que hasta 12.2 por ciento de toda la población en México ya experimentan alguna fase de daño en sus riñones debido a obesidad, hipertensión, niveles altos de glucosa y abuso de medicamentos, informaron médicos del Consejo Mexicano de Nefrología y de laboratorios privados.

Oficialmente, las muertes por insuficiencia renal son 7 mil cada año, según el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, pero se sabe que el número es mayor debido a que muchos de los decesos se contabilizan como muertes por efecto de la diabetes.

“México está viviendo una epidemia silenciosa de enfermedades del riñón, pero no llama tanto la atención por tratarse de una enfermedad no transmisible. Nuestro país ocupa el tercer lugar de incidencia mundial, después de Taiwán y Estados Unidos, pues cada año son detectadas 350 mil personas con alguna etapa de daño renal”, indicó la médico nefróloga Nadia Elizabeth Saavedra Fuentes, egresada del Instituto Nacional de Cardiología “Dr Ignacio Chávez” y miembro del Consejo Mexicano de Nefrología.

La fase más grave de la Enfermedad Renal Crónica se presenta después de procesos largos en los que diferentes enfermedades destruyen paulatinamente los glomérulos de los riñones, que son racimos pequeños y redondos de vasos sanguíneos que retiran las toxinas de la sangre.

“La unidad funcional de los hígados se llama nefrona; que filtra la sangre por medio de un glomérulo y un túbulo. Cada persona saludable, adulta, tiene un millón de nefronas por riñón, pero lo normal es que a partir de los 40 años de edad se reduzca la tasa de filtrado de la glomérula un 10 por ciento por cada década adicional de vida”, indicó Saavedra Fuentes, quien participa en una iniciativa médica llamada “Estar libre de sospecha”, que busca realizar 17 mil detecciones tempranas de enfermedad renal cada año.

“El daño renal puede ser reversible si todavía se conserva más del 60 por ciento de la función de filtrado del riñón. Por debajo del 60 por ciento ya hay problemas que no se podrán revertir y lo que hay que hacer es hacer que avance más lento o se ralentice. Los casos más graves son los de personas que ya sólo conservan el 6 por ciento de su función renal y por lo tanto requieren diálisis o hemodiálisis tres veces por semana, para vivir”, agregó.

DETECCIÓN TEMPRANA

En la mayoría de los casos, la detección de una Enfermedad Renal Crónica, en etapa avanzada genera para las familias un gasto catastrófico, pues cada sesión privada de diálisis o hemodiálisis cuesta entre mil 700 y 2 mil 500 pesos; mientras que en los hospitales públicos la demanda de estos servicios es de tal magnitud que no pueden ofrecer tres sesiones semanales a los pacientes y sólo les pueden proporcionar dos, lo cual permite un avance del daño a los riñones.

“Hay personas que quizá ya tienen la enfermedad, pero el hecho de que sean detectadas y se les de un tratamiento adecuado hará que el daño evolucione con más lentitud y se preserve durante más tiempo la función de los riñones. En la ERC el tiempo es crucial para frenar el avance y por esto hemos puesto en marcha una campaña nacional de detección que nos permita aportar orientación, atención médica y nutricional”, informó Juan Carlos Castillo Salinas, asesor médico científico del laboratorio mexicano Columbia.

El Programa Nacional de Detección Oportuna (PNDO) y el Programa Nacional de Atención Nutricional Especializada (PANE), son dos de las estrategias privadas puestas en marcha este año para tratar de frenar el creciente número de pacientes graves, que se aceleró a raíz de la pandemia de COVID-19.

El PNDO busca realizar 17 mil detecciones anuales de pacientes con enfermedad renal mediante capacitación a médicos de primer contacto en todo el país.

“Todavía no tenemos cifras oficiales de la manera como la pandemia provocó un incremento de muertes entre pacientes con enfermedad renal, pero sí es un hecho que debido al confinamiento no se pudieron realizar adecuadamente los tratamientos a los pacientes más graves que requerían diálisis o hemodiálisis. Extraoficialmente sabemos que cerca del 40 por ciento de los que estaban recibiendo diálisis al empezar la pandemia perdieron la vida por el avance de su propia enfermedad, combinado con el hecho de que eran grupo vulnerable por tener enfermedad renal, más hipertensión o más diabetes”, expuso el Gerente de la Unidad de Enfermedad Renal de Laboratorios Columbia, Gerardo Guerrero Mota.

Desde el punto de vista de la atención farmacológica, los avances más recientes han permitido dejar atrás la toma de hasta 15 pastillas al día y sustituir ese tratamiento por la toma de un sobre con polvo soluble cada día, en el cual están reunidos tres tipos de moléculas protectoras del riñón: 1) alfa cetoanálogos, que detoxifican la sangre y nutren; 2) citratos de calcio, que mejoran el metabolismo calcio-fósforo dentro del riñón, y 3) inulina, que mejora la microbiota y reduce las alteraciones gastrointestinales.

“Cuando un paciente ya ha sido detectado con ERC avanzada se tiene que tratar por medio de un equipo en el que participen nefrólogos, nutriólogos y psicólogos porque, por un lado, la enfermedad renal provoca desnutrición, ya que el cuerpo no está procesando bien las proteínas, y al mismo tiempo avanza una acumulación de toxinas, como la urea y otras moléculas don nitrógeno”, indicó la nutrióloga Karla del Castillo Loreto. “Nosotros tenemos como reto el preservar la función renal por más tiempo con dietas que sean bajas en proteína pero que den el aporte energético necesario. Al mismo tiempo debemos acompañar los tratamientos que se les prescriben con medicamentos alfa cetoanálogos y vigilar que mantengan un peso saludable, disminuyan su consumo de sodio, azúcares y fósforo, controlen sus niveles de gucosa y presión arterial, y cuiden sus niveles de colágeno”.

La campaña de detección temprana difundirá información a través de la página www.libredesospecha.com.mx

“Si logramos detectar a los pacientes en las etapas más tempranas de la enfermedad, no sólo podemos ralentizar la destrucción del riñón, sino evitar otras complicaciones asociadas que generan sufrimiento para el paciente y su familia”, concluyó Del Castillo.

Faltan muchos nefrólogos  para adultos y niños

Hasta febrero de 2022 en México se contaba con mil 318 médicos nefrólogos certificados: mil 100 para población adulta y 218 para pediátrica. Estas cifras indica que en el país se cuenta con 10 nefrólogos por millón de habitantes, cifra por debajo de lo que recomienda la Organización Panamericana de la Salud (OPS) que son 20 nefrólogos por millón de habitantes. La UNAM también ha señalado que existe un déficit de 10 nefrólogos por millón de habitantes, lo que genera rezagos en atención de pacientes con enfermedades renales.