Fuera de los trópicos, los eventos de El Niño-Oscilación del Sur (ENSO) tienen un impacto adicional en los patrones climáticos del Atlántico norte un año después del fenómeno original.
ENSO es un patrón climático que consiste en la oscilación de los parámetros meteorológicos del Pacífico ecuatorial cada cierto número de años.
Una investigación de la Oficina Meteorológica del Reino Unido (Met Office) muestra que esta respuesta extratropical con un año de retraso al ENSO es tan fuerte como la respuesta simultánea, pero con un impacto opuesto. El artículo se publica en la revista Science.
Por ejemplo, ahora se ha demostrado que El Niño, que puede aumentar la probabilidad de inviernos más fríos en el Reino Unido, puede dar lugar a un período invernal más suave el año siguiente.
Si bien ENSO es solo uno de los muchos factores que influyen en el clima del Reino Unido, puede ser importante, especialmente en los meses de invierno.
El investigador principal, el profesor Adam Scaife, del Met Office y de la Universidad de Exeter, afirmó en un comunicado: "Esta última investigación revela que a menudo a El Niño le sigue una Oscilación del Atlántico Norte (NAO) positiva un año después, mientras que a La Niña le sigue una NAO negativa un año después. Los resultados de esta investigación tienen importantes implicaciones para comprender el ENSO, explicar nuestra variabilidad climática invernal e interpretar las predicciones a largo plazo".
La investigación muestra que el conocimiento del evento ENSO del invierno anterior también es importante para comprender algunos de los inviernos extremos del Reino Unido. En los casos en los que a El Niño le sigue La Niña, o viceversa, los efectos retardados pueden potenciar los impactos esperados.
Por ejemplo, a La Niña le siguió El Niño en 1968/69, 1976/77, 2009/10, lo que potenció el clima frío resultante, mientras que el Reino Unido experimentó un clima templado y tormentoso en los inviernos de 1988/89, 1998/99, 2007/8, cuando a El Niño le siguió La Niña.
El ENSO se desplaza de un lado a otro de manera irregular cada dos a siete años, lo que genera cambios predecibles en la temperatura de la superficie del océano y altera los patrones de viento y lluvia en los trópicos.
Al comprender mejor las teleconexiones y los impactos del ENSO, los meteorólogos podrán reproducirlos mejor en los modelos climáticos y planificar mejor las variaciones del clima invernal, según los autores.
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