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La pandemia de COVID-19 aceleró la digitalización de la economía y México puede aprovecharlo: Raúl Rojas

Abrir camino en alguna innovación requiere correr riesgos y aceptar que existe la posibilidad del fracaso, añade del Premio Nacional de Ciencias y Artes de México. Algunos campos de oportunidad son las aplicaciones en medicina, educación y atención a adultos mayores>>

El CEO de Volkswagen, Martin Winterkorn, junto a un prototipo de coche eléctrico de la compañía.
El doctor Raúl Rojas y su equipo construyeron el primer auto que viajó, sin piloto, desde Arizona hasta la Ciudad de México, en 2015. El doctor Raúl Rojas y su equipo construyeron el primer auto que viajó, sin piloto, desde Arizona hasta la Ciudad de México, en 2015. (La Crónica de Hoy)

El confinamiento obligado por la pandemia de COVID-19 aceleró la digitalización de la economía, a través de nuevos procesos de producción, distribución y venta de servicios. Esto ha generado nuevas oportunidades para jóvenes que estudian carreras de ingeniería, desarrollo de software e inteligencia artificial. México tiene buenas oportunidades para aprovechar este cambio, pero las cosas no ocurren de manera automática; se requiere seguir apoyando la educación, la investigación y el registro de patentes.

Las anteriores son reflexiones compartidas con los lectores de Crónica por el doctor Raúl Rojas, profesor en la Universidad Libre de Berlín, en Alemania, y ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes de México, en 2015.

Egresado del Instituto Politécnico Nacional (IPN), pero con una larga carrera académica en Alemania, el doctor Rojas es famoso a nivel mundial por haber construido con sus alumnos uno de los primeros automóviles que se conducen solos, sin piloto, llamado “Espíritu de Berlín”. Además, ha ganado con sus estudiantes dos campeonatos mundiales de futbol de robots RoboCup y es ampliamente conocido en la comunidad científica como experto en redes neuronales artificiales, robótica y desarrollo de inteligencia artificial.

Al reflexionar sobre su recorrido biográfico, científico y tecnológico dice que cuando se piensa en abrir camino en alguna innovación que nadie más ha intentado se requiere correr riesgos y aceptar que existe la posibilidad del fracaso. Sin embargo, afirma que el riesgo siempre será menor si se estudia bien lo que ya existe en el campo en el que uno piensa intervenir. Esto permitirá tener conciencia de que la dimensión del riesgo que uno asume sea proporcional a sus fuerzas y así se eleva la posibilidad de tener éxito.

-- ¿Cómo impactó el confinamiento por la pandemia de COVID-19 en los campos en los que usted trabaja?

-- El confinamiento por la pandemia aceleró, en general, la digitalización de la economía. Sabemos que, desde hace décadas, cada vez se utilizan más computadoras, internet y otras tecnologías de información en los procesos de producción, pero hace dos años, con la llegada de la epidemia, muchas compañías se vieron obligadas a dar el paso que todavía les faltaba hacia la digitalización total de sus operaciones.

A mí me tocó estar en Sillicon Valley, cuando muchas compañías enviaron a todo su personal a trabajar en casa, de un día para otro, sin perder el paso. O sea que todos los datos, procesos y programas que esos trabajadores necesitaban, ya estaban alojados en la nube. Entonces, vimos que el software ha avanzado a pasos agigantados y en todas las compañías que han hecho posible la digitalización de la economía, se aceleró el avance. Muchos tuvieron que adoptar en un año procesos que tenían planeado adoptar en cinco años.

-- Usted y la Universidad Libre de Berlín han hecho donativos para que en instituciones mexicanas se formen más jóvenes en robótica y en automatización ¿Ya se puede medir algún resultado de ese esfuerzo?

-- Todavía es un poco temprano porque el proyecto que hicimos en el Año México-Alemania consistió en distribuir más de 50 vehículos autónomos a escala, entregados a diferentes universidades e institutos, pero el tipo de locación que se necesita para trabajar con estos vehículos y probarlos en laboratorio requiere de educación presencial. Entonces, los proyectos de programación de robots que estábamos realizando en laboratorio quedaron suspendidos por causa de la pandemia y apenas en los estamos reactivando.

-- ¿Considera que, a nivel mundial, el sector productivo está captando rápido a los jóvenes que se preparan en estas áreas: mecatrónica avanzada, redes neuronales, automatización?

-- Precisamente estas áreas que tienen que ver con la digitalización y con la transformación productiva, como mecatrónica, inteligencia artificial, automatización, son áreas que actualmente están creciendo mucho más rápido que el resto de la economía y la demanda de empleado capacitados también es mayor que para otras carreras.

En Alemania, apenas egresamos a los estudiantes que tienen esta especialidad y ya la industria los está empleando. Yo creo que en México está ocurriendo algo similar porque sí he visto que mexicanos están siendo contratados por compañías en Estados Unidos, donde falta personal especializado. Por eso creo que estas áreas son las que ofrecen las mejores posibilidades de empleo en estos momentos.

-- ¿Es viable para esos jóvenes pensar en abrir sus propias empresas de base tecnológica o es entrar a competir en un campo sólo reservado para gigantes de la tecnología?

-- Actualmente hay una gran oportunidad para que los jóvenes se conviertan en emprendedores porque una StartUp en el área de software o incluso en el área de hardware, no requiere de una inversión masiva para adquirir equipo, maquinaria, etcéteras. Se necesitan sólo computadoras y el resto de lo que se requiere es la nube y eso se puede rentar.

Entonces, yo pienso que nunca las condiciones habían sido tan favorables para que los jóvenes que trabajan con tecnología pudieran lanzar su propia empresa.

Las compañías muy grandes están muy concentradas en sus áreas de ventas de aquello donde ya tienen ingresos, y por eso dejan pasar buenas oportunidades de desarrollar nuevas tecnologías o aplicaciones para nichos específicos y ahí es donde nuevas compañías pueden estar tomando ventaja de la velocidad con la que se pueden mover, frente a otras empresas más lentas; por ejemplo, hay necesidad de aplicaciones en medicina, educación, atención a adultos mayores.

Por eso creo que los jóvenes no sólo deben pensar en entrar a una gran compañía sino en abrir su propia empresa y para eso las universidades mexicanas también ya tienen incubadoras de empresas a las que se pueda acudir.

-- ¿Considera que la globalización está avanzando más en los campos de trabajo que usan matemáticas, cómputo e ingenierías?

-- Yo creo que sí. Ahora se habla de las compañías de Nivel 5, que van guiadas por su cuenta. Estas son compañías que están descentralizadas, que se autoorganizan sobre la marcha y se trabaja mucho de manera virtual o híbrida.

Esto puede ser una ventaja para los jóvenes mexicanos y de otros países que están bien preparados y hablan inglés. Hemos visto que algunas regiones de Estados Unidos donde hay concentrados muchos programadores se han vuelto caras y ya no son atractivas para las compañías tecnológicas. Entonces las empresas se han estado descentralizando y tienen trabajadores que trabajan por todos lados de manera virtual y de vez en cuando de manera híbrida.

-- ¿Y México tiene posibilidad de aprovechar ese movimiento?

-- Sí se puede aprovechar el cambio, pero no hay que olvidar que lo fundamental es tener personas bien capacitadas. Se necesita invertir en educación de calidad en preparatorias y universidades, pero también se necesita exigir a las grandes empresas tecnológicas que si invierten en México para producir también abran en el país centros de investigación privados y que se registren patentes en México pues de otro modo seguiremos haciendo sólo manufactura.

México está en un buen momento, pero siempre tiene que recordar que los cambios no ocurren en automático, ni nos va a jalar el Tratado de Libre Comercio, debemos formar a nuestros jóvenes con la mayor calidad posible; apoyar la investigación para generar conocimiento propio y protegerlo legalmente al patentarlo--, concluyó el doctor Raúl Rojas, en entrevista para los lectores de Crónica.

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