Ana Elizabeth García Vilchis mintió. En referencia al artículo publicado en “El Universal”, titulado “Conacyt suspenderá becas por participar en protestas; también por embarazarse”, la responsable de “desmentir” las noticias en las conferencias matutinas de Palacio Nacional refirió que los cambios al reglamento de becas en Conacyt es una herencia de sexenios pasados.
La misma dependencia federal emitió un comunicado al respecto el 26 de enero en donde señala que la información referida “son disposiciones que han estado contempladas en los reglamentos de becas del Consejo, al menos desde 2008”.
Si bien el tema de las obligaciones de los becarios en el extranjero que apunta que deberán “abstenerse de participar en cualquier evento o manifestación de carácter político”, se remonta al reglamento de 2008 publicado en el “Diario Oficial de la Federación (DOF)”, el otro tema polémico expuesto la semana pasada por el periodista Pedro Villa y Caña, sobre la suspensión y cancelación de becas a mujeres embarazadas, es absolutamente un cambio reciente.
Lo anterior es incontrovertible, puesto que las modificaciones subsecuentes al reglamento de 2008, también publicadas en el “DOF”, en 2009 y 2018, sobre la suspensión o cancelación de becas se mantienen casi intactas en su artículo 24. En contraste, los cambios propuestos en el nuevo reglamento en su Artículo 20, inciso IV –que se encuentra en aparente revisión en Comisión Nacional de Mejora Regulatoria (Conamer)–, los cuales señalan que serán causas de suspensión o cancelación de la beca “Cuando alguna becaria que se encuentre embarazada, en parto o puerperio, así como a los becarios que sean padres, presentando la documentación que lo acredite”, tienen la autoría de la actual administración de Conacyt.
Sin embargo, esto sería un error sobre un tema más complejo y de fondo en el sector, lo preocupante es la respuesta oficial y en la que se insistió desde Palacio Nacional este miércoles, opina Brenda Valderrama, ex presidenta de la Academia de Ciencias de Morelos.
“No hay duda de que Conacyt hizo estos cambios al reglamento, no obstante, se trataría de un gazapo. Fue un error evidente de Conacyt en la redacción, sin embargo, aún con la correcta el problema persiste”, apuntó en entrevista.
La investigadora del Instituto de Biotecnología de la UNAM, también experta en temas de política científica, refiere que la intención de Conacyt sobre visibilizar el problema de equidad de género y de padres que pueden ausentarse de sus labores académicas podría haber sido “buena”, así, entrecomillas. “Lo que está mal es que se suspenda la beca y renuncien a su sueldo tres o cuatro meses, en vez de implementar prórrogas como se hace en el Sistema Nacional de Investigadores”, agregó.
“En esta ocasión, la intención de Conacyt no era dañar, sin embargo, en vez de reconocer el error y solucionar el problema de fondo, se optó por la politización y descalificación de las opiniones en contra. Es evidente e insalvable que cometieron un error”.
No obstante, en la conferencia matutina y la exposición de Ana Elizabeth García Vilchis no se confirmaron datos y sólo se generó una reacción política irreflexiva de las autoridades.
–En Conacyt hemos visto constantemente actos, acusaciones y acciones sin fundamento, ¿la evidencia y los datos son ya irrelevantes?
–Es preocupante porque nos ocasiona un distanciamiento cada vez más radical entre quienes buscamos apegarnos a la realidad –que no significa que siempre tengamos razón–, para que, por lo menos, nuestros dichos sean sustentados con evidencias. No obstante, cuando tratas de competir con alguien que juega con otras reglas se vuelve mucho más difícil.
PERSPECTIVA DE GÉNERO.
Pero el problema de fondo sigue ahí y lo conoce todo el sector académico, empezando por las científicas e investigadoras: el sistema penaliza a las jóvenes por tener hijos.
Brenda Valderrama relata que ella decidió no tener hijos como investigadora joven porque el sistema no lo hacía viable, además de no contar con la red familiar o personal que se lo facilitara. “Es un tema y cambia vidas. Por ello, si Conacyt quiere tener una perspectiva de género en el tema, no sólo no debe suspender la beca a las jóvenes, sino, por el contrario, permitir que reconozcan su embarazo abiertamente y reciban una prórroga”.
En días pasados, la Coordinación para la Igualdad de Género de la UNAM, envió una propuesta a Conacyt, Secretaría de Economía y la Conamer, que sí fortalece la incorporación del tema de igualdad respecto a las becas para mujeres embarazadas o que hayan parido, basado en el marco normativo de los derechos humanos del Estado Mexicano. Adicionalmente, refiere, entre otros puntos de partida, lo establecido por la Ley General de Educación Superior y la no discriminación.
La coordinación universitaria solicitó “reponer el proceso de diseño reglamentario y autorización de normas, a fin de construir un texto que desde su origen garantice los derechos humanos y los enfoques que éstos involucran”.
Por otra parte, Brenda Valderrama recordó que un grupo de jóvenes científicas, identificadas con el hashtag #NuncaMásUnaCienciaSinNosotras y pertenecientes a la UNAM, Colmex y UnadM, propusieron una redacción alternativa de la normatividad. En una carta titulada “Nunca más una ciencia sin nosotras” enfatizan que el anteproyecto constituye un retroceso respecto a otros reglamentos del mismo Conacyt, específicamente la prórroga establecida en el Sistema Nacional de Investigadores.
En el texto proponen eliminar el inciso IV del Artículo 20 e incorporar modificaciones como: “A las becarias que hayan tenido un embarazo, parto o puerperio durante el periodo de vigencia de la beca, así como a los becarios que sean padres, incluyendo la maternidad o la paternidad por adopción, podrían pedir una ampliación de hasta seis meses de la vigencia de la beca y del plazo máximo para la realización de las actividades objeto del convenio…”.
Las académicas ofrecen además una redacción más humana a lo dispuesto por el Artículo 20, entre otros.
Añaden que el debate generado visibiliza las “insostenibles condiciones que enfrentamos las mujeres en las estructuras académicas y en el ámbito y gremio científicos”. En ese contexto solicitaron a las autoridades e instituciones educativas establecer mecanismos efectivos de equidad de género y erradicar de manera definitiva la violencia de género en todas sus vertientes.
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