Un nuevo estudio proporciona la primera evidencia de que el aumento de gases de efecto invernadero produce calentamiento a largo plazo en el Mar de Amundsen en la Antártida Occidental.
Científicos del British Antarctic Survey (BAS) destacan que, aunque otros han propuesto esta relación, nadie había podido demostrarla.
La pérdida de hielo de la capa de hielo de la Antártida Occidental en el mar de Amundsen es una de las contribuciones más rápidas y preocupantes al aumento del nivel del mar en el mundo. Si la capa de hielo de la Antártida Occidental se derritiera, el nivel global del mar podría aumentar hasta tres metros.
Los patrones de pérdida de hielo sugieren que el océano puede haberse calentado en el Mar de Amundsen durante los últimos cien años, pero las observaciones científicas de la región no comenzaron hasta 1994.
En el estudio, publicado en la revista 'Geophysical Research Letters', los oceanógrafos utilizaron modelos informáticos avanzados para simular la respuesta del océano a una serie de posibles cambios en la atmósfera entre 1920 y 2013.
Las simulaciones muestran que el Mar de Amundsen se calentó en general a lo largo del siglo. Este calentamiento se corresponde con las tendencias simuladas de los patrones de viento en la región, que aumentan las temperaturas al impulsar las corrientes de agua caliente hacia el hielo y por debajo de él.
Se sabe que el aumento de los gases de efecto invernadero hace más probables estos patrones de viento, por lo que se cree que la tendencia de los vientos está causada en parte por la actividad humana.
Este estudio respalda las teorías de que las temperaturas oceánicas en el mar de Amundsen han estado aumentando desde antes de que se iniciaran los registros. También proporciona el eslabón que faltaba entre el calentamiento del océano y las tendencias de los vientos, que se sabe que están impulsados en parte por los gases de efecto invernadero.
Las temperaturas oceánicas en torno a la capa de hielo de la Antártida Occidental probablemente seguirán aumentando si se incrementan las emisiones de gases de efecto invernadero, con consecuencias para el deshielo y el nivel global del mar. Sin embargo, estos resultados sugieren que esta tendencia podría frenarse si se reducen suficientemente las emisiones y se estabilizan los patrones de viento en la región.
La doctora Kaitlin Naughten, modeladora del hielo oceánico en el BAS y autora principal de este estudio, afirma que sus simulaciones muestran cómo el mar de Amundsen responde a las tendencias a largo plazo de la atmósfera, concretamente a los vientos del oeste del hemisferio sur.
"Esto plantea preocupaciones para el futuro porque sabemos que estos vientos se ven afectados por los gases de efecto invernadero --prosigue en un comunicado--. Sin embargo, también debería darnos esperanzas, porque demuestra que el aumento del nivel del mar no está fuera de nuestro control".
Por su parte, el profesor Paul Holland, científico especializado en océanos y hielos del BAS y coautor del estudio, subraya que "los cambios en los vientos del oeste del hemisferio sur son una respuesta climática bien establecida al efecto de los gases de efecto invernadero. Sin embargo, el Mar de Amundsen también está sujeto a una fuerte variabilidad climática natural".
"Las simulaciones sugieren que tanto los cambios naturales como los antropogénicos son responsables de la pérdida de hielo impulsada por el océano de la capa de hielo de la Antártida Occidental", concluye.
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